/ viernes 2 de febrero de 2018

Análisis y Reflexión

Desde siempre hemos sabido que en México el poder político se obtiene a través de un proceso electoral constitucional, y es así que hasta antes de la reforma electoral el vehículo más importante para poder tener acceso los ciudadanos al ejercicio del poder público, lo eran los partidos políticos, como entidades de interés público, en tal sentido desde siempre entendí y así lo tengo escrito en mi libro “La lucha por el poder político en México” (pág. 206) que: “Un partido político es una agrupación organizada, estable que solicita apoyo a su ideología y a programas políticos para competir por el poder y una vez que lo consigue, coadyuvar el gobierno en la orientación política del estado”.

Como se puede observar, esta definición de partidos políticos contiene dos aspectos fundamentales: la Ideología y la Consecución del Poder, ya que una sociedad organizada en un partido político debe tener un objetivo, una meta, unos principios, para orientar la vida del ser humano y el rumbo de los pueblos, de ahí que la Ideología será pensamiento común compartido por la mayoría de las personas que lo integran, será el objetivo del diseño a que deberá ser destinado, a ser meta a alcanzar de una nación

El otro aspecto, alcanzar el Poder Público para orientar al gobierno en los objetivos importantes; es así que los partidos políticos tienen líderes que marcan la estrategia, más no el rumbo, ni la meta, pues estos son los principios del partido y en muchas ocasiones los dirigentes se empeñan en soslayar, pues lo primero que les interesa es obtener el poder, sin importar como y para qué, y ya después los principios ideológicos de los partidos.

Esta forma de proceder lo único que ha producido en México es la falta de credibilidad de los partidos y con ello la crisis gubernamental en la que vivimos. Las reformas estructurales y dentro de ellas la política, trajo como dos consecuencias gravísimas en el sistema político de México:

La primera, enterrar ese principio fundamental emanado de la Revolución Mexicana, como lo era “Sufragio efectivo, no reelección”, es decir, se abrió a la posibilidad como en la época del Porfiriato, que los gobernantes se eternicen en el uso y abuso del poder, pues ya se pueden reelegir los miembros de ayuntamiento, los diputados locales y federales, así como los senadores de la república.

El segundo aspecto negativo es el que puedan surgir los candidatos “Independientes”, y aquí se ha tergiversado la reforma, pues el espíritu consistía en tener candidatos ciudadanos alejados de un partido político, para tener como ideología el progreso y la superación del pueblo, sin embargo, con la reforma constitucional se permite que ciudadanos y ciudadanas puedan postularse de manera “independiente” para todos los cargos de elección popular, es así que con esta reforma lo que más ha llamado la atención son los candidatos “independientes” a ocupar cargo de presidente de la república, en donde sobresalen los siguientes: Margarita Zavala, esposa del expresidente de la república Felipe Calderón y hasta el pasado 6 de octubre de 2017 militante del partido Acción Nacional, tras 33 años; siendo panista alcanzó cargos como diputada en la Asamblea Legislativa del entonces D.F. y diputada federal; hoy se lanza como “independiente” porque su partido no la dejó llegar como candidata de la presidencia de la república.

Jaime Rodríguez (A) “El Bronco”, actual gobernador con licencia de Nuevo León, hasta apenas hace cuatro años decidió renunciar al PRI y a más de 33 años de militancia, el PRI le dio la oportunidad de ser diputado federal, diputado local y presidente municipal de García, Nuevo León de 2009 a 2012.

Armando Ríos Piter, persona muy preparada, pues retiene dos licenciaturas, por la UNAM y otra por el ITAM; además de dos maestrías, una por la Universidad Georgetown y otra por la Universidad Harvad, es actual senador con licencia, cargo que llegó por su anterior partido PRD; en febrero de 2015 renunció al partido y ahora busca la candidatura a la presidencia de la república.

Me refiero a estos tres personajes porque son las personas que van más adelantadas en las encuestas electorales y en la solicitud de firmas; pero sinceramente, ¿Quién va a creer que no tengan ideología partidista?

Es así que hasta hoy Jaime Rodríguez lleva 1 millón 449 mil 811 firmas, Margarita Zavala lleva 948 mil 972 firmas, y Armando Ríos Piter 765 mil 069; de las más de 888 mil firmas solicitadas por el INE, aún faltan 15 días para que sean validadas y reconocidas las firmas, pues el plazo vence el 19 de febrero, seguramente estos tres personajes aparecerán en la boleta electoral como candidatos “Independientes, ” porque supuestamente ya no militan en un partido político, sinceramente otro engaño a la democracia mexicana.

Desde siempre hemos sabido que en México el poder político se obtiene a través de un proceso electoral constitucional, y es así que hasta antes de la reforma electoral el vehículo más importante para poder tener acceso los ciudadanos al ejercicio del poder público, lo eran los partidos políticos, como entidades de interés público, en tal sentido desde siempre entendí y así lo tengo escrito en mi libro “La lucha por el poder político en México” (pág. 206) que: “Un partido político es una agrupación organizada, estable que solicita apoyo a su ideología y a programas políticos para competir por el poder y una vez que lo consigue, coadyuvar el gobierno en la orientación política del estado”.

Como se puede observar, esta definición de partidos políticos contiene dos aspectos fundamentales: la Ideología y la Consecución del Poder, ya que una sociedad organizada en un partido político debe tener un objetivo, una meta, unos principios, para orientar la vida del ser humano y el rumbo de los pueblos, de ahí que la Ideología será pensamiento común compartido por la mayoría de las personas que lo integran, será el objetivo del diseño a que deberá ser destinado, a ser meta a alcanzar de una nación

El otro aspecto, alcanzar el Poder Público para orientar al gobierno en los objetivos importantes; es así que los partidos políticos tienen líderes que marcan la estrategia, más no el rumbo, ni la meta, pues estos son los principios del partido y en muchas ocasiones los dirigentes se empeñan en soslayar, pues lo primero que les interesa es obtener el poder, sin importar como y para qué, y ya después los principios ideológicos de los partidos.

Esta forma de proceder lo único que ha producido en México es la falta de credibilidad de los partidos y con ello la crisis gubernamental en la que vivimos. Las reformas estructurales y dentro de ellas la política, trajo como dos consecuencias gravísimas en el sistema político de México:

La primera, enterrar ese principio fundamental emanado de la Revolución Mexicana, como lo era “Sufragio efectivo, no reelección”, es decir, se abrió a la posibilidad como en la época del Porfiriato, que los gobernantes se eternicen en el uso y abuso del poder, pues ya se pueden reelegir los miembros de ayuntamiento, los diputados locales y federales, así como los senadores de la república.

El segundo aspecto negativo es el que puedan surgir los candidatos “Independientes”, y aquí se ha tergiversado la reforma, pues el espíritu consistía en tener candidatos ciudadanos alejados de un partido político, para tener como ideología el progreso y la superación del pueblo, sin embargo, con la reforma constitucional se permite que ciudadanos y ciudadanas puedan postularse de manera “independiente” para todos los cargos de elección popular, es así que con esta reforma lo que más ha llamado la atención son los candidatos “independientes” a ocupar cargo de presidente de la república, en donde sobresalen los siguientes: Margarita Zavala, esposa del expresidente de la república Felipe Calderón y hasta el pasado 6 de octubre de 2017 militante del partido Acción Nacional, tras 33 años; siendo panista alcanzó cargos como diputada en la Asamblea Legislativa del entonces D.F. y diputada federal; hoy se lanza como “independiente” porque su partido no la dejó llegar como candidata de la presidencia de la república.

Jaime Rodríguez (A) “El Bronco”, actual gobernador con licencia de Nuevo León, hasta apenas hace cuatro años decidió renunciar al PRI y a más de 33 años de militancia, el PRI le dio la oportunidad de ser diputado federal, diputado local y presidente municipal de García, Nuevo León de 2009 a 2012.

Armando Ríos Piter, persona muy preparada, pues retiene dos licenciaturas, por la UNAM y otra por el ITAM; además de dos maestrías, una por la Universidad Georgetown y otra por la Universidad Harvad, es actual senador con licencia, cargo que llegó por su anterior partido PRD; en febrero de 2015 renunció al partido y ahora busca la candidatura a la presidencia de la república.

Me refiero a estos tres personajes porque son las personas que van más adelantadas en las encuestas electorales y en la solicitud de firmas; pero sinceramente, ¿Quién va a creer que no tengan ideología partidista?

Es así que hasta hoy Jaime Rodríguez lleva 1 millón 449 mil 811 firmas, Margarita Zavala lleva 948 mil 972 firmas, y Armando Ríos Piter 765 mil 069; de las más de 888 mil firmas solicitadas por el INE, aún faltan 15 días para que sean validadas y reconocidas las firmas, pues el plazo vence el 19 de febrero, seguramente estos tres personajes aparecerán en la boleta electoral como candidatos “Independientes, ” porque supuestamente ya no militan en un partido político, sinceramente otro engaño a la democracia mexicana.