Con motivo del Día Internacional de la Mujer que celebramos ayer 8 de marzo, vale la pena reflexionar algunas posiciones que las mujeres hemos logrado a lo largo del tiempo con perseverancia, esfuerzo pero sobre todo talento.
Según datos del INEGI, las mujeres somos propietarias de un tercio de las Pequeñas y Medianas Empresas del país, de igual forma priorizamos la contratación de personal de nuestro sexo dos a uno con respecto al personal masculino. Sin duda la primera cifra es un gran aliciente para que más mujeres se aventuren a la tarea por emprender, convertirse en empresarias y empleadoras, más allá del género de sus colaboradores, beneficiando a familias por igual.
Se ha demostrado que las mujeres somos más responsables en las empresas, estamos al pendiente de proveedores, clientes, pago de impuestos, procesos de mejora continua y somos mucho más cumplidas a la hora de contratar financiamientos y de pagarlos.
De igual forma, la participación económica de las mujeres en el sector privado creció 15.7% en los últimos 10 años, alcanzando el 49%, lo cual da una muestra clara de la relevancia del papel que tenemos, dejando en claro que el trabajo y producción económica no es cuestión de género, sino de empeño y decisión.
Asimismo, las mujeres ocupamos el 39% de posiciones de funcionarias o directivas tanto en el sector público, privado y social, lo cual es trascendente porque hace no muchos años esos puestos eran reservados mayoritariamente para varones, situación que al paso del tiempo tiende a la equidad y equilibrio.
Hoy también es una realidad que el 40% de las judicaturas y magistraturas en los juzgados y tribunales superiores de justicia estatales están ocupados por mujeres, 49% de las posiciones en las Cámaras de Diputados y Senadores así como 44.9% de los cargos de elección en los Ayuntamientos.
Pero no se trata de lograr espacios y participaciones solo por ser mujeres u hombres, se trata de competir en igualdad de circunstancias dejando de lado el tema de género, que bien que las mujeres estemos al alza, pero que sea por talento, responsabilidad, creatividad, dinamismo e ímpetu. Acabemos con los tiempos de dividir al mundo en hombres y mujeres, somos iguales y ello debe ser nuestra mayor fortaleza.
