/ viernes 19 de julio de 2019

De Análisis y Reflexión / Ni los aplausos, ni las mentadas son de a deveras


“Seremos fuertes en la medida que tengamos una mística y respetemos la militancia. Un hombre que lucha en el partido y de pronto se le arrebata lo que se ha conquistado para entregárselo a un intruso jamás volverá a creer en nosotros; se predica, por cierta, nos hará daño y, lo que es peor, nuestra juventud, la juventud priista, tendrá ante sí una imagen falsa de una realidad perversa que le haría daño.

Sin militancia no hay partido, podremos engañarnos no sé cuánto tiempo, pero un día la realidad nos cobrará duramente nuestra imprevisión. La madurez llega, como conjugación de triunfos y derrotas. No sólo el éxito enseña; una derrota bien aprovechada es una lección cuya enseñanza constructiva perdura siempre”.

Lo anterior es parte del discurso que expresó Carlos A. Madrazo siendo presidente del PRI, el 17 de noviembre de 1965, tuvieron que pasar casi 53 años para que su profecía se cumpliera, el PRI desde hace37 años (cuando Miguel de la Madrid llegó a la presidencia e impuso un régimen neoliberal), dejó de ser “revolucionario” y desde las pasadas elecciones tanto federales, estatales y municipales, dejó de ser “institucional”.

En tal sentido este momento debe ser el adecuado para reflexión, para el diagnóstico y para obtener conclusiones concretas y en un futuro volver a tener un partido que verdaderamente sepa ganar la aceptación popular y obtener el bien más valioso en el poder político:Legitimidad.

Los errores fueron cuantiosos, durante los últimos cuatro sexenios priistas en el gobierno federal los del neoliberalismo y en estos años en el gobierno fuimos extraordinariamente exitosos, para dilapidar el enorme capital político con que contaba el PRI, enseguida y por tanto en mi carácter de militante y cuadro convencido del Partido Revolucionario Institucional expongo algunos puntos principales que a mi juicio causaron la derrota:

• La falta de ideología partidista de muchos candidatos del PRI; varios de ellos sólo arribaron al poder por el poder mismo, y no para servir a la comunidad.

• Los errores económicos de los últimos años es quizá una de las mayores ofensas hacia la población, pues momento a momento veía cómo disminuía su poder adquisitivo del salario.

• La falsedad en los procesos internos para seleccionar candidatos; procesos viciados, amañados, nadie creería en su resultado.

•Los trabajadores “asalariados” del PRI y su total ausencia de convicción ideológica partidista, varias estructuras del partido lo tenían como fuente principal de ingreso.

• Autoritarismo de los servidores públicos, muchos personajes del gobierno en mandos superiores maltrataron a sus subordinados con excesivas jornadas de trabajo, sin días de descanso y con salarios “mínimos”, en comparación, con los de sus jefes.

• Un marcado divisionismo entre los diferentes grupos al interior del PRI,“la unidad” sólo se usó para el slogan publicitario, pues los diferentes grupos al interior del PRI a través de insidias, golpes bajos, descalificaciones, teniendo una total ausencia de solidaridad partidista, fueron acabando con la auténtica unidad partidista.

• Estas son algunas de las razones por la que el PRI ha perdido en estos dos últimos años, finalmente todos fuimos culpables, unos por acción y otros por omisión, los gobernantes, los dirigentes, los candidatos y los militantes.

Nota. Por periodo vacacional me permito comunicar a los lectores de este“De Análisis y Reflexión”, que esta columna volverá a aparecerla primera semana del mes de agosto.


“Seremos fuertes en la medida que tengamos una mística y respetemos la militancia. Un hombre que lucha en el partido y de pronto se le arrebata lo que se ha conquistado para entregárselo a un intruso jamás volverá a creer en nosotros; se predica, por cierta, nos hará daño y, lo que es peor, nuestra juventud, la juventud priista, tendrá ante sí una imagen falsa de una realidad perversa que le haría daño.

Sin militancia no hay partido, podremos engañarnos no sé cuánto tiempo, pero un día la realidad nos cobrará duramente nuestra imprevisión. La madurez llega, como conjugación de triunfos y derrotas. No sólo el éxito enseña; una derrota bien aprovechada es una lección cuya enseñanza constructiva perdura siempre”.

Lo anterior es parte del discurso que expresó Carlos A. Madrazo siendo presidente del PRI, el 17 de noviembre de 1965, tuvieron que pasar casi 53 años para que su profecía se cumpliera, el PRI desde hace37 años (cuando Miguel de la Madrid llegó a la presidencia e impuso un régimen neoliberal), dejó de ser “revolucionario” y desde las pasadas elecciones tanto federales, estatales y municipales, dejó de ser “institucional”.

En tal sentido este momento debe ser el adecuado para reflexión, para el diagnóstico y para obtener conclusiones concretas y en un futuro volver a tener un partido que verdaderamente sepa ganar la aceptación popular y obtener el bien más valioso en el poder político:Legitimidad.

Los errores fueron cuantiosos, durante los últimos cuatro sexenios priistas en el gobierno federal los del neoliberalismo y en estos años en el gobierno fuimos extraordinariamente exitosos, para dilapidar el enorme capital político con que contaba el PRI, enseguida y por tanto en mi carácter de militante y cuadro convencido del Partido Revolucionario Institucional expongo algunos puntos principales que a mi juicio causaron la derrota:

• La falta de ideología partidista de muchos candidatos del PRI; varios de ellos sólo arribaron al poder por el poder mismo, y no para servir a la comunidad.

• Los errores económicos de los últimos años es quizá una de las mayores ofensas hacia la población, pues momento a momento veía cómo disminuía su poder adquisitivo del salario.

• La falsedad en los procesos internos para seleccionar candidatos; procesos viciados, amañados, nadie creería en su resultado.

•Los trabajadores “asalariados” del PRI y su total ausencia de convicción ideológica partidista, varias estructuras del partido lo tenían como fuente principal de ingreso.

• Autoritarismo de los servidores públicos, muchos personajes del gobierno en mandos superiores maltrataron a sus subordinados con excesivas jornadas de trabajo, sin días de descanso y con salarios “mínimos”, en comparación, con los de sus jefes.

• Un marcado divisionismo entre los diferentes grupos al interior del PRI,“la unidad” sólo se usó para el slogan publicitario, pues los diferentes grupos al interior del PRI a través de insidias, golpes bajos, descalificaciones, teniendo una total ausencia de solidaridad partidista, fueron acabando con la auténtica unidad partidista.

• Estas son algunas de las razones por la que el PRI ha perdido en estos dos últimos años, finalmente todos fuimos culpables, unos por acción y otros por omisión, los gobernantes, los dirigentes, los candidatos y los militantes.

Nota. Por periodo vacacional me permito comunicar a los lectores de este“De Análisis y Reflexión”, que esta columna volverá a aparecerla primera semana del mes de agosto.