/ viernes 11 de diciembre de 2020

Con Valor Agregado | Alerta máxima del fin de 2020


La nueva normalidad ha sido muy larga, pesada y en muchas ocasiones insostenible, sobre todo por temas económicos, es decir, las actividades no se detienen, pero deben hacerse con absoluta responsabilidad y cuidado para evitar contagios.

Es catastrófico, al paso de más de 8 meses de contingencia por COVID-19, escuchar testimonios que dicen no ser necesario el uso de cubrebocas o desinfección y sanitización, es una gran irresponsabilidad, lo mismo el organizar o participar en eventos sociales.

Nuevamente nos encontramos con casos de saturación de hospitales públicos y privados, los casos de contagios y defunciones están muy cercanos a prácticamente cualquier familia, grupo de trabajo o vecindad.

Recientemente estados como Baja California y Zacatecas regresaron a semáforo rojo, en el caso de los municipios, Ecatepec pasó a este color de alerta sanitaria, que sin detener la actividad económica, si restringe a un 30% la operación de centros de abasto, comercio, servicios así como la disminución de sus horarios de operación.

De igual forma, dan tolerancia cero a las fiestas y reuniones sociales, que lamentablemente se registraban como común denominador no solo en Ecatepec, sino de forma generalizada en la zona oriente de la entidad, principalmente.

La autoridad estatal ha destinado el 911 para que los ciudadanos que detecten este tipo de prácticas lo reporten de inmediato y la autoridad envía elementos de seguridad estatal y/o municipal para disuadirlos, o en el caso de la Ciudad de México ya analizan la imposición de multas para los organizadores, participantes y asistentes a estos eventos.

Es momento de generar conciencia, hay miles de familias que lamentan la partida de alguno o varios de sus familiares, unos más viven el contagio en hombros o con los integrantes de su círculo cotidiano de convivencia, el COVID-19 es una trágica realidad que debemos enfrentar con responsabilidad y decisión, no se debe capotear ni jugar a la ruleta rusa, porque en el momento menos esperado se puede perder la partida.

Más allá de medidas gubernamentales de contención, es un tema de sociedad, los doctores, enfermeras y personal de salud están cansados y son insuficientes, es un tema de compromiso en primera persona.

Esperemos que la anunciada llegada de la vacuna sea una realidad y paulatinamente se inmunice a la población, ojalá estemos a tiempo.


La nueva normalidad ha sido muy larga, pesada y en muchas ocasiones insostenible, sobre todo por temas económicos, es decir, las actividades no se detienen, pero deben hacerse con absoluta responsabilidad y cuidado para evitar contagios.

Es catastrófico, al paso de más de 8 meses de contingencia por COVID-19, escuchar testimonios que dicen no ser necesario el uso de cubrebocas o desinfección y sanitización, es una gran irresponsabilidad, lo mismo el organizar o participar en eventos sociales.

Nuevamente nos encontramos con casos de saturación de hospitales públicos y privados, los casos de contagios y defunciones están muy cercanos a prácticamente cualquier familia, grupo de trabajo o vecindad.

Recientemente estados como Baja California y Zacatecas regresaron a semáforo rojo, en el caso de los municipios, Ecatepec pasó a este color de alerta sanitaria, que sin detener la actividad económica, si restringe a un 30% la operación de centros de abasto, comercio, servicios así como la disminución de sus horarios de operación.

De igual forma, dan tolerancia cero a las fiestas y reuniones sociales, que lamentablemente se registraban como común denominador no solo en Ecatepec, sino de forma generalizada en la zona oriente de la entidad, principalmente.

La autoridad estatal ha destinado el 911 para que los ciudadanos que detecten este tipo de prácticas lo reporten de inmediato y la autoridad envía elementos de seguridad estatal y/o municipal para disuadirlos, o en el caso de la Ciudad de México ya analizan la imposición de multas para los organizadores, participantes y asistentes a estos eventos.

Es momento de generar conciencia, hay miles de familias que lamentan la partida de alguno o varios de sus familiares, unos más viven el contagio en hombros o con los integrantes de su círculo cotidiano de convivencia, el COVID-19 es una trágica realidad que debemos enfrentar con responsabilidad y decisión, no se debe capotear ni jugar a la ruleta rusa, porque en el momento menos esperado se puede perder la partida.

Más allá de medidas gubernamentales de contención, es un tema de sociedad, los doctores, enfermeras y personal de salud están cansados y son insuficientes, es un tema de compromiso en primera persona.

Esperemos que la anunciada llegada de la vacuna sea una realidad y paulatinamente se inmunice a la población, ojalá estemos a tiempo.