/ lunes 3 de agosto de 2020

Contexto | Covid: Ya chole… 

La gente está inquieta.

Muchos están angustiados.

En las redes sociales, las informaciones empiezan a ser repetitivas. Ya aburren con las mismas frases, los memes repetidos una y otra vez, con las mismas plegarias…muchas ya convertidas en muerte, en desolación, en tristeza.

Muchos recurren a recuerdos, como si los muertos vivieran y porque dicen que si te vas a morir, vienen todos a los que quisiste a visitarte…y a algunos les da miedo.

Otros ya no encuentran, después de meses de encierro, mas fotografías que mostrarse a sí mismos como eran.

Muchos ya viven como si fuera el último día de su vida…”si de todos modos nos va a dar el virus, pues, chingue a su madre, mejor salir a disfrutar”, dicen muchos…y se salen y les vale, como dicen otros.

La sociedad se está cansando de tanto discurso hueco, de tantas frases repetidas una y otra vez: las mismas de cada día de cada mañana, de cada tarde, de cada noche.

“De flojera”, como dicen los milenials.

Se habla de una “nueva normalidad”, solo para seguir viviendo igual que antes pero solo que peor. Nadie sabe, nadie explica, que quiere decir eso…al menos en la vida cotidiana.

Los de razón, los del poder, solo nos hablan de lo que ellos mismos quieren escuchar, lo que les da placer, lo que los satisface en su ego infinito y su terquedad por ajustar la realidad a sus deseos.

El desorden institucional se ve reflejado en la crisis de credibilidad de quienes son responsables del manejo de la crisis sanitaria, de la económica y de la social. Nunca la sociedad ha estado tan sola como ahora.
“Rásquense con sus propias uñas les dicen a empresarios, a campesinos, a indígenas, a niños, a mujeres, a intelectuales, a artistas, a cantantes…a casi todos…aquí los de gobierno tenemos, al menos y como siempre, tenemos seguro nuestro ingreso (aunque lo bajen que no es tanto), nuestro prestigio, nuestras apariciones en televisión en donde todos defendemos al pueblo (y nos defendemos del pueblo)…porque hablamos en nombre del pueblo…y mientras en pueblo, desesperado, rodeado siempre de la muerte, y sí, se rasca con sus propias uñas”.

No hay de otra.

Una sociedad sola y abandonada que se refleja en el número de muertos que ya llenan a las familias: los muertos oficiales y los no oficiales porque sabrás, que existen de los dos…pero para efectos de estadística, solo cuentan los que ellos cuentan…no hay mas ¿o sí?

Cada día del señor, cada día del diablo, cada día de los que ya no sabemos cuáles porque ya no los contamos por los que se agregan a la vida sino por los que nos faltan por vivir que no sabemos cuántos ni a donde porque estamos encerrados y como que así ya no valen casi nada porque ni se aprende ni se desaprende y solo nos la pasamos viendo el espectáculo, el aquelarre de los del poder que hacen del país, de las regiones, de los estados, de los municipios, lo poco que alcanzan a comprender a su capricho y semejanza…o sea la vida inútil que les rodea.

Y luego dicen que a los mexicanos nos divertimos con eso de la muerte, que jugamos nada más con ella y que la cachondeamos…pero tampoco es tan cierto…porque nuestros muertos y los de otros nos duelen

Pero de los muertos la gente tiene la culpa…ella es la responsable, les dijimos que no salieran y zas!!! que se salen…y pues que se contagian y se mueren…y los señores del poder sobre nosotros, los que hoy deciden quien muere y quien no…nos dicen que la culpa en nuestra porque estamos gordos, porque estamos hipertensos, porque fumamos, porque tragamos más tacos de los que debemos de comer y porque somos insanos y perezosos…y ellos tan galantes, flacos y guapos que aparecen en la televisión todos los días con sus camisas planchadas y tan alejados de la realidad…y solo se pregunta uno ¿pues no saben entonces a que pueblo gobiernan? ¿no saben que una política pública se debe ajustar para ser viable a una realidad y a unos modos de comportamiento y no a lo que sus modelos dicen?

Y mientras, entre sus explicaciones y justificaciones aburridas se nos está yendo la vida misma.



Correo: contextotoluca@gmail.com

La gente está inquieta.

Muchos están angustiados.

En las redes sociales, las informaciones empiezan a ser repetitivas. Ya aburren con las mismas frases, los memes repetidos una y otra vez, con las mismas plegarias…muchas ya convertidas en muerte, en desolación, en tristeza.

Muchos recurren a recuerdos, como si los muertos vivieran y porque dicen que si te vas a morir, vienen todos a los que quisiste a visitarte…y a algunos les da miedo.

Otros ya no encuentran, después de meses de encierro, mas fotografías que mostrarse a sí mismos como eran.

Muchos ya viven como si fuera el último día de su vida…”si de todos modos nos va a dar el virus, pues, chingue a su madre, mejor salir a disfrutar”, dicen muchos…y se salen y les vale, como dicen otros.

La sociedad se está cansando de tanto discurso hueco, de tantas frases repetidas una y otra vez: las mismas de cada día de cada mañana, de cada tarde, de cada noche.

“De flojera”, como dicen los milenials.

Se habla de una “nueva normalidad”, solo para seguir viviendo igual que antes pero solo que peor. Nadie sabe, nadie explica, que quiere decir eso…al menos en la vida cotidiana.

Los de razón, los del poder, solo nos hablan de lo que ellos mismos quieren escuchar, lo que les da placer, lo que los satisface en su ego infinito y su terquedad por ajustar la realidad a sus deseos.

El desorden institucional se ve reflejado en la crisis de credibilidad de quienes son responsables del manejo de la crisis sanitaria, de la económica y de la social. Nunca la sociedad ha estado tan sola como ahora.
“Rásquense con sus propias uñas les dicen a empresarios, a campesinos, a indígenas, a niños, a mujeres, a intelectuales, a artistas, a cantantes…a casi todos…aquí los de gobierno tenemos, al menos y como siempre, tenemos seguro nuestro ingreso (aunque lo bajen que no es tanto), nuestro prestigio, nuestras apariciones en televisión en donde todos defendemos al pueblo (y nos defendemos del pueblo)…porque hablamos en nombre del pueblo…y mientras en pueblo, desesperado, rodeado siempre de la muerte, y sí, se rasca con sus propias uñas”.

No hay de otra.

Una sociedad sola y abandonada que se refleja en el número de muertos que ya llenan a las familias: los muertos oficiales y los no oficiales porque sabrás, que existen de los dos…pero para efectos de estadística, solo cuentan los que ellos cuentan…no hay mas ¿o sí?

Cada día del señor, cada día del diablo, cada día de los que ya no sabemos cuáles porque ya no los contamos por los que se agregan a la vida sino por los que nos faltan por vivir que no sabemos cuántos ni a donde porque estamos encerrados y como que así ya no valen casi nada porque ni se aprende ni se desaprende y solo nos la pasamos viendo el espectáculo, el aquelarre de los del poder que hacen del país, de las regiones, de los estados, de los municipios, lo poco que alcanzan a comprender a su capricho y semejanza…o sea la vida inútil que les rodea.

Y luego dicen que a los mexicanos nos divertimos con eso de la muerte, que jugamos nada más con ella y que la cachondeamos…pero tampoco es tan cierto…porque nuestros muertos y los de otros nos duelen

Pero de los muertos la gente tiene la culpa…ella es la responsable, les dijimos que no salieran y zas!!! que se salen…y pues que se contagian y se mueren…y los señores del poder sobre nosotros, los que hoy deciden quien muere y quien no…nos dicen que la culpa en nuestra porque estamos gordos, porque estamos hipertensos, porque fumamos, porque tragamos más tacos de los que debemos de comer y porque somos insanos y perezosos…y ellos tan galantes, flacos y guapos que aparecen en la televisión todos los días con sus camisas planchadas y tan alejados de la realidad…y solo se pregunta uno ¿pues no saben entonces a que pueblo gobiernan? ¿no saben que una política pública se debe ajustar para ser viable a una realidad y a unos modos de comportamiento y no a lo que sus modelos dicen?

Y mientras, entre sus explicaciones y justificaciones aburridas se nos está yendo la vida misma.



Correo: contextotoluca@gmail.com