/ viernes 12 de enero de 2018

Análisis y Reflexión

Ethos, palabra griega que significaba carácter o modo de ser, también Aristóteles lo relaciona con las palabras costumbre, habito o uso; en términos generales la ética es la rama de la filosofía que estudia los valores, es decir, el deber ser, aspectos que distinguen y califican a la persona humana en su exacta dimensión, la ética es guía y dirección de la conducta humana, el gobernante es por tanto una persona humana, pero sobre todo es un servidor público, la función que realiza, la de satisfacer las necesidades colectivas es y debe ser en servicio del pueblo. Bien señala Ignacio Pichardo Pagaza, al afirmar que el concepto de ética pública es el equivalente al de moral pública, pues ambas nociones tienen un alcance fundamental como lo es el del combate a la corrupción, cáncer que desde la etapa colonial ha venido permeando en la sociedad mexicana y que ha evitado el desarrollo nacional económico, social, político y cultural del pueblo de México.

México necesita un nuevo paradigma de conducción y actuación en el servicio público, en el México actual del siglo XXI hemos vivido un cambio profundo de la sociedad mexicana, por tanto es obligado realizar una revisión integral del Estado mexicano, pues todos los actores de la sociedad mexicana, pero sobre todo los gobernantes, deben hacer una revisión de las finalidades del Estado, que son: el bienestar de la nación, la solidaridad social, la seguridad pública, la protección de los intereses individuales y colectivos, la elevación económica, educacional, cultural de toda la población y la satisfacción de las necesidades públicas.

Toda actividad o profesión debe de tener siempre en cuenta el aspecto ético o deontológico a su sentido, valores y deberes. El servidor público es la persona física que desempeña un trabajo material o intelectual dentro de los poderes del Estado, en cualesquiera de sus tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal) bajo un régimen jurídico de Derecho público, que tiene como finalidad atender las necesidades sociales.

La ética es un concepto absoluto, mismo que no permite dudas, ni falsas interpretaciones, constituye además una noción jurídica que marca la pauta en la conciencia del servidor público, el cual en su ingreso al servicio público debe de adjuntarse una moral profesional que aluda a relaciones estrechas entre el Derecho.

En tal sentido, la satisfacción de las necesidades colectivas sólo se va a lograr eficaz y eficientemente, si hay conciencia, de la repercusión que se tiene en la prestación del servicio que los gobernantes tienen encomendado; pues una actitud contraria a lo anterior, significa el usufructuar una función con la finalidad de recibir un sueldo, “pasar el tiempo” o esperar la oportunidad de realizar un negocio extra, es decir, nada más y nada menos que corrupción. Estas actitudes negativas son las que provocan la deficiencia en el servicio público, el congestionamiento de personal, “burocracias” que han distorsionado la relación entre gobernante y gobernados, situación que conlleva un sentimiento de frustración, o bien, lo que hoy se ha llamado Estado fallido, o Estado ineficaz.

La corrupción es un fenómeno aparejado a la actividad humana que va a emerger siempre que el servidor público antepone su interés personal, a los intereses de la institución, a los del grupo, o a los del Estado o la sociedad. Por tanto el combate a la corrupción debe ser una actividad permanente, una lucha constante con la exacta aplicación de la norma jurídica.

Hoy día estamos viviendo los prolegómenos del proceso electoral para elegir primeramente a un nuevo presidente de la República, quien sustituirá al presidente Enrique Peña Nieto, los candidatos a sucederlo deben desde ya dar muestras en su actuación, de un afán de servicio público, de honestidad y de ética a toda prueba, el pueblo desea, anhela gobernantes honestos que “se la jueguen por México” , que no estén ahí para solo enriquecerse y obtener ganancias que solo ofenden y lastiman a la sociedad mexicana toda, deben de ser ejemplo en sus equipos de trabajo desde ahora en la campaña política, pero sobre todo cuando ya estén en el gobierno.

Ethos, palabra griega que significaba carácter o modo de ser, también Aristóteles lo relaciona con las palabras costumbre, habito o uso; en términos generales la ética es la rama de la filosofía que estudia los valores, es decir, el deber ser, aspectos que distinguen y califican a la persona humana en su exacta dimensión, la ética es guía y dirección de la conducta humana, el gobernante es por tanto una persona humana, pero sobre todo es un servidor público, la función que realiza, la de satisfacer las necesidades colectivas es y debe ser en servicio del pueblo. Bien señala Ignacio Pichardo Pagaza, al afirmar que el concepto de ética pública es el equivalente al de moral pública, pues ambas nociones tienen un alcance fundamental como lo es el del combate a la corrupción, cáncer que desde la etapa colonial ha venido permeando en la sociedad mexicana y que ha evitado el desarrollo nacional económico, social, político y cultural del pueblo de México.

México necesita un nuevo paradigma de conducción y actuación en el servicio público, en el México actual del siglo XXI hemos vivido un cambio profundo de la sociedad mexicana, por tanto es obligado realizar una revisión integral del Estado mexicano, pues todos los actores de la sociedad mexicana, pero sobre todo los gobernantes, deben hacer una revisión de las finalidades del Estado, que son: el bienestar de la nación, la solidaridad social, la seguridad pública, la protección de los intereses individuales y colectivos, la elevación económica, educacional, cultural de toda la población y la satisfacción de las necesidades públicas.

Toda actividad o profesión debe de tener siempre en cuenta el aspecto ético o deontológico a su sentido, valores y deberes. El servidor público es la persona física que desempeña un trabajo material o intelectual dentro de los poderes del Estado, en cualesquiera de sus tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal) bajo un régimen jurídico de Derecho público, que tiene como finalidad atender las necesidades sociales.

La ética es un concepto absoluto, mismo que no permite dudas, ni falsas interpretaciones, constituye además una noción jurídica que marca la pauta en la conciencia del servidor público, el cual en su ingreso al servicio público debe de adjuntarse una moral profesional que aluda a relaciones estrechas entre el Derecho.

En tal sentido, la satisfacción de las necesidades colectivas sólo se va a lograr eficaz y eficientemente, si hay conciencia, de la repercusión que se tiene en la prestación del servicio que los gobernantes tienen encomendado; pues una actitud contraria a lo anterior, significa el usufructuar una función con la finalidad de recibir un sueldo, “pasar el tiempo” o esperar la oportunidad de realizar un negocio extra, es decir, nada más y nada menos que corrupción. Estas actitudes negativas son las que provocan la deficiencia en el servicio público, el congestionamiento de personal, “burocracias” que han distorsionado la relación entre gobernante y gobernados, situación que conlleva un sentimiento de frustración, o bien, lo que hoy se ha llamado Estado fallido, o Estado ineficaz.

La corrupción es un fenómeno aparejado a la actividad humana que va a emerger siempre que el servidor público antepone su interés personal, a los intereses de la institución, a los del grupo, o a los del Estado o la sociedad. Por tanto el combate a la corrupción debe ser una actividad permanente, una lucha constante con la exacta aplicación de la norma jurídica.

Hoy día estamos viviendo los prolegómenos del proceso electoral para elegir primeramente a un nuevo presidente de la República, quien sustituirá al presidente Enrique Peña Nieto, los candidatos a sucederlo deben desde ya dar muestras en su actuación, de un afán de servicio público, de honestidad y de ética a toda prueba, el pueblo desea, anhela gobernantes honestos que “se la jueguen por México” , que no estén ahí para solo enriquecerse y obtener ganancias que solo ofenden y lastiman a la sociedad mexicana toda, deben de ser ejemplo en sus equipos de trabajo desde ahora en la campaña política, pero sobre todo cuando ya estén en el gobierno.