/ lunes 19 de agosto de 2019

Contexto / ¿Qué onda con el tren de Toluca?


Es domingo por la mañana, hace un poco de frío en Toluca y el comienzo del día se siente flojo con pocas gentes en la calle, algunas que van a la iglesia temprano, los puestos de tacos que están por ponerse y los voceadores que empiezan a ofrecer los periódicos del día. Es una mañana somnolienta, pero a mí me gusta. Es como la Toluca de ayer.

Me acerco al puesto de periódicos y leo la principal nota de El Sol de Toluca: “Elabora GEM plan para generar inversión en zona del tren urbano”.

La nota no deja de sorprender. Solo una idea me asalta de pronto ¿hasta ahorita?, o ¿sea que no se hizo junto con el proyecto ningún estudio de impacto social, ambiental, económico, de sustentabilidad?, o sea ¿se hizo al ahí se va?

Eso parece evidente.

O al menos así se demuestra la anarquía con la que se ha venido haciendo el proyecto, el desconocimiento del impacto en el suministro de agua de muchas comunidades, la falta de consenso social, el desacuerdo de muchas comunidades, lo costoso y cada vez más del proyecto entre miles de situaciones que no son claras.

Pero el desarrollo del tren está lleno de muchos problemas más los que va a generar.

Un ejemplo basta. Solo a alguien que no tenga el más mínimo sentido común se le ocurre poner una terminal justo en la avenida Pino Suarez o vialidad Metepec y las Torres en donde ya de por si cada día se viven un conflicto vial sin que a nadie parece preocuparle. No se ve que exista por parte de los órdenes de gobierno un plan o al menos algunas ideas que permitan tener claridad sobre qué hacer en los puntos más conflictivos de la ruta del tren como prever áreas de estacionamiento, de transporte colectivo, paradas, lugares para peatones entre muchos otros aspectos.

La experiencia en otros proyectos, sobre todo en las áreas metropolitanas del país demuestran que solo se fomenta y luego se hace incontrolable el comercio ambulante que poco a poco se va adueñando de los espacios, que luego deriva en problemas de prostitución, delincuencia, tráfico de drogas y sobre todo da una imagen de poca civilidad y desorden. El recuerdo del mercado de Toluca debe estar presente.

Creo que en lugar de pensar de cómo se debe fomentar la inversión en no se sabe que cosas, se debería hacer un plan para evitarla y con ello contribuir al desarrollo más armónico de la sociedad. El desarrollo de estos proyectos, seguido de una lógica capitalista solo trae más problemas que soluciones y con un costo social enorme en el mediano y largo plazo. Porque una cosa es regular el crecimiento y otra muy diferente el tratar de controlarlo y orientarlo para un desarrollo social más armónico.

Los toluqueños, y creo que los habitantes de Zinacantepec, Ocoyocac, San Mateo entre otros municipios están muy alejados de saber cuál será el impacto de que tenga en su vida cotidiana una obra de esa naturaleza.

Tal vez venga más gente de la Ciudad de México a vivir a Toluca, tal vez vaya más gente de Toluca a trabajar a la CDMX.

No estoy seguro que todo sea para bien al menos que haya madurez entre quienes nos gobiernan. Que mejor se piense en mejorar la convivencia y el orden urbano cuidando el tejido social en lugar de pensar en fomentar la inversión con que sabe qué sentido. Algunos dirán es inevitable…tal vez sea cierto…entonces hay que regularla cuidando el interés colectivo.

La gran tragedia del desarrollo urbano en el Valle de Toluca es haber seguido los caprichos del capital en lugar de cuidar el interés colectivo.

Como siempre será a los ciudadanos a quienes nos toque sufrir las consecuencias de las malas decisiones de las instancias de gobierno.

Entonces ¿qué onda con el tren de Toluca’

No lo sabremos porque, por alguna razón, nada se hace público.


Es domingo por la mañana, hace un poco de frío en Toluca y el comienzo del día se siente flojo con pocas gentes en la calle, algunas que van a la iglesia temprano, los puestos de tacos que están por ponerse y los voceadores que empiezan a ofrecer los periódicos del día. Es una mañana somnolienta, pero a mí me gusta. Es como la Toluca de ayer.

Me acerco al puesto de periódicos y leo la principal nota de El Sol de Toluca: “Elabora GEM plan para generar inversión en zona del tren urbano”.

La nota no deja de sorprender. Solo una idea me asalta de pronto ¿hasta ahorita?, o ¿sea que no se hizo junto con el proyecto ningún estudio de impacto social, ambiental, económico, de sustentabilidad?, o sea ¿se hizo al ahí se va?

Eso parece evidente.

O al menos así se demuestra la anarquía con la que se ha venido haciendo el proyecto, el desconocimiento del impacto en el suministro de agua de muchas comunidades, la falta de consenso social, el desacuerdo de muchas comunidades, lo costoso y cada vez más del proyecto entre miles de situaciones que no son claras.

Pero el desarrollo del tren está lleno de muchos problemas más los que va a generar.

Un ejemplo basta. Solo a alguien que no tenga el más mínimo sentido común se le ocurre poner una terminal justo en la avenida Pino Suarez o vialidad Metepec y las Torres en donde ya de por si cada día se viven un conflicto vial sin que a nadie parece preocuparle. No se ve que exista por parte de los órdenes de gobierno un plan o al menos algunas ideas que permitan tener claridad sobre qué hacer en los puntos más conflictivos de la ruta del tren como prever áreas de estacionamiento, de transporte colectivo, paradas, lugares para peatones entre muchos otros aspectos.

La experiencia en otros proyectos, sobre todo en las áreas metropolitanas del país demuestran que solo se fomenta y luego se hace incontrolable el comercio ambulante que poco a poco se va adueñando de los espacios, que luego deriva en problemas de prostitución, delincuencia, tráfico de drogas y sobre todo da una imagen de poca civilidad y desorden. El recuerdo del mercado de Toluca debe estar presente.

Creo que en lugar de pensar de cómo se debe fomentar la inversión en no se sabe que cosas, se debería hacer un plan para evitarla y con ello contribuir al desarrollo más armónico de la sociedad. El desarrollo de estos proyectos, seguido de una lógica capitalista solo trae más problemas que soluciones y con un costo social enorme en el mediano y largo plazo. Porque una cosa es regular el crecimiento y otra muy diferente el tratar de controlarlo y orientarlo para un desarrollo social más armónico.

Los toluqueños, y creo que los habitantes de Zinacantepec, Ocoyocac, San Mateo entre otros municipios están muy alejados de saber cuál será el impacto de que tenga en su vida cotidiana una obra de esa naturaleza.

Tal vez venga más gente de la Ciudad de México a vivir a Toluca, tal vez vaya más gente de Toluca a trabajar a la CDMX.

No estoy seguro que todo sea para bien al menos que haya madurez entre quienes nos gobiernan. Que mejor se piense en mejorar la convivencia y el orden urbano cuidando el tejido social en lugar de pensar en fomentar la inversión con que sabe qué sentido. Algunos dirán es inevitable…tal vez sea cierto…entonces hay que regularla cuidando el interés colectivo.

La gran tragedia del desarrollo urbano en el Valle de Toluca es haber seguido los caprichos del capital en lugar de cuidar el interés colectivo.

Como siempre será a los ciudadanos a quienes nos toque sufrir las consecuencias de las malas decisiones de las instancias de gobierno.

Entonces ¿qué onda con el tren de Toluca’

No lo sabremos porque, por alguna razón, nada se hace público.