/ martes 16 de febrero de 2021

Con Valor Agregado | Ante la nueva realidad

Se dieron a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo para el último trimestre de 2020, en el caso del Estado de México resaltan varios datos de interés general.

En primera instancia, la tasa de desempleo que se reporta es de 6.5%, mayor en 1.9% que el mismo periodo del año anterior, es decir, se presentó un aumento que impacta en más familias mexiquenses.

De los más afectados encontramos al sector terciario, mismos que contribuyen con el 69.4% al total de empleo en la entidad, pero en esta ocasión el sector restaurantes observó una disminución en su empleo con 196 mil trabajadores a la baja, no perdamos de vista que el último trimestre del año, siempre es la mejor época para estos negocios, sin embargo, 2020 fue duro y atípico con toda la población y el sector empresarial no fue excepción. Asimismo, los servicios de alojamientos tuvieron una disminución de empleados en 129 mil personas, cifra que obedece a la declaratoria del semáforo rojo a partir del 19 de diciembre pasado y con ello se esfumaron los esfuerzos para vacacionar fuera de casa.

Más allá de la recreación, esparcimiento y turismo, hay sectores económicos que más que semáforo rojo, pasaron por terapia intensiva, donde algunos salieron bien librados y otros se quedaron en el camino, se les acabó el oxígeno.

Otro dato muy revelador es que el porcentaje de empleadores (empresarios) disminuyó 10.4% respecto al mismo trimestre de 2019, eso significa menos empresas, pérdida de empleos, una economía semi paralizada que espera con ansia una vacuna que le permita avanzar de nuevo al crecimiento y a la competitividad. Pero la reducción de empleadores también tiene implicaciones negativas para el Gobierno, tiene menos recaudación y un creciente problema social.

Sin bien la pandemia nos ha modificado el estilo de vida productiva, no significa que acabe con las ideas de mejores políticas públicas para la sociedad en general, ello también debe llegar a una nueva normalidad, a permitir abrir empresas en solo un día, a hacer hasta lo imposible para que no desaparezcan las ya existentes, a priorizar una sociedad con un ingreso constante y formal, que permita cubrir las necesidades de las familias, alimentación, salud, techo, educación remota, entre otras, es tiempo de tomar decisiones con miras en el largo plazo de aplicación inmediata, es momento de crear el estado de México que todos los mexiquenses merecemos.

Se dieron a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo para el último trimestre de 2020, en el caso del Estado de México resaltan varios datos de interés general.

En primera instancia, la tasa de desempleo que se reporta es de 6.5%, mayor en 1.9% que el mismo periodo del año anterior, es decir, se presentó un aumento que impacta en más familias mexiquenses.

De los más afectados encontramos al sector terciario, mismos que contribuyen con el 69.4% al total de empleo en la entidad, pero en esta ocasión el sector restaurantes observó una disminución en su empleo con 196 mil trabajadores a la baja, no perdamos de vista que el último trimestre del año, siempre es la mejor época para estos negocios, sin embargo, 2020 fue duro y atípico con toda la población y el sector empresarial no fue excepción. Asimismo, los servicios de alojamientos tuvieron una disminución de empleados en 129 mil personas, cifra que obedece a la declaratoria del semáforo rojo a partir del 19 de diciembre pasado y con ello se esfumaron los esfuerzos para vacacionar fuera de casa.

Más allá de la recreación, esparcimiento y turismo, hay sectores económicos que más que semáforo rojo, pasaron por terapia intensiva, donde algunos salieron bien librados y otros se quedaron en el camino, se les acabó el oxígeno.

Otro dato muy revelador es que el porcentaje de empleadores (empresarios) disminuyó 10.4% respecto al mismo trimestre de 2019, eso significa menos empresas, pérdida de empleos, una economía semi paralizada que espera con ansia una vacuna que le permita avanzar de nuevo al crecimiento y a la competitividad. Pero la reducción de empleadores también tiene implicaciones negativas para el Gobierno, tiene menos recaudación y un creciente problema social.

Sin bien la pandemia nos ha modificado el estilo de vida productiva, no significa que acabe con las ideas de mejores políticas públicas para la sociedad en general, ello también debe llegar a una nueva normalidad, a permitir abrir empresas en solo un día, a hacer hasta lo imposible para que no desaparezcan las ya existentes, a priorizar una sociedad con un ingreso constante y formal, que permita cubrir las necesidades de las familias, alimentación, salud, techo, educación remota, entre otras, es tiempo de tomar decisiones con miras en el largo plazo de aplicación inmediata, es momento de crear el estado de México que todos los mexiquenses merecemos.