/ lunes 3 de septiembre de 2018

Contexto


El gobierno que quisiera

Quisiera un gobierno sencillo.

A todos niveles.

Que sepa que el dinero que maneja no es de él, sino de la sociedad que lo eligió.

En donde los gobernantes se asuman como un ciudadano más.

Que los domingos se vayan a echar una barbacoa en algún puesto.

Que vayan a misa, si quieren, y que sigan respetando el Estado laico.

Que puedan, de tiempo en tiempo, viajar en un autobús o en bicicleta y sienta lo que vive un campesino, una ama de casa, un estudiante.

Que los vea manejar de vez en cuando en su propio coche y que no encuentren lugar para aparcarse y llegue la de tránsito y le imponga una multa y vea en trato.

Que ya no realicen ceremonias y eventos que en su gran mayoría son inútiles porque muchas veces son más caros que el impacto social que dicen tener. Se reparten miles en eventos que cuestan milones.

Que suprima las inauguraciones y solo se echen las cosas a andar.

Que sea capaz de saber lo que la gente quiere y en paralelo lo que se requiere para el futuro.

Que ya no se les llamen señor sino ciudadanos como lo querían los liberales del siglo pasado.

Que sepa transmitir a la gente que lo que se hace es en beneficio de todos.

Que sea capaz de hacer justicia social desde la adecuada aplicación del presupuesto para que se mejore la calidad de vida de todos.

Que sepa mirar al mundo para meternos en la modernidad.

Que sepa mirar al pasado para que no perdamos la identidad y la esencia de lo que somos.

Que sepa que la sociedad quiere vivir bien hoy y no con promesas de futuro. Ya no más el futuro de los hijos sino el presente de todos.

Que sea capaz, también, de imaginar el futuro para que pueda orientar sus acciones.

Que sea capaz de volver la confianza entre y a los ciudadanos.

Que piense que lo que hace mal le va a afectar más tarde o temprano a su familia como a cualquier ciudadano.

Que sea transparente.

Que haga que todos los ciudadanos sintamos que todos tenemos derecho y acceso a los mismos servicios.

Que no haya desiguales.

Que se vista como cualquiera sin trajes caros que contrastan con la pobreza de tantos.

Que pruebe ser honesto y quede en los corazones de la gente por siempre.

Que lea para que nos habrá espacios al mundo de la imaginación.

Que sepa cuales con nuestros valores y los fortalezca.

Que sea humilde.

Que les facilite la vida a los ciudadanos en todos los aspectos de la vida en comunidad.

Que se cuide el interés general por encima de cualquier otro.

Que no se enamore de los símbolos que da el poder y que invente una manera diferente de serlo.

Que amplíe los espacios públicos en beneficio de todos.

Que sepa que los ciudadanos queremos una vida simple pero alegre.

Que entienda, en fin, que por más poder que se tenga uno siempre vuelve a ser ciudadano.


El gobierno que quisiera

Quisiera un gobierno sencillo.

A todos niveles.

Que sepa que el dinero que maneja no es de él, sino de la sociedad que lo eligió.

En donde los gobernantes se asuman como un ciudadano más.

Que los domingos se vayan a echar una barbacoa en algún puesto.

Que vayan a misa, si quieren, y que sigan respetando el Estado laico.

Que puedan, de tiempo en tiempo, viajar en un autobús o en bicicleta y sienta lo que vive un campesino, una ama de casa, un estudiante.

Que los vea manejar de vez en cuando en su propio coche y que no encuentren lugar para aparcarse y llegue la de tránsito y le imponga una multa y vea en trato.

Que ya no realicen ceremonias y eventos que en su gran mayoría son inútiles porque muchas veces son más caros que el impacto social que dicen tener. Se reparten miles en eventos que cuestan milones.

Que suprima las inauguraciones y solo se echen las cosas a andar.

Que sea capaz de saber lo que la gente quiere y en paralelo lo que se requiere para el futuro.

Que ya no se les llamen señor sino ciudadanos como lo querían los liberales del siglo pasado.

Que sepa transmitir a la gente que lo que se hace es en beneficio de todos.

Que sea capaz de hacer justicia social desde la adecuada aplicación del presupuesto para que se mejore la calidad de vida de todos.

Que sepa mirar al mundo para meternos en la modernidad.

Que sepa mirar al pasado para que no perdamos la identidad y la esencia de lo que somos.

Que sepa que la sociedad quiere vivir bien hoy y no con promesas de futuro. Ya no más el futuro de los hijos sino el presente de todos.

Que sea capaz, también, de imaginar el futuro para que pueda orientar sus acciones.

Que sea capaz de volver la confianza entre y a los ciudadanos.

Que piense que lo que hace mal le va a afectar más tarde o temprano a su familia como a cualquier ciudadano.

Que sea transparente.

Que haga que todos los ciudadanos sintamos que todos tenemos derecho y acceso a los mismos servicios.

Que no haya desiguales.

Que se vista como cualquiera sin trajes caros que contrastan con la pobreza de tantos.

Que pruebe ser honesto y quede en los corazones de la gente por siempre.

Que lea para que nos habrá espacios al mundo de la imaginación.

Que sepa cuales con nuestros valores y los fortalezca.

Que sea humilde.

Que les facilite la vida a los ciudadanos en todos los aspectos de la vida en comunidad.

Que se cuide el interés general por encima de cualquier otro.

Que no se enamore de los símbolos que da el poder y que invente una manera diferente de serlo.

Que amplíe los espacios públicos en beneficio de todos.

Que sepa que los ciudadanos queremos una vida simple pero alegre.

Que entienda, en fin, que por más poder que se tenga uno siempre vuelve a ser ciudadano.