/ lunes 23 de agosto de 2021

Contexto | El fastidio de la realidad impuesta

1. En México los muertos parecen ya no importarle a nadie.

Después del terremoto de Haití, la noticia principal en casi todos los periódicos del mundo es que los muertos sumaban más de 2, 400. Una tragedia, todos coinciden, y ven como necesario el enviar ayuda humanitaria.

Las noticias nos cuentan que el huracán Grace dejó 8 muertos, 6 de ellos niños, a su paso por Veracruz: otra tragedia.

En México por el coronavirus todos esos muertos sumados se han tenido en solo tres días de la semana anterior. A nadie le preocupan ya solo son mencionados al final del recuento diario de los curados y de los contagiados. Son algo así como una anécdota silenciosa.

Ya nos hemos acostumbrado a esas muertes.

Los semáforos ya no son indicadores ni puntos de referencia para casi nada…es rojo pero es naranja y si no, es rojo pero como amarillo o también puede ser un rojo verdoso o un amarillito quemado o un verde como pistachón y total que todo vale madre de plano…y en ese desorden la gente hace lo que puede para sobrevivir, para mantenerse a flote en una sociedad a la que el gobierno todo lo ha dejado a la selección natural.

Imagínese la cantidad de muertos que se han acumulado en casi año y media de pandemia. Según las cifras oficiales con esos muertos podríamos llenar, todos bien sentaditos tres estadios azteca o bien ocho estadios como la bombonera… ¿se los puede imaginar?

...y la mayoría es de gente pobre, y la mayoría estuvo en hospitales públicos en donde la tasa de letalidad es de las más altas del mundo.

Total que los fallecidos, como decía un ilustre funcionario de gobierno que se encarga del campo de concentración en el que se ha convertido a México, “son fallecidos” (sic).

2. …y los políticos mientras en sus discusiones infinitas sobre quien tiene más poder.

Mientras la sociedad se debate entre la vida y la muerte, entre la sobrevivencia y el temor, entre la resignación y la tragedia, los debates políticos de cada día nos alejan cada vez más de una transformación que nos alcance a todos y que sea más solidaria e incluyente y en la que muchos estamos empeñados en que es posible construir. Los debates hasta el fastidio ya colman la paciencia y dejan la sensación de que no se llega a nada. En ellos prevalecen más los adjetivos que las ideas, las frases por encima de los hechos. Estamos, en lo político, en el mundo al revés. No estoy seguro que el debate sobre la revocación de mandato sea de utilidad para todos y lo sería si hubiera una demanda de un parte de la sociedad pero no tiene mucho sentido si quien lo demanda sean quienes ejercen el poder…ya se tuvo una consulta popular y sus resultados no fueron alentadores porque la cuestión mal planteada pareció no interesarle a muchos…hoy ya nadie habla de ella…sería más interesante, y eso si ejercicio de consulta, discutir en como replantear el modelo educativo, y la coyuntura de la pandemia lo permite, para mejorar en serio la educación en México, o bien el establecer un buen sistema de salud con la participación de todos para que los mexicanos tengamos opciones con un sistema de seguridad social más amplio en el que quepamos todos, o bien el debatir en como redistribuir mejor a riqueza generándola, o definir nuevos modelos empresariales en los que se equilibre el Estado y el mercado para hacer empresarios que sean mas solidarios socialmente en una sociedad que ya no aguanta tantas injusticias…es decir, un debate que de verdad nos permita construir una sociedad que no excluya a nadie.

El camino de la exclusión el día de hoy no es una vía viable para una sociedad tan diversa como la mexicana. Lo que sucede en Afganistán debe ser una lección…hoy las sociedades no se construyen en la exclusión en la que domine una sola manera de pensar sino en construir un proyecto en el que quepan todos.

Estamos perdiendo el tiempo en infiernitos y eso cansa y fastidia…¿hasta cuándo?



Correo: contextotoluca@hotmail.com

1. En México los muertos parecen ya no importarle a nadie.

Después del terremoto de Haití, la noticia principal en casi todos los periódicos del mundo es que los muertos sumaban más de 2, 400. Una tragedia, todos coinciden, y ven como necesario el enviar ayuda humanitaria.

Las noticias nos cuentan que el huracán Grace dejó 8 muertos, 6 de ellos niños, a su paso por Veracruz: otra tragedia.

En México por el coronavirus todos esos muertos sumados se han tenido en solo tres días de la semana anterior. A nadie le preocupan ya solo son mencionados al final del recuento diario de los curados y de los contagiados. Son algo así como una anécdota silenciosa.

Ya nos hemos acostumbrado a esas muertes.

Los semáforos ya no son indicadores ni puntos de referencia para casi nada…es rojo pero es naranja y si no, es rojo pero como amarillo o también puede ser un rojo verdoso o un amarillito quemado o un verde como pistachón y total que todo vale madre de plano…y en ese desorden la gente hace lo que puede para sobrevivir, para mantenerse a flote en una sociedad a la que el gobierno todo lo ha dejado a la selección natural.

Imagínese la cantidad de muertos que se han acumulado en casi año y media de pandemia. Según las cifras oficiales con esos muertos podríamos llenar, todos bien sentaditos tres estadios azteca o bien ocho estadios como la bombonera… ¿se los puede imaginar?

...y la mayoría es de gente pobre, y la mayoría estuvo en hospitales públicos en donde la tasa de letalidad es de las más altas del mundo.

Total que los fallecidos, como decía un ilustre funcionario de gobierno que se encarga del campo de concentración en el que se ha convertido a México, “son fallecidos” (sic).

2. …y los políticos mientras en sus discusiones infinitas sobre quien tiene más poder.

Mientras la sociedad se debate entre la vida y la muerte, entre la sobrevivencia y el temor, entre la resignación y la tragedia, los debates políticos de cada día nos alejan cada vez más de una transformación que nos alcance a todos y que sea más solidaria e incluyente y en la que muchos estamos empeñados en que es posible construir. Los debates hasta el fastidio ya colman la paciencia y dejan la sensación de que no se llega a nada. En ellos prevalecen más los adjetivos que las ideas, las frases por encima de los hechos. Estamos, en lo político, en el mundo al revés. No estoy seguro que el debate sobre la revocación de mandato sea de utilidad para todos y lo sería si hubiera una demanda de un parte de la sociedad pero no tiene mucho sentido si quien lo demanda sean quienes ejercen el poder…ya se tuvo una consulta popular y sus resultados no fueron alentadores porque la cuestión mal planteada pareció no interesarle a muchos…hoy ya nadie habla de ella…sería más interesante, y eso si ejercicio de consulta, discutir en como replantear el modelo educativo, y la coyuntura de la pandemia lo permite, para mejorar en serio la educación en México, o bien el establecer un buen sistema de salud con la participación de todos para que los mexicanos tengamos opciones con un sistema de seguridad social más amplio en el que quepamos todos, o bien el debatir en como redistribuir mejor a riqueza generándola, o definir nuevos modelos empresariales en los que se equilibre el Estado y el mercado para hacer empresarios que sean mas solidarios socialmente en una sociedad que ya no aguanta tantas injusticias…es decir, un debate que de verdad nos permita construir una sociedad que no excluya a nadie.

El camino de la exclusión el día de hoy no es una vía viable para una sociedad tan diversa como la mexicana. Lo que sucede en Afganistán debe ser una lección…hoy las sociedades no se construyen en la exclusión en la que domine una sola manera de pensar sino en construir un proyecto en el que quepan todos.

Estamos perdiendo el tiempo en infiernitos y eso cansa y fastidia…¿hasta cuándo?



Correo: contextotoluca@hotmail.com