/ lunes 20 de agosto de 2018

Contexto


Educar sin género: el tercer sexo

Veía un cartel en Alemania.

La imagen era lo suficientemente clara: un círculo con una flecha indicaba el sexo masculino, a un lado, un círculo con una cruz representaba al sexo femenino y una más, un círculo con una flecha que al mismo tiempo era una cruz describía al tercer sexo.

Esta imagen marcaba el surgimiento del tercer género, es decir, de aquellos que no se asumían ni como hombres ni como mujeres o bien siendo hombres se sentían mejor como mujeres o viceversa.

Estudios científicos lo soportan con algunos casos. Es conocido que el sexo lo definen dos cromosomas. Los XX para las mujeres y el XY para los hombres pero ¿qué pasa si a un organismo le falta uno de ellos?, es decir que alguien pueda tener una sola X. ¿su comportamiento más allá de la apariencia física debe seguir el modelo y el rol socialmente aceptado?, o bien se deben crear nuevas condiciones legales y sociales para su pleno desarrollo y como elemento de libertad, tolerancia y convivencia.

El debate se da porque afecta a una parte de la sociedad que se siente no reconocida y en un contexto en el que se cuestionan los modelos económicos y políticos en prácticamente todo el planeta.

El análisis sobre los géneros no es menor pues afecta a la vida cotidiana de los individuos, esa que trasciende en día a día, que provoca desajustes y disfuncionalidades en las sociedades.

Alemania está en ese proceso que se da en dos vías.

Por un lado la propuesta del gobierno de incluir un tercer género en cualquier documento administrativo y acta de nacimiento. En adelante se deberá incluir: Masculino, Femenino y Diverso, este último indicando el tercer género.

El Tribunal Constitucional de Alemania ya lo aprobó al resolver un caso y ordeno la modificación de la ley para este año. EL Congreso alemán lo deberá aprobar.

Malta lo aprobó desde algún tiempo y en Holanda y Austria el debate está por concluir.

Su reconocimiento implica una regularización a un hecho que cada vez, en sociedades abiertas, se consideraba conflictivo por discriminatorio.

Por otro se educa sin género, es decir, los valores tradicionales de hombre o mujer ya no se inducen como modelos adoptados socialmente. Si a un niño le gusta un vestido azul, los padres acceden a comprárselo, si le gustan los collares igual. Lo mismo sucede con la educación de las niñas.Si tiene preferencia por algún juguete o ropa que se acerque más a lo masculino tiene derecho a que los usen y los padres lo toleran. No es mal visto ni criticado, al menos, no públicamente.

Un filósofo me comentaba en ese sentido que si bien la sociedad va caminando rápido el mercado no lo hace de la misma manera, es decir, me decía, el mercado debe producir entonces juguetes, ropa, utensilios que sean también neutros de tal suerte que lo que en la sociedad se presenta tenga también un reflejo material porque de lo contrario se imponen estereotipos que van señalando diferencias y pueden ser potencialmente explosivos y llevar a la discriminación y la intolerancia.

Los cambios se están dando en todas las sociedades prácticamente. En un país islámico, recientmente, a las mujeres se les ha permitido conducir autos. No es mucho pero es algo. ¿Se imagina el cambio que eso significa para esas mujeres en esas sociedades?

Por otra parte, ya a nadie le sorprende ver a un joven con trenzas, con el pelo pintado o a una mujer calzando zapatos de hombre o vistiendo traje y corbata. A nadie. Los productos de belleza del hombre, en ese absurdo moderno de parecer siempre joven, han evolucionado gracias a estas nuevas tendencias. Lo mismo pasa del lado mujer que cada vez tiene más acceso a esferas reservadas para hombres. Ya los baños, en muchas partes, no hacen diferencia de sexo. Incluso circula una campaña para que los hombres orinen sentados bajo el lema: “así no te mojas los zapatos”, para dejar en buenas condiciones para el uso de la mujer.

Los procesos de seducción ya no solo corresponden al hombre. Hoy en día la mujer es más activa y puede ella misma iniciar el proceso.

Los cambios se están dando. Las sociedades avanzan. Cada una a su ritmo. Corresponde a los sistemas institucionales actuales dales una lectura correcta y propiciar las nuevas estabilidades sociales. Vale.


Educar sin género: el tercer sexo

Veía un cartel en Alemania.

La imagen era lo suficientemente clara: un círculo con una flecha indicaba el sexo masculino, a un lado, un círculo con una cruz representaba al sexo femenino y una más, un círculo con una flecha que al mismo tiempo era una cruz describía al tercer sexo.

Esta imagen marcaba el surgimiento del tercer género, es decir, de aquellos que no se asumían ni como hombres ni como mujeres o bien siendo hombres se sentían mejor como mujeres o viceversa.

Estudios científicos lo soportan con algunos casos. Es conocido que el sexo lo definen dos cromosomas. Los XX para las mujeres y el XY para los hombres pero ¿qué pasa si a un organismo le falta uno de ellos?, es decir que alguien pueda tener una sola X. ¿su comportamiento más allá de la apariencia física debe seguir el modelo y el rol socialmente aceptado?, o bien se deben crear nuevas condiciones legales y sociales para su pleno desarrollo y como elemento de libertad, tolerancia y convivencia.

El debate se da porque afecta a una parte de la sociedad que se siente no reconocida y en un contexto en el que se cuestionan los modelos económicos y políticos en prácticamente todo el planeta.

El análisis sobre los géneros no es menor pues afecta a la vida cotidiana de los individuos, esa que trasciende en día a día, que provoca desajustes y disfuncionalidades en las sociedades.

Alemania está en ese proceso que se da en dos vías.

Por un lado la propuesta del gobierno de incluir un tercer género en cualquier documento administrativo y acta de nacimiento. En adelante se deberá incluir: Masculino, Femenino y Diverso, este último indicando el tercer género.

El Tribunal Constitucional de Alemania ya lo aprobó al resolver un caso y ordeno la modificación de la ley para este año. EL Congreso alemán lo deberá aprobar.

Malta lo aprobó desde algún tiempo y en Holanda y Austria el debate está por concluir.

Su reconocimiento implica una regularización a un hecho que cada vez, en sociedades abiertas, se consideraba conflictivo por discriminatorio.

Por otro se educa sin género, es decir, los valores tradicionales de hombre o mujer ya no se inducen como modelos adoptados socialmente. Si a un niño le gusta un vestido azul, los padres acceden a comprárselo, si le gustan los collares igual. Lo mismo sucede con la educación de las niñas.Si tiene preferencia por algún juguete o ropa que se acerque más a lo masculino tiene derecho a que los usen y los padres lo toleran. No es mal visto ni criticado, al menos, no públicamente.

Un filósofo me comentaba en ese sentido que si bien la sociedad va caminando rápido el mercado no lo hace de la misma manera, es decir, me decía, el mercado debe producir entonces juguetes, ropa, utensilios que sean también neutros de tal suerte que lo que en la sociedad se presenta tenga también un reflejo material porque de lo contrario se imponen estereotipos que van señalando diferencias y pueden ser potencialmente explosivos y llevar a la discriminación y la intolerancia.

Los cambios se están dando en todas las sociedades prácticamente. En un país islámico, recientmente, a las mujeres se les ha permitido conducir autos. No es mucho pero es algo. ¿Se imagina el cambio que eso significa para esas mujeres en esas sociedades?

Por otra parte, ya a nadie le sorprende ver a un joven con trenzas, con el pelo pintado o a una mujer calzando zapatos de hombre o vistiendo traje y corbata. A nadie. Los productos de belleza del hombre, en ese absurdo moderno de parecer siempre joven, han evolucionado gracias a estas nuevas tendencias. Lo mismo pasa del lado mujer que cada vez tiene más acceso a esferas reservadas para hombres. Ya los baños, en muchas partes, no hacen diferencia de sexo. Incluso circula una campaña para que los hombres orinen sentados bajo el lema: “así no te mojas los zapatos”, para dejar en buenas condiciones para el uso de la mujer.

Los procesos de seducción ya no solo corresponden al hombre. Hoy en día la mujer es más activa y puede ella misma iniciar el proceso.

Los cambios se están dando. Las sociedades avanzan. Cada una a su ritmo. Corresponde a los sistemas institucionales actuales dales una lectura correcta y propiciar las nuevas estabilidades sociales. Vale.