/ lunes 10 de mayo de 2021

Contexto | El futuro ya no es lo que era, pero el presente tampoco

UNO. Para la sociedad mexicana el presente es de incertidumbre, pero ¿cuándo no lo ha sido? Cada mañana millones se despiertan sin saber que les ocurrirá ese día ¿podrán comer con lo que les deja el estar parados en una esquina pidiendo limosna, haciendo malabares, limpiando llantas o parabrisas? Hoy viajaran en el metro millones de personas sin saber si en algún instante perderán la vida. El futuro cierto de la llegada se cambia por un presente de dudas sobre el destino.

DOS. Parece que la muerte se ensaña con los más pobres en México. Son los más pobres los que más han muerto por la pandemia y se les exhibe como anónimos, porque seguro no tienen ni nombre ni rostro, en las cifras que todos los días se dan a conocer en el aquelarre diario de la muerte y también han sido los marginados los que también (otra vez) han muerto en la tragedia del metro al que la autoridad se ha empeñado en llamar incidente. ¿Será una manera de acabar con la pobreza? ¿Acabar con los pobres a través de la muerte? Ahora anuncian que se les va a indemnizar con seiscientos-cincuenta-mil pesos como si fuera un triunfo del dinero sobre la vida…a lo mejor piensan que con esa cantidad se silencia el dolor que deja la muerte, el vacío que deja la ausencia de alguien a quien se esperaba en casa solo para comer un pan con leche.

TRES. Los gobernantes ya no visitan a las victimas porque dicen no se quieren hacer show y las dejan solas para que cada una entierre a sus muertos como sea en el silencio que da la indiferencia. Los presidentes lo han hecho…antes con los desaparecidos de Ayotzinapa ahora con los muertos del metro los Olivos. Los muertos, parece, le estorban al poder.

CUATRO. Ahora que domina la política el discurso de los políticos, ahora que la violencia se recrudece en las calles, ahora que más políticos son asesinados o desaparecidos ahora que los políticos hablan más por consignas que por ideas pretenden vender el presente como si fuera futuro y confunden a la gente con los tiempos…¿soy ahora? o ¿soy de después?

CINCO. Los gobernantes ahora se quejan de la prensa, no les gusta lo que dicen a pesar de que reproducen sus discursos todos los días de todas las horas de todos los tiempos y se ven en las pantallas, se ven en las portadas, se ven en las ocho columnas todos los días, uno tras otro sin reposo, pero para fastidio del respetable quien ya cansado se fastidia una y otra vez hasta hacerlos invisibles, aunque se pretendan ser los nuevos integrantes de la liga de la decencia.

SEIS. El empleo se ha vuelto más precario, las grandes masas de desempleados aceptan lo que sea por el solo hecho de verse ocupados…quien los contrata impone las condiciones…tanto sueldo, tanto tiempo y se constituyen en los dueños de las vidas, de los destinos y de las familias…mientras el gobierno está ausente para proteger sus derechos, aunque sus ganancias aumenten y hoy haya también empresas pobres con empresarios ricos como era antes como es ahora.

SIETE. En estos días se ve que se quiere cambiar la realidad con el discurso, mientras afuera las cosas siguen igual como en el pasado…las formas desde el poder pueden cambiar, las cosas de fondo no tanto porque ahí están y siguen estando las masas de pobres para vergüenza de un país que se quiere presentar como original o moderno.

OCHO. Desde todos los podios, desde todas las tribunas, sean en vivo o virtuales, todos, los dueños del poder, de la opinión o de la tele tienen el derecho de insultarse unos a otros para con ello escribir sus nombres en letras de oro en el altar de la patria (así con minúsculas, porque es su patria no la de todos).

NUEVE. En el hoy se puede acosar, violar o maltratar a cualquier mujer…pero solo pueden aquellos que son demócratas y solo basta la convicción de servir a los intereses más sentidos del pueblo porque ellos solo siembran, con su semen iluminado y divino, la semilla de los futuros demócratas de la nación que ellos imaginan…tal vez eso explique el silencio de muchas, de las que están cerca de los denunciados…se les admira su fuerza y virilidad.

…y la sociedad se ha acostumbrado tanto a esto que ya no sabe en qué tiempo vive si en el pasado o el presente… ¿o el futuro hoy?

…pero, en cualquier caso, y como en la canción de los Hermanos Carrión, tal vez sea mejor lanzar las penas al viento.



Correo: contextotoluca@gmail.com

UNO. Para la sociedad mexicana el presente es de incertidumbre, pero ¿cuándo no lo ha sido? Cada mañana millones se despiertan sin saber que les ocurrirá ese día ¿podrán comer con lo que les deja el estar parados en una esquina pidiendo limosna, haciendo malabares, limpiando llantas o parabrisas? Hoy viajaran en el metro millones de personas sin saber si en algún instante perderán la vida. El futuro cierto de la llegada se cambia por un presente de dudas sobre el destino.

DOS. Parece que la muerte se ensaña con los más pobres en México. Son los más pobres los que más han muerto por la pandemia y se les exhibe como anónimos, porque seguro no tienen ni nombre ni rostro, en las cifras que todos los días se dan a conocer en el aquelarre diario de la muerte y también han sido los marginados los que también (otra vez) han muerto en la tragedia del metro al que la autoridad se ha empeñado en llamar incidente. ¿Será una manera de acabar con la pobreza? ¿Acabar con los pobres a través de la muerte? Ahora anuncian que se les va a indemnizar con seiscientos-cincuenta-mil pesos como si fuera un triunfo del dinero sobre la vida…a lo mejor piensan que con esa cantidad se silencia el dolor que deja la muerte, el vacío que deja la ausencia de alguien a quien se esperaba en casa solo para comer un pan con leche.

TRES. Los gobernantes ya no visitan a las victimas porque dicen no se quieren hacer show y las dejan solas para que cada una entierre a sus muertos como sea en el silencio que da la indiferencia. Los presidentes lo han hecho…antes con los desaparecidos de Ayotzinapa ahora con los muertos del metro los Olivos. Los muertos, parece, le estorban al poder.

CUATRO. Ahora que domina la política el discurso de los políticos, ahora que la violencia se recrudece en las calles, ahora que más políticos son asesinados o desaparecidos ahora que los políticos hablan más por consignas que por ideas pretenden vender el presente como si fuera futuro y confunden a la gente con los tiempos…¿soy ahora? o ¿soy de después?

CINCO. Los gobernantes ahora se quejan de la prensa, no les gusta lo que dicen a pesar de que reproducen sus discursos todos los días de todas las horas de todos los tiempos y se ven en las pantallas, se ven en las portadas, se ven en las ocho columnas todos los días, uno tras otro sin reposo, pero para fastidio del respetable quien ya cansado se fastidia una y otra vez hasta hacerlos invisibles, aunque se pretendan ser los nuevos integrantes de la liga de la decencia.

SEIS. El empleo se ha vuelto más precario, las grandes masas de desempleados aceptan lo que sea por el solo hecho de verse ocupados…quien los contrata impone las condiciones…tanto sueldo, tanto tiempo y se constituyen en los dueños de las vidas, de los destinos y de las familias…mientras el gobierno está ausente para proteger sus derechos, aunque sus ganancias aumenten y hoy haya también empresas pobres con empresarios ricos como era antes como es ahora.

SIETE. En estos días se ve que se quiere cambiar la realidad con el discurso, mientras afuera las cosas siguen igual como en el pasado…las formas desde el poder pueden cambiar, las cosas de fondo no tanto porque ahí están y siguen estando las masas de pobres para vergüenza de un país que se quiere presentar como original o moderno.

OCHO. Desde todos los podios, desde todas las tribunas, sean en vivo o virtuales, todos, los dueños del poder, de la opinión o de la tele tienen el derecho de insultarse unos a otros para con ello escribir sus nombres en letras de oro en el altar de la patria (así con minúsculas, porque es su patria no la de todos).

NUEVE. En el hoy se puede acosar, violar o maltratar a cualquier mujer…pero solo pueden aquellos que son demócratas y solo basta la convicción de servir a los intereses más sentidos del pueblo porque ellos solo siembran, con su semen iluminado y divino, la semilla de los futuros demócratas de la nación que ellos imaginan…tal vez eso explique el silencio de muchas, de las que están cerca de los denunciados…se les admira su fuerza y virilidad.

…y la sociedad se ha acostumbrado tanto a esto que ya no sabe en qué tiempo vive si en el pasado o el presente… ¿o el futuro hoy?

…pero, en cualquier caso, y como en la canción de los Hermanos Carrión, tal vez sea mejor lanzar las penas al viento.



Correo: contextotoluca@gmail.com