La de ayer fue una lección para los partidos políticos. Se las dio la sociedad mexicana, toda, la que salió a las calles, la que fue a votar porque quería decidir, la que dijo sí a la civilidad que ha contrastado con la actitud de los partidos políticos durante el proceso electoral, a su lenguaje vulgar, a la violencia, a la falta de ideas y a las mentiras de la que estuvieron plagadas las campañas.
Porque las historias se multiplicaron y fueron muchas, las de cada una de los votantes.
Como la historia de Doña Luz, quien salió a votar temprano, se puso guapa, se aliso bien su pelo, se puso la diadema azul que tanto le gustaba y salió bien decidida para buscar su casilla. A sus setenta y dos años, Doña Luz caminaba buscándola, pero no la encontraba. Llego a una gasolinera y se acercó a un matrimonio que espera le cargaran gasolina. “Perdón joven, le dijo, sabe donde queda la calle de Lafragua, en dónde está el Jardín de niños, allá esta mi casilla y debo ir a votar”…”Uy señora, está medio lejos…”, le empezaban a indicar que hacer y Doña Luz puso una cara de tristeza de ¿cómo hasta dónde?...al ver su cara la esposa le ofreció, en estos días de desconfianza, llevarla a su casilla…”si usted no tiene desconfianza la podemos llevar, si quiere”..Doña Luz sintió confianza y pues se subió al coche. Partieron rumbo a la casilla 5237 y en el camino se confesó…”no puedo dejar de ir a votar, lo siento ya como una obligación pues me he sentido desamparada, perdí mi seguro popular y ya no hay medicinas para atender a mi hija que tiene cáncer…y pues ya no se que hacer y siento como obligación ir a expresarme...¿me entiende?”
El matrimonio la observaba y la escuchaba. Doña Luz se quedó como pensativa y ya no dijeron nada durante el trayecto hasta llegar. Llegaron al Jardín de Niños de la Calle Lafragua. Doña Luz, con una sonrisa, les dio las gracias y con cierta dificultad se apeo del vehículo y se enfilo para hacer fila para votar. Una persona amablemente la vio llegar y le cedió su lugar para que pudiera pasar mas rápido a votar. Doña Luz lo volvió a agradecer con una sonrisa. “Gracias hijo”; le dijo, mientras se ponía el cubrebocas.
Coño Doña Luz, muchos caminaron
Las elecciones estuvieron llenas de hechos de ciudadanos frente a ciudadanos.
Fue una lección de civilidad que los ciudadanos le dieron a los políticos, a los gobernantes y a los partidos políticos.
Frente a los augurios de la violencia, de gritos de fraude anticipado, la sociedad mexicana asistió puntual al único espacio democrático que tenemos los mexicanos para expresarnos.
La lección es evidente para todos quienes pretenden gobernar: los mexicanos si queremos vivir en democracia, la cual se debe ampliar para ganar mas espacios sociales y superar, poco a poco, el autoritarismo que caracteriza el ejercicio del poder en México.
Los ciudadanos cumplieron.
Ojala los partidos políticos y sobre todo los dirigentes estén a la altura de los que el pueblo mexicano expresó, más allá de los resultados, en las urnas. Vale.
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