/ lunes 25 de julio de 2022

Contexto |  Sociedades cansadas 

Los arboles están cansados. En estos días producen pocos frutos porque están hartos de la falta o el exceso de agua. Lo he visto en los duraznos, en las chirimoyas, en algunos perales, en las guayabas y hasta en la yerbabuena. Ahí está la mano del hombre fastidiándolos. Está cansado el ahuehuete que sustituyó a la palma en Reforma de la CDMX.

El ganado está cansado. Muchas especies han muerto por las sequias en el mundo y sus cuerpos deshidratados, secos se ven en las planicies que en otros tiempos al menos les ofrecían algo de alimento pobre.

Están cansados los ríos que han visto sus cauces contaminados, colmados de plásticos y desechos humanos e industriales.

Están cansados los montes una y otra vez explotados, destruidas sus familias y con ellos la subsistencia de trenes.

Está cansada la selva en casi todas partes y también en el amazonas en Brasil y en la selva en Yucatán. A ellas en el nombre del progreso se les viola y se les rompe su virginidad, se les amenaza y se muestran frágiles ante las maquinas que las devoran y las asesinan.

Están cansadas las mujeres de tanta violencia en su contra y de sus gritos ahogados que parece nadie escuchar, no importa que las quemen vivas en un parque o que las violenten en una calle oscura o que las maten en sus propios lechos del amor. Están cansadas de gritar y gritar sin que nadie las vea por eso destruyen a los símbolos que les molestan a los poderosos, esos que están en las calles y que guardan las memorias que quieren se nos queden.

Están cansados los niños que padecen cáncer y también sus padres quienes ya no pueden salir a las calles para parecer solo esperar a que un milagro los salve.

Están cansados las mujeres otra vez porque no tienen refugios a donde ir si la violencia las alcanza-

Están casados los bebes y los niños porque andan de un lugar a otro, de unos brazos a otros porque no hay guarderías a donde ir.

Están cansados los burócratas de tanto obedecer porque es lo único que tienen para subsistir en este mundo que solo les ofrece sumisión.

Están cansados los médicos porque los explotan al no tener las condiciones adecuadas para ejercer sus apostolados y cansados porque ya los están empezando a matar y nadie los protege.

Están cansadas las audiencias de tantas pendejadas que se dicen cada día en los programas de televisión y las estupideces que se escuchan de todos los políticos de su entorno.

Están cansados los hombres libres porque su libertad solo es la que le permite su entorno.

Están cansados los pasajeros del transporte público que se suben al transporte con el miedo de que van a ser arrastrados.

Están cansadas las comunidades eclesiásticas porque les matan y amenazan a sus curas porque los obligan a guardar silencio para conservar su vida y su ministerio.

Están cansadas muchas comunidades porque han debido aprender a defenderse solas frente a la indiferencia de sus gobiernos.

… finalmente está cansado Dios de tanta estupidez humana.

Los arboles están cansados. En estos días producen pocos frutos porque están hartos de la falta o el exceso de agua. Lo he visto en los duraznos, en las chirimoyas, en algunos perales, en las guayabas y hasta en la yerbabuena. Ahí está la mano del hombre fastidiándolos. Está cansado el ahuehuete que sustituyó a la palma en Reforma de la CDMX.

El ganado está cansado. Muchas especies han muerto por las sequias en el mundo y sus cuerpos deshidratados, secos se ven en las planicies que en otros tiempos al menos les ofrecían algo de alimento pobre.

Están cansados los ríos que han visto sus cauces contaminados, colmados de plásticos y desechos humanos e industriales.

Están cansados los montes una y otra vez explotados, destruidas sus familias y con ellos la subsistencia de trenes.

Está cansada la selva en casi todas partes y también en el amazonas en Brasil y en la selva en Yucatán. A ellas en el nombre del progreso se les viola y se les rompe su virginidad, se les amenaza y se muestran frágiles ante las maquinas que las devoran y las asesinan.

Están cansadas las mujeres de tanta violencia en su contra y de sus gritos ahogados que parece nadie escuchar, no importa que las quemen vivas en un parque o que las violenten en una calle oscura o que las maten en sus propios lechos del amor. Están cansadas de gritar y gritar sin que nadie las vea por eso destruyen a los símbolos que les molestan a los poderosos, esos que están en las calles y que guardan las memorias que quieren se nos queden.

Están cansados los niños que padecen cáncer y también sus padres quienes ya no pueden salir a las calles para parecer solo esperar a que un milagro los salve.

Están cansados las mujeres otra vez porque no tienen refugios a donde ir si la violencia las alcanza-

Están casados los bebes y los niños porque andan de un lugar a otro, de unos brazos a otros porque no hay guarderías a donde ir.

Están cansados los burócratas de tanto obedecer porque es lo único que tienen para subsistir en este mundo que solo les ofrece sumisión.

Están cansados los médicos porque los explotan al no tener las condiciones adecuadas para ejercer sus apostolados y cansados porque ya los están empezando a matar y nadie los protege.

Están cansadas las audiencias de tantas pendejadas que se dicen cada día en los programas de televisión y las estupideces que se escuchan de todos los políticos de su entorno.

Están cansados los hombres libres porque su libertad solo es la que le permite su entorno.

Están cansados los pasajeros del transporte público que se suben al transporte con el miedo de que van a ser arrastrados.

Están cansadas las comunidades eclesiásticas porque les matan y amenazan a sus curas porque los obligan a guardar silencio para conservar su vida y su ministerio.

Están cansadas muchas comunidades porque han debido aprender a defenderse solas frente a la indiferencia de sus gobiernos.

… finalmente está cansado Dios de tanta estupidez humana.