/ lunes 9 de diciembre de 2019

Contexto | Toluca: entre nostálgicos y modernizadores

Toluca sigue en un debate permanente que no se resuelve.

Por un lado están quienes añoran a la Toluca del pasado, la Toluca recoleta, amable, buena, en la que la gente se saludaba en el portal todos los días, en que los novios y novias se podían pasear después de salir de misa o bien irse a tomar una nieve a la Elite. Esa Toluca en la que los presidentes municipales que salían a la calle a tomar tacos y convivían con la gente o los gobernadores a quienes les gustaban caminar por portal y pasar a saludar al Socio para degustar algunos dulces típicos, pasar con el Señor Robles a tomarse una foto o ir a la Queny para probar una oranchcrosh o un pay coronado de nuez o limón encontrase al señor Naveda o a la María Félix o al maricon de las pepitas como personajes de la ciudad. Esos que aún se acuerdan de esa Toluca famosa por sus calles limpias, su jardín arbolado y sus balcones con sus herrajes que dieron origen a un libro del Arqui Villegas. Esa Toluca que en estas páginas siempre nos recuerda Gerardo Novo quien es nuestra memoria viva de una Toluca que se niega a morir y que queda en la mente de muchos de nosotros. Esos son los que no niegan ni desconocen la historia y si quieren reivindicar para Toluca, la ciudad, algo de lo bueno que siempre tuvo.

Del otro lado están los “modernizadores” quienes sienten que recordar o revalorar el pasado es un paso hacia atrás y que hay que hacer lo posible por ser “modernos” y hacer de la ciudad una de edificios grandes (los que existen actualmente son horribles) y creen que la destrucción de lo construido es la manera de modernizarse, Son los que creyéndose modernos miran a los Estados Unidos como modelo a seguir. Son los que han creído que modernizar es afear o para mejor decirlo “anacar” a la ciudad en donde ya no hay símbolos de identidad, de espacios, salvo los centro comerciales, que nos despierten el sentido de comunidad.

Hay otra tendencia, otro grupo, tal vez el más numeroso al que, en buen español, le vale madres el desarrollo de la ciudad y su rumbo y su destino. Son aquellos para quienes la ciudad es un buen dormitorio, un lugar de trabajo en donde encuentran satisfactores a sus necesidades básicas con la ventaja de estar cerca de la ciudad de México en donde se divierten, comen y tienen sus reuniones.

Entre estas tres visiones Toluca se le está yendo de las manos su presente, su pasado y su futuro. Pronto dejara de ser una comunidad de continuar las cosas así.

Al ver estas visiones que se contraponen unas otras no es posible dejar de pensar en muchas ciudades destruidas por la guerra. Praga se reconstruyo prácticamente toda y recupero así su pasado y hoy es una ciudad moderna, funcional y muy bella que sirve toda como atractivo turístico. Lo mismo sucedió en Paris, en Berlín que se reconstruye desde sus espacios reconstruyendo su memoria.

Toluca tenía la oportunidad de ser bella, moderna y funcional pero el capricho, los intereses de quienes la han gobernado han terminado por hacerla informe, disfuncional, desordenada y hasta fea en muchos de sus espacios.

Sin embargo, no todo está perdido. Si hay soluciones posibles.

Un dialogo entre estas tres visiones hará posible que la Toluca, al menos la ciudad, pueda recuperar su memoria y a la vez imaginar un futuro posible. Un dialogo que debe ser entre ciudadanos y escuchado por quienes tienen la oportunidad de gobernar.

Toluca ya no tiene otro camino.

Aún es tiempo.

Correo electrónico: contextotoluca@gmail.com

Toluca sigue en un debate permanente que no se resuelve.

Por un lado están quienes añoran a la Toluca del pasado, la Toluca recoleta, amable, buena, en la que la gente se saludaba en el portal todos los días, en que los novios y novias se podían pasear después de salir de misa o bien irse a tomar una nieve a la Elite. Esa Toluca en la que los presidentes municipales que salían a la calle a tomar tacos y convivían con la gente o los gobernadores a quienes les gustaban caminar por portal y pasar a saludar al Socio para degustar algunos dulces típicos, pasar con el Señor Robles a tomarse una foto o ir a la Queny para probar una oranchcrosh o un pay coronado de nuez o limón encontrase al señor Naveda o a la María Félix o al maricon de las pepitas como personajes de la ciudad. Esos que aún se acuerdan de esa Toluca famosa por sus calles limpias, su jardín arbolado y sus balcones con sus herrajes que dieron origen a un libro del Arqui Villegas. Esa Toluca que en estas páginas siempre nos recuerda Gerardo Novo quien es nuestra memoria viva de una Toluca que se niega a morir y que queda en la mente de muchos de nosotros. Esos son los que no niegan ni desconocen la historia y si quieren reivindicar para Toluca, la ciudad, algo de lo bueno que siempre tuvo.

Del otro lado están los “modernizadores” quienes sienten que recordar o revalorar el pasado es un paso hacia atrás y que hay que hacer lo posible por ser “modernos” y hacer de la ciudad una de edificios grandes (los que existen actualmente son horribles) y creen que la destrucción de lo construido es la manera de modernizarse, Son los que creyéndose modernos miran a los Estados Unidos como modelo a seguir. Son los que han creído que modernizar es afear o para mejor decirlo “anacar” a la ciudad en donde ya no hay símbolos de identidad, de espacios, salvo los centro comerciales, que nos despierten el sentido de comunidad.

Hay otra tendencia, otro grupo, tal vez el más numeroso al que, en buen español, le vale madres el desarrollo de la ciudad y su rumbo y su destino. Son aquellos para quienes la ciudad es un buen dormitorio, un lugar de trabajo en donde encuentran satisfactores a sus necesidades básicas con la ventaja de estar cerca de la ciudad de México en donde se divierten, comen y tienen sus reuniones.

Entre estas tres visiones Toluca se le está yendo de las manos su presente, su pasado y su futuro. Pronto dejara de ser una comunidad de continuar las cosas así.

Al ver estas visiones que se contraponen unas otras no es posible dejar de pensar en muchas ciudades destruidas por la guerra. Praga se reconstruyo prácticamente toda y recupero así su pasado y hoy es una ciudad moderna, funcional y muy bella que sirve toda como atractivo turístico. Lo mismo sucedió en Paris, en Berlín que se reconstruye desde sus espacios reconstruyendo su memoria.

Toluca tenía la oportunidad de ser bella, moderna y funcional pero el capricho, los intereses de quienes la han gobernado han terminado por hacerla informe, disfuncional, desordenada y hasta fea en muchos de sus espacios.

Sin embargo, no todo está perdido. Si hay soluciones posibles.

Un dialogo entre estas tres visiones hará posible que la Toluca, al menos la ciudad, pueda recuperar su memoria y a la vez imaginar un futuro posible. Un dialogo que debe ser entre ciudadanos y escuchado por quienes tienen la oportunidad de gobernar.

Toluca ya no tiene otro camino.

Aún es tiempo.

Correo electrónico: contextotoluca@gmail.com