/ viernes 24 de julio de 2020

Con Valor Agregado | El daño colateral que sí impacta 

El INEGI dio a conocer una peculiar encuesta sobre el Impacto Económico Generado por el COVID – 19 en las Empresas, donde nos indica que 93.2% de las mismas han sufrido algún tipo de afectación por la contingencia y nos es que se esperara un resultado con tendencia diferente, sino que el porcentaje es muy alto, se podría hablar de casi la totalidad.

Si bien algunas unidades económicas no cerraron puertas al considerarse esenciales, estas también vieron disminuidos sus ingresos por la baja de clientes ya que la sociedad en su conjunto se mantuvo en confinamiento.

El ejercicio que realizó INEGI fue vía telefónica y consultó al 1.8 millones de empresas, lo cual la hace una muestra representativa, y reveló que alrededor del 60% entre micro, pequeñas, medianas y grandes empresas, recurrieron a los cierres temporales o paros técnicos de más de 21 días, lo que impactó en pérdidas de fuentes laborales, recortes salariales y disminución de prestaciones en muchos casos.

Esta situación provocó que las empresas tuvieron una disminución en sus ingresos, las grandes en 27.7%, medianas y pequeñas en 52% y las micro que fueron las más afectadas en un 56.7%, lo cual afectó indirectamente a los trabajadores, proveedores y demás cadena de suministro, y si le abonamos que los apoyos que han impulsado los gobiernos en sus tres niveles han sido demasiado modestos, son factores que tienen al borde de la quiebra a miles de empresas, principalmente las micro y pequeñas, quienes evidentemente no tuvieron capacidad de sobrevivir 4 meses con las cortinas abajo.

La encuesta plasma que 92% de las empresas no han recibido apoyo alguno, por diferentes circunstancias, desde la alta tramitología, no cumplir los parámetros para ser beneficiario o hasta por desconocimiento, sin embargo si tienen muy claro que es lo que necesitan y mencionaron que el diferimiento de pagos tanto de créditos como de impuestos o bien algunas exenciones que verdaderamente les permitan reactivarse, porque una cosa es que el semáforo de contingencia, en el Estado de México esté en color naranja y otra muy distinta es que los clientes lleguen a los establecimientos, comensales a los restaurantes o se obtengan contratos para la elaboración de una obra o prestación de servicios.

La pandemia nos confinó de un día a otro, la recuperación será lenta y esperemos cautelosa pero con la convicción de combatir dos problemas simultáneos, el sanitario y el económico. De no hacerlo, estaremos en un círculo vicioso por repunte en los contagios que inminentemente frenaría la reactivación y el crecimiento, es momento de poner toda la atención a esto porque está en juego tanto la salud como el empleo de los mexiquenses.

El INEGI dio a conocer una peculiar encuesta sobre el Impacto Económico Generado por el COVID – 19 en las Empresas, donde nos indica que 93.2% de las mismas han sufrido algún tipo de afectación por la contingencia y nos es que se esperara un resultado con tendencia diferente, sino que el porcentaje es muy alto, se podría hablar de casi la totalidad.

Si bien algunas unidades económicas no cerraron puertas al considerarse esenciales, estas también vieron disminuidos sus ingresos por la baja de clientes ya que la sociedad en su conjunto se mantuvo en confinamiento.

El ejercicio que realizó INEGI fue vía telefónica y consultó al 1.8 millones de empresas, lo cual la hace una muestra representativa, y reveló que alrededor del 60% entre micro, pequeñas, medianas y grandes empresas, recurrieron a los cierres temporales o paros técnicos de más de 21 días, lo que impactó en pérdidas de fuentes laborales, recortes salariales y disminución de prestaciones en muchos casos.

Esta situación provocó que las empresas tuvieron una disminución en sus ingresos, las grandes en 27.7%, medianas y pequeñas en 52% y las micro que fueron las más afectadas en un 56.7%, lo cual afectó indirectamente a los trabajadores, proveedores y demás cadena de suministro, y si le abonamos que los apoyos que han impulsado los gobiernos en sus tres niveles han sido demasiado modestos, son factores que tienen al borde de la quiebra a miles de empresas, principalmente las micro y pequeñas, quienes evidentemente no tuvieron capacidad de sobrevivir 4 meses con las cortinas abajo.

La encuesta plasma que 92% de las empresas no han recibido apoyo alguno, por diferentes circunstancias, desde la alta tramitología, no cumplir los parámetros para ser beneficiario o hasta por desconocimiento, sin embargo si tienen muy claro que es lo que necesitan y mencionaron que el diferimiento de pagos tanto de créditos como de impuestos o bien algunas exenciones que verdaderamente les permitan reactivarse, porque una cosa es que el semáforo de contingencia, en el Estado de México esté en color naranja y otra muy distinta es que los clientes lleguen a los establecimientos, comensales a los restaurantes o se obtengan contratos para la elaboración de una obra o prestación de servicios.

La pandemia nos confinó de un día a otro, la recuperación será lenta y esperemos cautelosa pero con la convicción de combatir dos problemas simultáneos, el sanitario y el económico. De no hacerlo, estaremos en un círculo vicioso por repunte en los contagios que inminentemente frenaría la reactivación y el crecimiento, es momento de poner toda la atención a esto porque está en juego tanto la salud como el empleo de los mexiquenses.