/ lunes 7 de diciembre de 2020

Contexto | Guía ética para el político en turno

Como dice la otra Guía, esa que hacen desde el poder, “el comportamiento apegado a normas éticas es indispensable para vivir” y para sobrevivir también, se agregaría, en esa comedia tenebrosa y de ficción de la política mexicana más conocido como grilla y en la que desde Presidentes, Gobernadores, Presidentes Municipales, Alcaldes, Diputados, Senadores y personas de cualquier otra índole vinculada con los privilegios que da el poder de mandar en México deben cumplir para así hacer de la política lo que ha sido hasta ahora. Todos al menos tienen una ética en la que ellos y sus privilegios enmarcan toda su actividad.

La de los políticos es una comunidad en la que todos son casi iguales, pretendiéndose diferentes, y se empecinan ellos mismos en poner a su modo su nombre en la historia.

Los siguientes son sus principios éticos que determinan su moral, una moral que, como decía Gonzalo N. Santos, es un árbol que da moras (o lo que es lo mismo todo vale una fregada):

  1. De la sumisión al Jefe o del sí señor siempre. El “respeto” al superior siempre es un requisito sine qua non para poder ascender en la escala sea política o burocrática. EL sí señor da estabilidad y confort. La sumisión voluntaria es fundamental y hacerle creer al jefe que hace historia es fundamental.
  2. Flexibilidad de pensamiento, de creencias o lealtades. El disfrute del poder es una cuestión de sobrevivencia y de saberse mover a tiempo. Debes ser siempre flexible y tener un discurso que tienda puentes para transitar, sin que sea casi percibirlo por la opinión pública, de derecha a izquierda, a un movimiento social o a una ONG o grupo cualquiera que sea. O sea es mejor no tener un pensamiento propio sino circunstancial.
  3. Del identificar adversarios cuando no salgan las cosas. Este principio lo deben aplicar quienes ejerzan el poder para acusar al pasado sobre cuestiones que no se saben resolver y los puedes llamar de acuerdo a lo que convenga: comunistas, conservadores, rojos, emisarios del pasado, imperialistas.
  4. Del No mentir… o al menos un poquito. Mentir de a poquito siempre reditúa, pero la mentira siempre debe parecer sincera y dicha con convicción. Aunque si de mentir se trata no hay problema siempre y cuando con ello se contribuya a la felicidad del pueblo.
  5. De no robar…aunque si se puede un poquito no está mal…bueno siempre están los familiares
  6. De no corromper. Trata de ser siempre de parecer honesto y hacer creer que la corrupción siempre está ligada con el dinero, cuando en realidad tu sabes que la corrupción tiene otros formas como hacer creer que todo va bien.
  7. Crea tu propia realidad. El crear una realidad política y social en la que ti creas y veas es la mejor fórmula para ignorar la propia realidad. El pueblo la vivirá contigo si la sabes transmitir.
  8. De tener una visión de la historia simple. Siempre procura tener referencias sobre el pasado, si es elemental mejor, así podrás trasmitir ideas básicas. Si das la impresión de controlar el pasado, controlaras el presente y tal vez el futuro.
  9. De no engañar….aunque si un poquito haciéndole creer que el futuro mejor está por llegar y que el presente siempre es para sentar las bases de algo mejor. Engañar en si no es malo si das la impresión de ser por nobleza.
  10. De las frases célebres y ocurrencias. Al respetable siempre hay que darle un poquito de espectáculo. Debes crear frases que parezcan como ingeniosas pues de ello dependerá hasta tu trascendencia: …y tu también Luis, ni los veo ni los oigo, quien pompo, me canso, ganso o yo tengo otros datos.

La ética de los políticos en turno es una construcción casi permanente…y ya, ante la creencia popular que estos son principios básicos connaturales a las clases políticas mexicanas, parecen llevarnos a una vida pública que raya en el cinismo. (Si el lector tiene sugerencias sobre otros principios éticos favor de escribir al correo siguiente)



Correo: contextotoluca@gmail.com


Como dice la otra Guía, esa que hacen desde el poder, “el comportamiento apegado a normas éticas es indispensable para vivir” y para sobrevivir también, se agregaría, en esa comedia tenebrosa y de ficción de la política mexicana más conocido como grilla y en la que desde Presidentes, Gobernadores, Presidentes Municipales, Alcaldes, Diputados, Senadores y personas de cualquier otra índole vinculada con los privilegios que da el poder de mandar en México deben cumplir para así hacer de la política lo que ha sido hasta ahora. Todos al menos tienen una ética en la que ellos y sus privilegios enmarcan toda su actividad.

La de los políticos es una comunidad en la que todos son casi iguales, pretendiéndose diferentes, y se empecinan ellos mismos en poner a su modo su nombre en la historia.

Los siguientes son sus principios éticos que determinan su moral, una moral que, como decía Gonzalo N. Santos, es un árbol que da moras (o lo que es lo mismo todo vale una fregada):

  1. De la sumisión al Jefe o del sí señor siempre. El “respeto” al superior siempre es un requisito sine qua non para poder ascender en la escala sea política o burocrática. EL sí señor da estabilidad y confort. La sumisión voluntaria es fundamental y hacerle creer al jefe que hace historia es fundamental.
  2. Flexibilidad de pensamiento, de creencias o lealtades. El disfrute del poder es una cuestión de sobrevivencia y de saberse mover a tiempo. Debes ser siempre flexible y tener un discurso que tienda puentes para transitar, sin que sea casi percibirlo por la opinión pública, de derecha a izquierda, a un movimiento social o a una ONG o grupo cualquiera que sea. O sea es mejor no tener un pensamiento propio sino circunstancial.
  3. Del identificar adversarios cuando no salgan las cosas. Este principio lo deben aplicar quienes ejerzan el poder para acusar al pasado sobre cuestiones que no se saben resolver y los puedes llamar de acuerdo a lo que convenga: comunistas, conservadores, rojos, emisarios del pasado, imperialistas.
  4. Del No mentir… o al menos un poquito. Mentir de a poquito siempre reditúa, pero la mentira siempre debe parecer sincera y dicha con convicción. Aunque si de mentir se trata no hay problema siempre y cuando con ello se contribuya a la felicidad del pueblo.
  5. De no robar…aunque si se puede un poquito no está mal…bueno siempre están los familiares
  6. De no corromper. Trata de ser siempre de parecer honesto y hacer creer que la corrupción siempre está ligada con el dinero, cuando en realidad tu sabes que la corrupción tiene otros formas como hacer creer que todo va bien.
  7. Crea tu propia realidad. El crear una realidad política y social en la que ti creas y veas es la mejor fórmula para ignorar la propia realidad. El pueblo la vivirá contigo si la sabes transmitir.
  8. De tener una visión de la historia simple. Siempre procura tener referencias sobre el pasado, si es elemental mejor, así podrás trasmitir ideas básicas. Si das la impresión de controlar el pasado, controlaras el presente y tal vez el futuro.
  9. De no engañar….aunque si un poquito haciéndole creer que el futuro mejor está por llegar y que el presente siempre es para sentar las bases de algo mejor. Engañar en si no es malo si das la impresión de ser por nobleza.
  10. De las frases célebres y ocurrencias. Al respetable siempre hay que darle un poquito de espectáculo. Debes crear frases que parezcan como ingeniosas pues de ello dependerá hasta tu trascendencia: …y tu también Luis, ni los veo ni los oigo, quien pompo, me canso, ganso o yo tengo otros datos.

La ética de los políticos en turno es una construcción casi permanente…y ya, ante la creencia popular que estos son principios básicos connaturales a las clases políticas mexicanas, parecen llevarnos a una vida pública que raya en el cinismo. (Si el lector tiene sugerencias sobre otros principios éticos favor de escribir al correo siguiente)



Correo: contextotoluca@gmail.com