/ lunes 13 de enero de 2020

Contexto | Carta al cabildo de Toluca

Estimados miembros del Cabildo de Toluca.

Nuestra ciudad, nuestros pueblos, nuestros barrios y delegaciones los necesitan. Tienen ustedes la responsabilidad de ser la máxima autoridad en nuestro territorio. A ustedes les conferimos el privilegio de decidir por nosotros sobre las cuestiones que a todos nos afectan. Gran parte de la población les confió nuestro futuro…y también nuestro presente.

Saben, porque vienen de muchas regiones de nuestro territorio lo que todos necesitamos de ustedes.

Hoy quisiera compartirles una reflexión sobre nuestro presente y futuro.

Como ustedes saben poco a poco hemos ido perdiendo nuestro sentido de comunidad y de pertenencia. Cada vez los ciudadanos somos más extraños unos a otros pero también con nuestra ciudad. Creo que cada día estamos más alejados y cada vez somos seres más anónimos.

Muchas veces he compartido con ciudadanos de nuestro municipio, de todas las regiones, la preocupación de hacia dónde vamos como comunidad y la verdad es que nadie tiene una respuesta clara.

Nuestra tierra da la impresión que es una comunidad hecha pedazos, fracturada en su tejido social. Rota con sus tiempos y sin memoria que nos dé una continuidad de lo que hemos sido y podemos ser. Tal parece que siempre pretendemos reinventar el aquí y ahora negando nuestro pasado. Creo que por eso no tenemos memoria, pues todo lo destruimos. Sí, eso es, tenemos una vocación para la destrucción de nuestra memoria, de nuestro patrimonio y de nuestras gentes y lo sustituimos con frases o con el mal gusto que se muestra en nuestra arquitectura, en nuestros edificios, en el desastre de nuestras calles y todo porque nos han impuesto una idea de modernidad que nadie sabe qué quiere decir. Nos han puesto un aeropuerto y un tren sin siquiera saber cuál sería el impacto en nuestra vida cotidiana. No acaben su función si decirnos que también están preocupados como nosotros.

Les preguntaría ¿tenemos un proyecto de ciudad, de municipio que sea compartido por todos? ¿Lo saben ustedes? ¿Saben a dónde vamos? ¿Qué tipo de ciudad, de municipio estamos construyendo? ¿Saben o han discutido que tipo de pueblos, de ciudad, de barrios queremos integrar? ¿Compartimos objetivos comunes?

En ocasiones pienso que esa ausencia de objetivos colectivos comunes nos ha hecho que esta tierra, que tanto queremos, se haga a voluntad de unos cuantos y eso, ustedes lo saben bien, ha hecho que nuestro desarrollo sea caprichoso al gusto del gobernante en turno. Esa ha sido nuestra tragedia, por eso les escribo a ustedes como cuerpo colectivo para atemperar el desastre que ya vivimos desde hace décadas.

Creo que no hemos hecho un esfuerzo colectivo de decir hacia a dónde vamos. Parece que estamos hechos de retazos que nos va dejando cada vez más marginados, más pobres mientras el capital foráneo se lleva nuestra riqueza. Nos dejan el desastre y se llevan las ganancias.

También, y seguramente lo han vivido u observado, el viajero que pasa por la ciudad no tiene un referente de lo que somos. Nos quedamos como el chorizo como identidad y hoy prácticamente no lo producimos o bien organizamos ferias del alfeñique, ese arte en azúcar, cuando está casi a punto de extinguirse como los tejidos de palma que una vez se hacían en Santa Ana Tlapaltitlán. Parece que solo existimos de palabra porque la memoria ya nos falta y eso que dicen que ya vamos a cumplir quinientos años como ciudad, que tal vez sean quinientos años para el olvido.

Eso no quiere decir que no la podamos vivir. La ciudad de una u otra forma funciona y de una u otra manera satisface necesidades básicas pero nos falta lo más importante una idea de a dónde vamos y de cómo vamos. Lo inmediato, estoy convencido, no nos debe hacer perder la idea de lo que más nos debe importar: vivir mejor en el presente con una idea clara de lo que queremos para el porvenir.

Si me permiten, en cartas posteriores seguiré reflexionando con ustedes de lo que a nuestra ciudad y nuestros pueblos interesa.

Será un ejercicio de reflexión colectiva que ojalá sea útil para compartir esfuerzos y propósitos con el simple objetivo de vivir mejor en una comunidad que cada día que pasa parece perderse en el inmenso caos que parece dominar al mundo.

Correo. contextotoluca@gmail.com

Estimados miembros del Cabildo de Toluca.

Nuestra ciudad, nuestros pueblos, nuestros barrios y delegaciones los necesitan. Tienen ustedes la responsabilidad de ser la máxima autoridad en nuestro territorio. A ustedes les conferimos el privilegio de decidir por nosotros sobre las cuestiones que a todos nos afectan. Gran parte de la población les confió nuestro futuro…y también nuestro presente.

Saben, porque vienen de muchas regiones de nuestro territorio lo que todos necesitamos de ustedes.

Hoy quisiera compartirles una reflexión sobre nuestro presente y futuro.

Como ustedes saben poco a poco hemos ido perdiendo nuestro sentido de comunidad y de pertenencia. Cada vez los ciudadanos somos más extraños unos a otros pero también con nuestra ciudad. Creo que cada día estamos más alejados y cada vez somos seres más anónimos.

Muchas veces he compartido con ciudadanos de nuestro municipio, de todas las regiones, la preocupación de hacia dónde vamos como comunidad y la verdad es que nadie tiene una respuesta clara.

Nuestra tierra da la impresión que es una comunidad hecha pedazos, fracturada en su tejido social. Rota con sus tiempos y sin memoria que nos dé una continuidad de lo que hemos sido y podemos ser. Tal parece que siempre pretendemos reinventar el aquí y ahora negando nuestro pasado. Creo que por eso no tenemos memoria, pues todo lo destruimos. Sí, eso es, tenemos una vocación para la destrucción de nuestra memoria, de nuestro patrimonio y de nuestras gentes y lo sustituimos con frases o con el mal gusto que se muestra en nuestra arquitectura, en nuestros edificios, en el desastre de nuestras calles y todo porque nos han impuesto una idea de modernidad que nadie sabe qué quiere decir. Nos han puesto un aeropuerto y un tren sin siquiera saber cuál sería el impacto en nuestra vida cotidiana. No acaben su función si decirnos que también están preocupados como nosotros.

Les preguntaría ¿tenemos un proyecto de ciudad, de municipio que sea compartido por todos? ¿Lo saben ustedes? ¿Saben a dónde vamos? ¿Qué tipo de ciudad, de municipio estamos construyendo? ¿Saben o han discutido que tipo de pueblos, de ciudad, de barrios queremos integrar? ¿Compartimos objetivos comunes?

En ocasiones pienso que esa ausencia de objetivos colectivos comunes nos ha hecho que esta tierra, que tanto queremos, se haga a voluntad de unos cuantos y eso, ustedes lo saben bien, ha hecho que nuestro desarrollo sea caprichoso al gusto del gobernante en turno. Esa ha sido nuestra tragedia, por eso les escribo a ustedes como cuerpo colectivo para atemperar el desastre que ya vivimos desde hace décadas.

Creo que no hemos hecho un esfuerzo colectivo de decir hacia a dónde vamos. Parece que estamos hechos de retazos que nos va dejando cada vez más marginados, más pobres mientras el capital foráneo se lleva nuestra riqueza. Nos dejan el desastre y se llevan las ganancias.

También, y seguramente lo han vivido u observado, el viajero que pasa por la ciudad no tiene un referente de lo que somos. Nos quedamos como el chorizo como identidad y hoy prácticamente no lo producimos o bien organizamos ferias del alfeñique, ese arte en azúcar, cuando está casi a punto de extinguirse como los tejidos de palma que una vez se hacían en Santa Ana Tlapaltitlán. Parece que solo existimos de palabra porque la memoria ya nos falta y eso que dicen que ya vamos a cumplir quinientos años como ciudad, que tal vez sean quinientos años para el olvido.

Eso no quiere decir que no la podamos vivir. La ciudad de una u otra forma funciona y de una u otra manera satisface necesidades básicas pero nos falta lo más importante una idea de a dónde vamos y de cómo vamos. Lo inmediato, estoy convencido, no nos debe hacer perder la idea de lo que más nos debe importar: vivir mejor en el presente con una idea clara de lo que queremos para el porvenir.

Si me permiten, en cartas posteriores seguiré reflexionando con ustedes de lo que a nuestra ciudad y nuestros pueblos interesa.

Será un ejercicio de reflexión colectiva que ojalá sea útil para compartir esfuerzos y propósitos con el simple objetivo de vivir mejor en una comunidad que cada día que pasa parece perderse en el inmenso caos que parece dominar al mundo.

Correo. contextotoluca@gmail.com