/ martes 1 de diciembre de 2020

Alerta sin fronteras

Cerrar los ojos a la realidad no salva vidas ni calma el dolor y la angustia que envuelve los hogares de once mexicanas que cada día son asesinadas por el simple hecho de ser mujeres y mucho menos desaparece el miedo y el hartazgo de millones de nosotras a lo largo y ancho del país, cansadas de ser bandera política que ondea en los discursos y desaparece en los presupuestos.

A punto de iniciar el tercer año de una nueva alternancia en el poder y en medio de la pandemia por Covid-19, la violencia contra las mujeres crece en las calles y en los hogares: solo en julio de este 2020, comparado con el mismo mes del año anterior, el Sistema Nacional de Seguridad Pública reportó un incremento de 55 por ciento en el número de denuncias por violencia de género.

Y aunque los datos son del propio gobierno federal, la ola de austericidios sin sentido, alcanzó a las alertas de género, cuyo presupuesto será menor en 65 por ciento para 2021, respecto de lo asignado este año.

De tajo, como la vida de las mujeres, se rompe la continuidad en la implementación de políticas de prevención y atención a esta otra pandemia, cuando desde el gobierno federal debería darse el impulso al actuar de los gobiernos estatales y municipales contra los feminicidios.

En el Estado de México, las estadísticas reportan que tres de cada cuatro mujeres han sido objeto de exclusión, abuso psicológico, maltrato y otras formas de violencia, en tanto que cuatro de cada cinco, se sienten inseguras y vulnerables a agresiones por el solo hecho de ser mujeres.

Por eso es una buena noticia que el gobernador Alfredo del Mazo decida convertir en ejes institucionales para erradicar la violencia contra las mujeres, las acciones y medidas más eficaces de la Alerta de Género, a fin de fortalecer la prevención, atención e investigación de las formas más extremas de violencia en todo el territorio estatal, y llevar a los 125 municipios mexiquenses la Policía de Género; las Células de Búsqueda y de Reacción Inmediata; las Unidades de Atención a la Mujer; las redes comunitarias de Mujeres y la aplicación de la Guía de Recuperación de Espacios Públicos con Perspectiva de Género.

Con empatía hacia la causa y con altura de miras, el gobierno mexiquense prioriza la unidad y el trabajo coordinado con los Ayuntamientos, para extender en los hechos, las medidas de protección de la Alerta de Género en todo el territorio estatal.

También con el Congreso local se tienden puentes que trascienden los buenos deseos. Este año se implementaron tres programas por más de 90 millones de pesos, para atender la reparación del daño a víctimas de violencia de género mediante compensaciones, apoyos económicos y alimentarios a más de 700 niñas, niños y jóvenes victimizados, a fin de garantizar la continuidad de su desarrollo.

A contracorriente de los recortes federales en programas de fomento a la igualdad entre hombres y mujeres, el Estado de México se mantiene congruente en los dichos y en los hechos, al crear hace un par de meses la Secretaría de las Mujeres para fortalecer la acción transversal del gobierno mexiquense y estrechar lazos de colaboración también con la Fiscalía General de Justicia y el Poder Judicial estatales.

Erradicar la violencia contra las mujeres y su expresión más brutal, los feminicidios, exige a nuestras autoridades continuidad en las políticas y una coordinación efectiva para acabar con la impunidad; no dilapidar nuestros impuestos en “guías éticas” como la publicada por el gobierno lopezobradorista en días pasados, donde aconseja pedir perdón “y otorgarlo si fuiste víctima de maltrato, agresión, abuso o violencia”, para “liberar la culpa de quien te ofendió”.

*Diputada federal mexiquense.

@AnaLiliaHerrera

Cerrar los ojos a la realidad no salva vidas ni calma el dolor y la angustia que envuelve los hogares de once mexicanas que cada día son asesinadas por el simple hecho de ser mujeres y mucho menos desaparece el miedo y el hartazgo de millones de nosotras a lo largo y ancho del país, cansadas de ser bandera política que ondea en los discursos y desaparece en los presupuestos.

A punto de iniciar el tercer año de una nueva alternancia en el poder y en medio de la pandemia por Covid-19, la violencia contra las mujeres crece en las calles y en los hogares: solo en julio de este 2020, comparado con el mismo mes del año anterior, el Sistema Nacional de Seguridad Pública reportó un incremento de 55 por ciento en el número de denuncias por violencia de género.

Y aunque los datos son del propio gobierno federal, la ola de austericidios sin sentido, alcanzó a las alertas de género, cuyo presupuesto será menor en 65 por ciento para 2021, respecto de lo asignado este año.

De tajo, como la vida de las mujeres, se rompe la continuidad en la implementación de políticas de prevención y atención a esta otra pandemia, cuando desde el gobierno federal debería darse el impulso al actuar de los gobiernos estatales y municipales contra los feminicidios.

En el Estado de México, las estadísticas reportan que tres de cada cuatro mujeres han sido objeto de exclusión, abuso psicológico, maltrato y otras formas de violencia, en tanto que cuatro de cada cinco, se sienten inseguras y vulnerables a agresiones por el solo hecho de ser mujeres.

Por eso es una buena noticia que el gobernador Alfredo del Mazo decida convertir en ejes institucionales para erradicar la violencia contra las mujeres, las acciones y medidas más eficaces de la Alerta de Género, a fin de fortalecer la prevención, atención e investigación de las formas más extremas de violencia en todo el territorio estatal, y llevar a los 125 municipios mexiquenses la Policía de Género; las Células de Búsqueda y de Reacción Inmediata; las Unidades de Atención a la Mujer; las redes comunitarias de Mujeres y la aplicación de la Guía de Recuperación de Espacios Públicos con Perspectiva de Género.

Con empatía hacia la causa y con altura de miras, el gobierno mexiquense prioriza la unidad y el trabajo coordinado con los Ayuntamientos, para extender en los hechos, las medidas de protección de la Alerta de Género en todo el territorio estatal.

También con el Congreso local se tienden puentes que trascienden los buenos deseos. Este año se implementaron tres programas por más de 90 millones de pesos, para atender la reparación del daño a víctimas de violencia de género mediante compensaciones, apoyos económicos y alimentarios a más de 700 niñas, niños y jóvenes victimizados, a fin de garantizar la continuidad de su desarrollo.

A contracorriente de los recortes federales en programas de fomento a la igualdad entre hombres y mujeres, el Estado de México se mantiene congruente en los dichos y en los hechos, al crear hace un par de meses la Secretaría de las Mujeres para fortalecer la acción transversal del gobierno mexiquense y estrechar lazos de colaboración también con la Fiscalía General de Justicia y el Poder Judicial estatales.

Erradicar la violencia contra las mujeres y su expresión más brutal, los feminicidios, exige a nuestras autoridades continuidad en las políticas y una coordinación efectiva para acabar con la impunidad; no dilapidar nuestros impuestos en “guías éticas” como la publicada por el gobierno lopezobradorista en días pasados, donde aconseja pedir perdón “y otorgarlo si fuiste víctima de maltrato, agresión, abuso o violencia”, para “liberar la culpa de quien te ofendió”.

*Diputada federal mexiquense.

@AnaLiliaHerrera

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