/ jueves 5 de abril de 2018

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De madruguetes e imposiciones

Aprovecho estos días de intensa “grilla”, ocasionada por la contienda electoral, para coyunturalmente, relacionarla con las aspiraciones políticas del cacique de Atlacomulco, don Donatito Becerra, relatadas en “El Diosero”, de Francisco Rojas González.

Por no ser gente de razón; no figura entre “los monrroyes”, “los del mazos”, “los colines”, “los velazcos”, “los peñas, “los huitrones”, que reinan en Atlacomulco, diría Tanilo Santos. “Los becerras,” si lo hay, fueron desdeñados.

¿En quién se inspiraría el autor? En un personaje real, con nombre supuesto. Empero, los hechos debieron ser auténticos. Los cuentistas, combinan realismo con ficción. “Tanilo Santos”, nombre imaginario de un hombre tullido, aparece en el cuento “Talpa”, del libro “El Llano en llamas”.

Durante la conversa en el atrio del templo de Chalma, Tanilo, narra las arbitrariedades del cacique. “Van desde la práctica del abigeato; el despojo de tierras a los inditos de Endó p´hacer colonos a los ricos del pueblo, el robo de muchachas, que con un crio en el seno las abandona, hasta sus aspiraciones políticas”.

“Pero l´otro año-sigue contando Tanilo- se le metió quesque ser “deputado”; t´onces nos traiba los mazahuas muy consentiditos. Yo, le arrimé harta gente. Había que ver esa plaza de Atlacomulco llena de burros y de cristianos…Mucho pulque, buena barbacoa, hartas tortillotas de maíz pinto; nos embriagó bonito y nos dio de tragar hasta que se nos hizo bueno. Pero ahí nomás que le sale otro candidato, a ese le decían el PRI, y naiden en todo el plan lo conocía. Luego que pasó la cosa, don Donatito echaba lumbre por las orejas; lleno de muina nos mandó en rialada….y desde entonces no si’ acuerda de sus majes, sino es pa trasquilar la borregada. Dice que la Revolución y que la Revolución y que el “pobretariado” nacional y quesque el Sinarquismo, y al son de su argüende no sabe más que atornillarnos por onde puede”.

“Total, que por sus malas mañas, don Donatito Becerra es el hombre más rico del pueblo... ¿Y qué era antes? Pos triste jicarero de la casilla de mi compadrito Matias Lobato.”

“Gastamos más de doscientos pesos en la caminata…Todos sabemos que este Siñor, aunque es milagriento se ha vuelto muy carero… Pero yo crio’ que el servicio que le pedimos queda muy bien pagado”.

Parte del estudio a la etnia mazahua, revela, al auto postularse “deputado”, la indisciplina de don Donatito y, la imposición de políticos arribistas y desconocidos como práctica secular del PRI. En nuestros días su candidato presidencial, José Antonio Meade Kuribreña, “naiden”, como diría Tanilo Santos, lo conoce. Es un adoptado del PRI.

A la memoria de Javier López García.


De madruguetes e imposiciones

Aprovecho estos días de intensa “grilla”, ocasionada por la contienda electoral, para coyunturalmente, relacionarla con las aspiraciones políticas del cacique de Atlacomulco, don Donatito Becerra, relatadas en “El Diosero”, de Francisco Rojas González.

Por no ser gente de razón; no figura entre “los monrroyes”, “los del mazos”, “los colines”, “los velazcos”, “los peñas, “los huitrones”, que reinan en Atlacomulco, diría Tanilo Santos. “Los becerras,” si lo hay, fueron desdeñados.

¿En quién se inspiraría el autor? En un personaje real, con nombre supuesto. Empero, los hechos debieron ser auténticos. Los cuentistas, combinan realismo con ficción. “Tanilo Santos”, nombre imaginario de un hombre tullido, aparece en el cuento “Talpa”, del libro “El Llano en llamas”.

Durante la conversa en el atrio del templo de Chalma, Tanilo, narra las arbitrariedades del cacique. “Van desde la práctica del abigeato; el despojo de tierras a los inditos de Endó p´hacer colonos a los ricos del pueblo, el robo de muchachas, que con un crio en el seno las abandona, hasta sus aspiraciones políticas”.

“Pero l´otro año-sigue contando Tanilo- se le metió quesque ser “deputado”; t´onces nos traiba los mazahuas muy consentiditos. Yo, le arrimé harta gente. Había que ver esa plaza de Atlacomulco llena de burros y de cristianos…Mucho pulque, buena barbacoa, hartas tortillotas de maíz pinto; nos embriagó bonito y nos dio de tragar hasta que se nos hizo bueno. Pero ahí nomás que le sale otro candidato, a ese le decían el PRI, y naiden en todo el plan lo conocía. Luego que pasó la cosa, don Donatito echaba lumbre por las orejas; lleno de muina nos mandó en rialada….y desde entonces no si’ acuerda de sus majes, sino es pa trasquilar la borregada. Dice que la Revolución y que la Revolución y que el “pobretariado” nacional y quesque el Sinarquismo, y al son de su argüende no sabe más que atornillarnos por onde puede”.

“Total, que por sus malas mañas, don Donatito Becerra es el hombre más rico del pueblo... ¿Y qué era antes? Pos triste jicarero de la casilla de mi compadrito Matias Lobato.”

“Gastamos más de doscientos pesos en la caminata…Todos sabemos que este Siñor, aunque es milagriento se ha vuelto muy carero… Pero yo crio’ que el servicio que le pedimos queda muy bien pagado”.

Parte del estudio a la etnia mazahua, revela, al auto postularse “deputado”, la indisciplina de don Donatito y, la imposición de políticos arribistas y desconocidos como práctica secular del PRI. En nuestros días su candidato presidencial, José Antonio Meade Kuribreña, “naiden”, como diría Tanilo Santos, lo conoce. Es un adoptado del PRI.

A la memoria de Javier López García.

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