De acuerdo con el Indicador Mensual de la Actividad Industrial del INEGI, de forma general el mes de febrero de este año presenta una caída de -4.5% respecto al mismo mes del año inmediato anterior, síntoma de que la recuperación económica, de la que tanto se habla y trata de impulsarse, aún no es una realidad.
En la revisión general de este indicador, los cuatro grandes sectores de la industria que abarca, presentan contracción: la Minería con -2.5%, la Generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final con -9.9%, la Construcción con -4.4% y la Industria Manufacturera con -4.7%, todas ellas en febrero 2021 respecto al mismo mes de 2020.
En el indicador de Industria Manufacturera quisiera profundizar un tanto, por su gran importancia y por lo afectada que se encuentra en rubros específicos de gran relevancia para la economía y el empleo, como son: Fabricación de insumos textiles y acabados de textiles con -6.7%, fabricación de prendas de vestir con -25.9%, Fabricación de productos de cuero y piel con -19.3%, fabricación de equipo de transporte con -18.7%. También presentaron contracción la industria del papel con -5%, la industria química con -8.4%, la fabricación de maquinaria y equipo con -4.2% y sorpresivamente la industria alimentaria con -1.5% y la de bebidas y tabaco con -1.2%.
En este indicador podemos visualizar la gran crisis por la que atraviesa la industria textil, principalmente la dedicada a la industria del vestido, ya que la pandemia cerró establecimientos de venta de ropa y accesorios así como tiendas departamentales, quedando como únicas opciones para su distribución las ventas en supermercados y a través de plataformas en línea, lo cual ha sido insuficiente para mantener un sector con importante número de empleos y aportación a la economía.
No perdamos de vista que esas ventas no se recuperarán, pasó la temporada primavera – verano y otoño – invierno 2020, lo cual ya no se recuperará, los niños crecieron y la talla que comprarían de ropa para el año pasado, no la adquirieron y por crecimiento natural, no la van a consumir. Adicional a ello, la pérdida de empleos y poder adquisitivo de las familias no les permitirá realizar las compras pendientes de 2020, por ello la industria textil no tiene buen presente y un futuro incierto en el corto plazo.
La gran sorpresa es que las industria de alimentos y bebidas también presenten caídas, si bien en febrero de 2020 aún no estábamos en contingencia sanitaria, la realidad es que para 2021 la población ha aumentado, no deja de consumir alimentos ni bebidas, la única explicación es que la crisis es más severa de lo que observamos y nos expresan.
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