/ viernes 22 de mayo de 2020

De análisis y reflexiones | Las fuerzas armadas a las calles

Apenas el pasado lunes 11 de mayo, el Presidente de la República López Obrador emitió un decreto mediante el cual ordena a las Fuerzas Armadas llevar a cabo tareas de seguridad pública; de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria a la guardia civil; el decreto apareció en el “Diario Oficial de la Federación” expresando que: estará en vigor durante un periodo de 5 años teniendo fecha de vigencia hasta el 27 de marzo de 2024.

El decreto en mención establece que el Ejército y la Marina realizarán las siguientes funciones:

· Prevenir la comisión de delitos y las faltas administrativas que determine la ley; Salvaguardad la integridad de las personas y de su patrimonio; Garantizar, mantener y restablecer el orden y la paz social, así como prevenir delitos en las zonas fronterizas Centros de supervisión y control migratorio; Parques nacionales e instalación hidráulicas; espacios urbanos considerados como zonas federales, así como los inmuebles, instalaciones y servicios de las dependencias y entidades de la federación; Todos aquellos lugares zonas o espacios del territorio nacional sujetos a la jurisdicción federal y en todas las zonas turísticas.

Con este decreto tácitamente el Presidente de la República, está militarizando el país y aunque esto no es nada nuevo pues desde el año 2006, en el inicio del gobierno de Felipe Calderón se determinó que los elementos del Ejército realizaran acciones en el combate en contra de la delincuencia organizada; la administración de Enrique Peña Nieto siguió con el mismo procedimiento en una iniciativa de ley de seguridad interior donde se avalaba la presencia militar en tareas de seguridad.

Lo cual significa que tenemos ya casi 15 años, de un modelo militar que pretende garantizar la seguridad pública que ha “fracasado”, pues las Fuerzas Armadas en México y en el mundo fueron conformadas para la defensa de la soberanía de un país, es decir para la guerra y no para hacer funciones de policía pues esa función de garantizar la paz, la tranquilidad, la armonía social; para ello está la Policía Federal, la Estatal y la Policía Preventiva Municipal, para realizar las tareas de seguridad pública.

El actual Presidente de la República “no tiene palabra”, pues desde su campaña política había ofrecido a la sociedad mexicana que el Ejercito tendría que regresar a sus cuarteles; ¡Ya! AMLO había creado la Guardia Nacional, sin embargo ante el fracaso también de esta corporación se da a la tarea de emitir el decreto ante las cifras escalofriantes de la inseguridad, de homicidios dolosos y los asesinatos dolosos de parte de la delincuencia organizada en contra de la sociedad mexicana.

Y ante el fracaso de la Guardia Nacional, López Obrador recurre al Ejército con el objeto de militarizar al país, cuando la Constitución Mexicana dispone en su artículo 129: “En tiempo de PAZ ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar. Solamente habrá Comandancias Militares fijas y permanentes en los castillos, fortalezas y almacenes que dependan inmediatamente del Gobierno de la Unión o en los campamentos cuarteles o depósitos que fuera, de las poblaciones estableciere para la estación de tropas”.

Militarizar al país significa, dar carácter de organización militar a una colectividad; someter a la disciplina militar a la sociedad para tratar de dar la lucha contra la inseguridad, este último decreto es muy lamentable pues sin lugar a dudas los militares, ahora con estas funciones actuaran de manera arbitraria en contra de la propia sociedad exhibiendo el fracaso de la política del “Peje”.

Apenas el pasado lunes 11 de mayo, el Presidente de la República López Obrador emitió un decreto mediante el cual ordena a las Fuerzas Armadas llevar a cabo tareas de seguridad pública; de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria a la guardia civil; el decreto apareció en el “Diario Oficial de la Federación” expresando que: estará en vigor durante un periodo de 5 años teniendo fecha de vigencia hasta el 27 de marzo de 2024.

El decreto en mención establece que el Ejército y la Marina realizarán las siguientes funciones:

· Prevenir la comisión de delitos y las faltas administrativas que determine la ley; Salvaguardad la integridad de las personas y de su patrimonio; Garantizar, mantener y restablecer el orden y la paz social, así como prevenir delitos en las zonas fronterizas Centros de supervisión y control migratorio; Parques nacionales e instalación hidráulicas; espacios urbanos considerados como zonas federales, así como los inmuebles, instalaciones y servicios de las dependencias y entidades de la federación; Todos aquellos lugares zonas o espacios del territorio nacional sujetos a la jurisdicción federal y en todas las zonas turísticas.

Con este decreto tácitamente el Presidente de la República, está militarizando el país y aunque esto no es nada nuevo pues desde el año 2006, en el inicio del gobierno de Felipe Calderón se determinó que los elementos del Ejército realizaran acciones en el combate en contra de la delincuencia organizada; la administración de Enrique Peña Nieto siguió con el mismo procedimiento en una iniciativa de ley de seguridad interior donde se avalaba la presencia militar en tareas de seguridad.

Lo cual significa que tenemos ya casi 15 años, de un modelo militar que pretende garantizar la seguridad pública que ha “fracasado”, pues las Fuerzas Armadas en México y en el mundo fueron conformadas para la defensa de la soberanía de un país, es decir para la guerra y no para hacer funciones de policía pues esa función de garantizar la paz, la tranquilidad, la armonía social; para ello está la Policía Federal, la Estatal y la Policía Preventiva Municipal, para realizar las tareas de seguridad pública.

El actual Presidente de la República “no tiene palabra”, pues desde su campaña política había ofrecido a la sociedad mexicana que el Ejercito tendría que regresar a sus cuarteles; ¡Ya! AMLO había creado la Guardia Nacional, sin embargo ante el fracaso también de esta corporación se da a la tarea de emitir el decreto ante las cifras escalofriantes de la inseguridad, de homicidios dolosos y los asesinatos dolosos de parte de la delincuencia organizada en contra de la sociedad mexicana.

Y ante el fracaso de la Guardia Nacional, López Obrador recurre al Ejército con el objeto de militarizar al país, cuando la Constitución Mexicana dispone en su artículo 129: “En tiempo de PAZ ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar. Solamente habrá Comandancias Militares fijas y permanentes en los castillos, fortalezas y almacenes que dependan inmediatamente del Gobierno de la Unión o en los campamentos cuarteles o depósitos que fuera, de las poblaciones estableciere para la estación de tropas”.

Militarizar al país significa, dar carácter de organización militar a una colectividad; someter a la disciplina militar a la sociedad para tratar de dar la lucha contra la inseguridad, este último decreto es muy lamentable pues sin lugar a dudas los militares, ahora con estas funciones actuaran de manera arbitraria en contra de la propia sociedad exhibiendo el fracaso de la política del “Peje”.