/ martes 28 de julio de 2020

Con el precipicio al frente

La gente se ve pequeña junto a un avión, pero al parecer también desde el Palacio Nacional, donde este inicio de semana se impuso de nuevo la agenda electoral, por encima de las cifras acumuladas de personas fallecidas por Covid-19, el incremento en feminicidios y la caída de la economía que cada día arrebata empleos y certidumbre a millones de familias mexicanas.

El discurso se contradice con la parálisis gubernamental y regresa como boomerang, cuando dice que “el poder solo tiene sentido y se convierte en virtud si se pone al servicio de los demás”, mientras mira por el espejo retrovisor el avión presidencial y pide públicamente ignorar cualquier otro tema, incluidas las pérdidas humanas y materiales que dejó a su paso el huracán Hanna en el norte del país.

El impacto de la actual pandemia por coronavirus, se atiende en México sin una coordinación efectiva con las entidades y los municipios, sin pruebas masivas ni insumos suficientes que garanticen la protección del personal del sector salud, el abasto necesario de medicamentos e infraestructura para los pacientes, como lo los 43 mil 680 decesos, 309 mil 516 contagios confirmados y 432 mil 572 contagios estimados al día de hoy, que no logran convencer al principal mandatario de hablar del tema y menos de usar cubrebocas.

Negar la realidad o ignorarla se va convirtiendo en una práctica socorrida, pues mientras escuchamos a un presidente fiel creyente de la fraternidad familiar y de la vocación cuidadora de las mujeres, las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública advierten que los presuntos feminicidios ocurridos durante el primer semestre de 2020, se elevaron 9.74 por ciento, en comparación con el mismo periodo del año pasado.

Gracias a instituciones autónomas especializadas en generar datos confiables como el INEGI, la semana pasada confirmamos lo que ya es un clamor social: nueve de cada 10 empresas registró al menos un tipo de afectación debido a la contingencia sanitaria por Covid-19, fundamentalmente en la disminución de sus ingresos (91.3%).

De los entrevistados, 92.2% no recibió ayuda de ninguna índole y solo 7.8% obtuvo algún tipo de apoyo, de los cuales, casi la mitad no tuvieron un carácter gubernamental.

Por otra parte, la Encuesta Telefónica sobre Covid-19 y mercado laboral (ECOVID-ML), aplicada en abril a más de 68 millones de personas mayores de 18 años, nos permite saber que en uno de cada tres hogares, algún integrante perdió su trabajo por la pandemia y en 65.1% de las viviendas sus ingresos disminuyeron durante la contingencia, lo que ha obligado al 37.4% de los integrantes de éstas, a vender algún bien, pedir dinero prestado o recurrir a sus ahorros.

Al borde del precipicio y, aún si su prioridad son las elecciones venideras, el gobierno federal debería cumplir su responsabilidad de gobernar, unir esfuerzos y entregar resultados, porque dividir y mirar por el retrovisor para imponer cortinas de humo como la vergonzosa historia del avión que no se vendió ni se rifó, inundarán las redes con memes y comentarios de indignación por algunos días, pero no aliviarán el dolor de millones de personas que hoy carecen de los recursos necesarios para alimentarse, cuidar su salud y construirse un futuro mejor.


*Diputada federal mexiquense

@AnaLiliaHerrera

La gente se ve pequeña junto a un avión, pero al parecer también desde el Palacio Nacional, donde este inicio de semana se impuso de nuevo la agenda electoral, por encima de las cifras acumuladas de personas fallecidas por Covid-19, el incremento en feminicidios y la caída de la economía que cada día arrebata empleos y certidumbre a millones de familias mexicanas.

El discurso se contradice con la parálisis gubernamental y regresa como boomerang, cuando dice que “el poder solo tiene sentido y se convierte en virtud si se pone al servicio de los demás”, mientras mira por el espejo retrovisor el avión presidencial y pide públicamente ignorar cualquier otro tema, incluidas las pérdidas humanas y materiales que dejó a su paso el huracán Hanna en el norte del país.

El impacto de la actual pandemia por coronavirus, se atiende en México sin una coordinación efectiva con las entidades y los municipios, sin pruebas masivas ni insumos suficientes que garanticen la protección del personal del sector salud, el abasto necesario de medicamentos e infraestructura para los pacientes, como lo los 43 mil 680 decesos, 309 mil 516 contagios confirmados y 432 mil 572 contagios estimados al día de hoy, que no logran convencer al principal mandatario de hablar del tema y menos de usar cubrebocas.

Negar la realidad o ignorarla se va convirtiendo en una práctica socorrida, pues mientras escuchamos a un presidente fiel creyente de la fraternidad familiar y de la vocación cuidadora de las mujeres, las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública advierten que los presuntos feminicidios ocurridos durante el primer semestre de 2020, se elevaron 9.74 por ciento, en comparación con el mismo periodo del año pasado.

Gracias a instituciones autónomas especializadas en generar datos confiables como el INEGI, la semana pasada confirmamos lo que ya es un clamor social: nueve de cada 10 empresas registró al menos un tipo de afectación debido a la contingencia sanitaria por Covid-19, fundamentalmente en la disminución de sus ingresos (91.3%).

De los entrevistados, 92.2% no recibió ayuda de ninguna índole y solo 7.8% obtuvo algún tipo de apoyo, de los cuales, casi la mitad no tuvieron un carácter gubernamental.

Por otra parte, la Encuesta Telefónica sobre Covid-19 y mercado laboral (ECOVID-ML), aplicada en abril a más de 68 millones de personas mayores de 18 años, nos permite saber que en uno de cada tres hogares, algún integrante perdió su trabajo por la pandemia y en 65.1% de las viviendas sus ingresos disminuyeron durante la contingencia, lo que ha obligado al 37.4% de los integrantes de éstas, a vender algún bien, pedir dinero prestado o recurrir a sus ahorros.

Al borde del precipicio y, aún si su prioridad son las elecciones venideras, el gobierno federal debería cumplir su responsabilidad de gobernar, unir esfuerzos y entregar resultados, porque dividir y mirar por el retrovisor para imponer cortinas de humo como la vergonzosa historia del avión que no se vendió ni se rifó, inundarán las redes con memes y comentarios de indignación por algunos días, pero no aliviarán el dolor de millones de personas que hoy carecen de los recursos necesarios para alimentarse, cuidar su salud y construirse un futuro mejor.


*Diputada federal mexiquense

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