/ martes 19 de marzo de 2019

Contexto


El odio

Las escenas son horribles.

Acto 1.

El hombre avanza con arma en mano.

Camina por los pasillos.

Dispara ante cuerpos indefensos, congelados por el miedo.

Paralizados, solo en silencio esperan la muerte.

Habían estado orando. Estaban en su mezquita.

Nunca nadie los había molestado.

Nunca nadie los había amenazado.

Estaban en uno de los países más pacíficos del mundo.

…y encontraron la muerte.

Mas bien los enviaron a la muerte, a su encuentro.

En un destino no previsto.

Eran musulmanes todos y ante el estupor del mundo por las escenas, pocas voces se levantaron para condenar…sus mezquitas habían sido violadas, invadidas…un tirador mato uno a uno hasta llegar a cincuenta.

…y la ciudad se llamaba la iglesia de Cristo (Christchurch) y el mundo guardo un silencio cómplice del asesino…eran musulmanes.

Una manifestación más de odio.

Acto 2.

Estas en Metepec, en una sucursal de una compañía de teléfonos.

Estas haciendo cola para para pagar.

Esperas.

La cámara de filma y tú no lo sabes.

De pronto. Una orden: todos abajo.

De pronto ves a todos en pecho a tierra.

Miedosos, sin saber qué hacer, inmóviles como muertos para no morir.

Así se quedan hasta que termina el asalto.

Se van…cuando todos se creían muertos.

El odio se va acumulando y se busca venganza donde sea.

Una violencia a la que ya te acostumbraste.

Acto 3.

Estas en París.

Sales a la calle.
Tomas tu bicicleta y avanzas.

Todo parece normal.

De pronto te acercas a los campos elíseos.

Y vez el coraje de muchos contra los símbolos del bienestar, de la sociedad de los pudientes.

Uno a uno sus símbolos son atados.

Boss, Etam, Swarowsky…boutiques de lujo.

Le Fouquets, un restaurante de lujo y tradicional de los campos elíseos.

Longchamp que vende bolsas de marca, una tienda china de smartphones.

Un banco incendiado.

Todos símbolos del poder de bienestar, del poder del dinero frente aquellos que se sienten desplazados de los niveles de bienestar de los que mas acumulan.

Las sociedades actuales se meten en una espiral del odio casi ya permanente con pocas salidas posible para sociedades, que en la velocidad de lo cotidiano y de los medios no reflexionan en como imaginarse futuros en armonía.


El odio

Las escenas son horribles.

Acto 1.

El hombre avanza con arma en mano.

Camina por los pasillos.

Dispara ante cuerpos indefensos, congelados por el miedo.

Paralizados, solo en silencio esperan la muerte.

Habían estado orando. Estaban en su mezquita.

Nunca nadie los había molestado.

Nunca nadie los había amenazado.

Estaban en uno de los países más pacíficos del mundo.

…y encontraron la muerte.

Mas bien los enviaron a la muerte, a su encuentro.

En un destino no previsto.

Eran musulmanes todos y ante el estupor del mundo por las escenas, pocas voces se levantaron para condenar…sus mezquitas habían sido violadas, invadidas…un tirador mato uno a uno hasta llegar a cincuenta.

…y la ciudad se llamaba la iglesia de Cristo (Christchurch) y el mundo guardo un silencio cómplice del asesino…eran musulmanes.

Una manifestación más de odio.

Acto 2.

Estas en Metepec, en una sucursal de una compañía de teléfonos.

Estas haciendo cola para para pagar.

Esperas.

La cámara de filma y tú no lo sabes.

De pronto. Una orden: todos abajo.

De pronto ves a todos en pecho a tierra.

Miedosos, sin saber qué hacer, inmóviles como muertos para no morir.

Así se quedan hasta que termina el asalto.

Se van…cuando todos se creían muertos.

El odio se va acumulando y se busca venganza donde sea.

Una violencia a la que ya te acostumbraste.

Acto 3.

Estas en París.

Sales a la calle.
Tomas tu bicicleta y avanzas.

Todo parece normal.

De pronto te acercas a los campos elíseos.

Y vez el coraje de muchos contra los símbolos del bienestar, de la sociedad de los pudientes.

Uno a uno sus símbolos son atados.

Boss, Etam, Swarowsky…boutiques de lujo.

Le Fouquets, un restaurante de lujo y tradicional de los campos elíseos.

Longchamp que vende bolsas de marca, una tienda china de smartphones.

Un banco incendiado.

Todos símbolos del poder de bienestar, del poder del dinero frente aquellos que se sienten desplazados de los niveles de bienestar de los que mas acumulan.

Las sociedades actuales se meten en una espiral del odio casi ya permanente con pocas salidas posible para sociedades, que en la velocidad de lo cotidiano y de los medios no reflexionan en como imaginarse futuros en armonía.