/ lunes 2 de noviembre de 2020

Contexto | Conversación con mi madre 

Ayer me dijeron que estabas muerta y yo no sé si sea cierto, porque te veía y sonreías y entonces yo sonreía contigo. Y lo volvían a decir pero yo no les creía y creo que tú tampoco. Porque, ¡que tontos que no lo saben!, una madre nunca se va de ninguna parte y nunca deja solos a sus hijos. Eso me lo enseñaste, bueno nunca lo dijiste pero lo aprendí de siempre, y por tal vez por eso a cada día me he sentido más madre que padre… como tú, como mi padre también.

Pero creo que no lo entienden ¿verdad?

Mejor nos reímos ¿te parece?

Ni hacerles caso a esos señores que vienen dizque con un féretro. Pero yo ni los miro. Mejor seguimos sonriendo.

“Si mamá, ahorita bajo a comer”, porque me dices que coma mientras me sonreías otra vez. “Si mamá, ahora bajo, ya vi el jocoque y el arroz con fideo” y movías tu cabeza y me decías que sí.

¿Sabes? Me puso contento tu sonrisa de la mañana, parecías niña traviesa. Sí que eras juguetona. Nos contaste como jugabas a la pelota con tus amiguitas ahí en la que era la segunda de Aldama en donde creciste y saliste para ser siempre virgen y con siete hijos a cuestas… la gente decía que eras muy bonita, pero estaban equivocados, nunca vieron que por dentro eras aún más...y tu risa, ay má, tu sonrisa, sobre todo la de esta mañana.

Y los señores me decían que estabas muerta.

¡Qué necios!, pensaba, ¡qué no ven que sonríe!

“Hay los humanos”, pensaba, que corta visión tienen de la vida. “¡Oigan que una madre nunca se va!”

Pobres pensaba “¡que no ven que sonríe!”

Alguien se acerca y me susurra “ya está con sus papás y con Nemer su esposo” y yo los miraba y me reía.

“Si”, les decía para darles por su lado a esos pobres que no entendían.

Y a pesar de todo te imaginaba con ellos, organizando el zaarieh y bailando dabke y compartiendo el tabule, el mole, el kebe, las hojas de parra y de col, calabacitas y en chicharrón en chile verde”, mientras su novio, su único novio, le traía su serenata para cantarle “Morenita mía”…”ay hijo como me gustaban sus ojos verdes”, me decías.

Y me sonreías y te sonrojabas cuando me contabas tus aventuras de niña.

¿Sabes?, ahorita que nos callamos, pensaba que vamos a hacer mañana porque siempre hay un mañana entre una madre y su hijo ¿verdad mamá?, porque las mamás nunca se van y dejan a sus hijos solos ¿verdad mamá?,

Porque si les creo a esos señores que dicen que ya no estás entonces me vuelvo a hacer niño. Y hasta ganas me dan de llorar, porque un niño siempre quiere a su mamá ¿verdad mamá? Así que como no te has ido seguiré siendo tu hijo mayor ¿verdad mamá?

Dicen que ya no estás, pero esos señores no entienden porque yo veo aún en tu mano la rosa blanca que te deje.

¡Que necios que no entienden! Dicen no sé qué de los signos vitales, pero yo solo veo florecer la yerbabuena que me diste y los malvones que sembraste en mi jardín. Y tú los ves ¿verdad mamá?

Me dijeron que escuchara una misa que dicen que es por ti pero ellos, pobres, no saben, que no te has ido a ninguna parte…y ahí el cura dice “…nadie viene al Padre sino por mí”, pero ¿sabes? creo que no tiene razón pues solo se llega al Padre y a Dios por el amor a la madre ¿verdad mamá?

…y yo sonrió con tu sonrisa y no logro evitar esas malditas lágrimas que inundan mi rostro…pero solo es tu mano húmeda que me acaricia…¿verdad mamá?

Pobres porque no saben que una mamá nunca se va ¿verdad mamá?

Correo. contextotoluca@hotmail.com

Ayer me dijeron que estabas muerta y yo no sé si sea cierto, porque te veía y sonreías y entonces yo sonreía contigo. Y lo volvían a decir pero yo no les creía y creo que tú tampoco. Porque, ¡que tontos que no lo saben!, una madre nunca se va de ninguna parte y nunca deja solos a sus hijos. Eso me lo enseñaste, bueno nunca lo dijiste pero lo aprendí de siempre, y por tal vez por eso a cada día me he sentido más madre que padre… como tú, como mi padre también.

Pero creo que no lo entienden ¿verdad?

Mejor nos reímos ¿te parece?

Ni hacerles caso a esos señores que vienen dizque con un féretro. Pero yo ni los miro. Mejor seguimos sonriendo.

“Si mamá, ahorita bajo a comer”, porque me dices que coma mientras me sonreías otra vez. “Si mamá, ahora bajo, ya vi el jocoque y el arroz con fideo” y movías tu cabeza y me decías que sí.

¿Sabes? Me puso contento tu sonrisa de la mañana, parecías niña traviesa. Sí que eras juguetona. Nos contaste como jugabas a la pelota con tus amiguitas ahí en la que era la segunda de Aldama en donde creciste y saliste para ser siempre virgen y con siete hijos a cuestas… la gente decía que eras muy bonita, pero estaban equivocados, nunca vieron que por dentro eras aún más...y tu risa, ay má, tu sonrisa, sobre todo la de esta mañana.

Y los señores me decían que estabas muerta.

¡Qué necios!, pensaba, ¡qué no ven que sonríe!

“Hay los humanos”, pensaba, que corta visión tienen de la vida. “¡Oigan que una madre nunca se va!”

Pobres pensaba “¡que no ven que sonríe!”

Alguien se acerca y me susurra “ya está con sus papás y con Nemer su esposo” y yo los miraba y me reía.

“Si”, les decía para darles por su lado a esos pobres que no entendían.

Y a pesar de todo te imaginaba con ellos, organizando el zaarieh y bailando dabke y compartiendo el tabule, el mole, el kebe, las hojas de parra y de col, calabacitas y en chicharrón en chile verde”, mientras su novio, su único novio, le traía su serenata para cantarle “Morenita mía”…”ay hijo como me gustaban sus ojos verdes”, me decías.

Y me sonreías y te sonrojabas cuando me contabas tus aventuras de niña.

¿Sabes?, ahorita que nos callamos, pensaba que vamos a hacer mañana porque siempre hay un mañana entre una madre y su hijo ¿verdad mamá?, porque las mamás nunca se van y dejan a sus hijos solos ¿verdad mamá?,

Porque si les creo a esos señores que dicen que ya no estás entonces me vuelvo a hacer niño. Y hasta ganas me dan de llorar, porque un niño siempre quiere a su mamá ¿verdad mamá? Así que como no te has ido seguiré siendo tu hijo mayor ¿verdad mamá?

Dicen que ya no estás, pero esos señores no entienden porque yo veo aún en tu mano la rosa blanca que te deje.

¡Que necios que no entienden! Dicen no sé qué de los signos vitales, pero yo solo veo florecer la yerbabuena que me diste y los malvones que sembraste en mi jardín. Y tú los ves ¿verdad mamá?

Me dijeron que escuchara una misa que dicen que es por ti pero ellos, pobres, no saben, que no te has ido a ninguna parte…y ahí el cura dice “…nadie viene al Padre sino por mí”, pero ¿sabes? creo que no tiene razón pues solo se llega al Padre y a Dios por el amor a la madre ¿verdad mamá?

…y yo sonrió con tu sonrisa y no logro evitar esas malditas lágrimas que inundan mi rostro…pero solo es tu mano húmeda que me acaricia…¿verdad mamá?

Pobres porque no saben que una mamá nunca se va ¿verdad mamá?

Correo. contextotoluca@hotmail.com