/ lunes 28 de mayo de 2018

Contexto


722 6 00 61 80 no auxilia ni sirve


Se anunció con bombo y platillo, pero no sirven.

A nadie ayudan.

No contestan.

Inútil sentirse seguro o protegido.

La policía no los contesta. No importa la hora…te manda a buzón.

El 722 6 00 61 80 está marcado en la calle Pablo Sidar casi esquina con Rafael M. Hidalgo para ayudar a los ciudadanos en caso de emergencia. No sirven.

Así sin auxilio, sin ayuda, sin poder ni querer denunciar, porque no vale la pena, me robaron la batería del coche, el radio, dos bolsas de dos jóvenes deportistas con quienes había ido a tomar unos tacos en la calle de Venustiano Carranza a solo unos pasos de donde habíamos dejado el coche.

Uno se siente desamparado, sin que la autoridad pueda ayudar.

Eran solo las 7.30 pm., la calle de Carranza estaba como siempre, llena de coches estacionados en segunda y tercera filas solo para echarse unos taquitos o una cervecita.

No había lugar y para no alterar el orden ni poner mal ejemplo. Decidimos respetar la ley y estacionarnos en lugar permitido. Error.

En una ciudad insegura y no acostumbrada a respetar la ley ni el orden es mejor violentarla a correr riesgos mayores.

Eso nos pasó.

Estacionamos el coche no sin miedo. Alguno de los niños, por precaución, bajo algunos papeles personales “no vaya a ser el diablo”, nos dijo…y fue.

Caminamos hacia la taquería de la esquina de Pablo Sidar y Venustiano Carranza. Nos sentamos a la mesa y un joven se acercó y nos dio la hoja para ordenar. Pedimos chorizo, tacos de costilla y de bistec y dos refrescos. Esperamos a que nos sirvieran, el servicio se tardo tal vez algo más de lo normal.

No pusimos atención. La conversación sobre temas de interés hizo que el tiempo pasara pronto.

Uno de los muchachos pidió otro refresco. Se tardaron en servirlo.

Finalmente, casi treinta y cinco minutos después terminamos y nos dirigimos hacia el coche.

Al acercarnos la calle estaba muy oscuro. Las farolas, que son responsabilidad de la autoridad, estaban apagadas. Con la poca luz me di cuenta que la chapa de la cajuela estaba girada, “ya nos robaron”, les dije. En efecto, abrimos la cajuela y las mochilas habían desaparecido así como unos libros que llevaba. Al subirnos al coche para salir de esa boca de lobo, no arranco. Se habían robado la batería y el radio y algunas otras cosas de la guantera.

Nos apeamos nuevamente.

Nos acercamos a la esquina para ver el teléfono de emergencia. Decía el cartel: 722 6 00 61 80. Patrulla 2433, tiempo de respuesta 5 minutos. Ellos son tus policías: Jefe de Cuadrante: Darío Jiménez Mendoza, Jefe de Cuadrante segundo turno, Julián Nute Guadarrama, Jefe de Cuadrante tercer turno, Cynthia Ibeth Almazán Pablo.

Una y otra vez hablamos y nada. Nos mandaba a buzón.

Pasa de pronto un policía en bicicleta. Tratamos de pararlo para habar con él sin éxito. Solo nos extendió la mano y se fue.

Con miedo esperamos a que algún amigo nos trajera la batería.

Mientras especulamos sobre lo que había pasado. Tal vez el muchacho de la taquería estaba involucrado pues se había tardado demasiado en traernos los tacos, el refresco y la cuenta…tal vez la policía misma lo hizo y nos vigilaba pues estábamos a menos de sesenta metros y ellos eran cómplices del robo.

Asi solos nos quedamos. Inseguros, desconfiando de todos los que no rodeaban.

Pensamos denunciar. No valía la pena. Nos dijo una persona que vivía por ahí. Aquí a cada rato sucede, solo vienen les toman los datos y ya.

Nos fuimos tristes y vejados.

No hay ya espacios de seguridad en Toluca. La autoridad no cumple la función elemental de protegernos y para acabarla de amolar sus teléfonos no sirven.


722 6 00 61 80 no auxilia ni sirve


Se anunció con bombo y platillo, pero no sirven.

A nadie ayudan.

No contestan.

Inútil sentirse seguro o protegido.

La policía no los contesta. No importa la hora…te manda a buzón.

El 722 6 00 61 80 está marcado en la calle Pablo Sidar casi esquina con Rafael M. Hidalgo para ayudar a los ciudadanos en caso de emergencia. No sirven.

Así sin auxilio, sin ayuda, sin poder ni querer denunciar, porque no vale la pena, me robaron la batería del coche, el radio, dos bolsas de dos jóvenes deportistas con quienes había ido a tomar unos tacos en la calle de Venustiano Carranza a solo unos pasos de donde habíamos dejado el coche.

Uno se siente desamparado, sin que la autoridad pueda ayudar.

Eran solo las 7.30 pm., la calle de Carranza estaba como siempre, llena de coches estacionados en segunda y tercera filas solo para echarse unos taquitos o una cervecita.

No había lugar y para no alterar el orden ni poner mal ejemplo. Decidimos respetar la ley y estacionarnos en lugar permitido. Error.

En una ciudad insegura y no acostumbrada a respetar la ley ni el orden es mejor violentarla a correr riesgos mayores.

Eso nos pasó.

Estacionamos el coche no sin miedo. Alguno de los niños, por precaución, bajo algunos papeles personales “no vaya a ser el diablo”, nos dijo…y fue.

Caminamos hacia la taquería de la esquina de Pablo Sidar y Venustiano Carranza. Nos sentamos a la mesa y un joven se acercó y nos dio la hoja para ordenar. Pedimos chorizo, tacos de costilla y de bistec y dos refrescos. Esperamos a que nos sirvieran, el servicio se tardo tal vez algo más de lo normal.

No pusimos atención. La conversación sobre temas de interés hizo que el tiempo pasara pronto.

Uno de los muchachos pidió otro refresco. Se tardaron en servirlo.

Finalmente, casi treinta y cinco minutos después terminamos y nos dirigimos hacia el coche.

Al acercarnos la calle estaba muy oscuro. Las farolas, que son responsabilidad de la autoridad, estaban apagadas. Con la poca luz me di cuenta que la chapa de la cajuela estaba girada, “ya nos robaron”, les dije. En efecto, abrimos la cajuela y las mochilas habían desaparecido así como unos libros que llevaba. Al subirnos al coche para salir de esa boca de lobo, no arranco. Se habían robado la batería y el radio y algunas otras cosas de la guantera.

Nos apeamos nuevamente.

Nos acercamos a la esquina para ver el teléfono de emergencia. Decía el cartel: 722 6 00 61 80. Patrulla 2433, tiempo de respuesta 5 minutos. Ellos son tus policías: Jefe de Cuadrante: Darío Jiménez Mendoza, Jefe de Cuadrante segundo turno, Julián Nute Guadarrama, Jefe de Cuadrante tercer turno, Cynthia Ibeth Almazán Pablo.

Una y otra vez hablamos y nada. Nos mandaba a buzón.

Pasa de pronto un policía en bicicleta. Tratamos de pararlo para habar con él sin éxito. Solo nos extendió la mano y se fue.

Con miedo esperamos a que algún amigo nos trajera la batería.

Mientras especulamos sobre lo que había pasado. Tal vez el muchacho de la taquería estaba involucrado pues se había tardado demasiado en traernos los tacos, el refresco y la cuenta…tal vez la policía misma lo hizo y nos vigilaba pues estábamos a menos de sesenta metros y ellos eran cómplices del robo.

Asi solos nos quedamos. Inseguros, desconfiando de todos los que no rodeaban.

Pensamos denunciar. No valía la pena. Nos dijo una persona que vivía por ahí. Aquí a cada rato sucede, solo vienen les toman los datos y ya.

Nos fuimos tristes y vejados.

No hay ya espacios de seguridad en Toluca. La autoridad no cumple la función elemental de protegernos y para acabarla de amolar sus teléfonos no sirven.