Es un hecho que la gestión de la pandemia en México no fue la adecuada.
Es un hecho que el desabasto de las medicinas para personas con cáncer ha ya afectado la vida de niños y de adultos.
Es un hecho que la falta de medicamentos se está convirtiendo en una realidad de cada día y, si se sigue como ahora en el próximo año, el desabasto de medicinas será aún más grave.
Es un hecho que en el último año la violencia contra las mujeres ha aumentado.
Es un hecho que los niveles de violencia han sido de los más altos en los últimos años.
Es un hecho que hoy en México hay muertos como nunca.
Es un hecho que las organizaciones criminales dominan ya vastas regiones del territorio nacional.
Es un hecho que el ascenso de los militares en la gestión y a presupuestos y administraciones de empresas no es lo más adecuado.
Es un hecho que la muerte de cientos de miles de mexicanos parece ya no interesarle al gobierno.
Es un hecho que repartir dinero mediante programas sociales no ha disminuido la pobreza en México.
Es un hecho que repartir dinero no ha alejado a los jóvenes de vincularse a las organizaciones criminales.
Es un hecho que la economía informal ha crecido y que es el principal sustento para la “estabilidad social” que se presume.
Es un hecho que aún la policía no alcanza los niveles para dar seguridad a los ciudadanos.
Es un hecho que la corrupción en la vida cotidiana de los ciudadanos sigue ocurriendo y siendo cada vez frecuente. Y se ve en los retenes en las carreteras y las extorsiones a las que los ciudadanos son sometidos; se ve las componendas de funcionarios de inspección sanitaria o en el otorgamiento de licencias, de permisos, de infracciones de tránsito.
Es un hecho que los gobernantes, una vez estando en el poder, sobre todo en México, se alejan de las necesidades de los ciudadanos. Viven las realidades que su entorno les permite ver.
Es un hecho que ser un líder político popular no quiere decir que lo será para la historia.
Y en todo esto, el gobierno de México, en sus distintos niveles es el responsable.
No cumple con la obligación que tienen todos los gobiernos por velar por la seguridad y la salud colectivas, la de todos los ciudadanos, la de todos nosotros y eso no está sucediendo. No, al menos, en la realidad. Sí, y con mucho, en el discurso.
Esa es una de las razones por la que los gobiernos existen, por la que los ciudadanos le dan el poder de administrar sus recursos en beneficio de las personas.
Pero los resultados son contundentes:
Casi son medio millón los muertos por la pandemia.
Diez mujeres son asesinadas al día según últimos datos del INEGI.
Miles de muertos se cuentan ya en las carreteras por los bajos niveles de seguridad en el transporte público.
Circular por las noches en las carreteras mexicanos es enfrentarse al peligro de los retenes organizados por el gobierno o por el crimen organizado…al final el resultado es el mismo.
La realidad que viven los gobiernos no es la de los ciudadanos…a quienes detentan el poder parece que les vale madre nuestra seguridad y nuestra salud…los del gobierno están entretenidos en pasar a la historia…pareciendo desconocer que esta los habrá de olvidar.
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