/ sábado 28 de enero de 2023

Desafíos de la protección de los datos personales ante la inteligencia artificial

En 2018 fue presentado el Reporte, “Hacia una Estrategia de Inteligencia Artificial (IA) en México”, en donde se detalla que ocupamos el lugar 22 de entre 35 naciones en el índice de preparación para la inteligencia artificial, no obstante; México tiene un gran desafío, ya que los cambios en las necesidades de negocio e información causados por la pandemia global han acelerado los requerimientos de soluciones basadas en esta tecnología. Más del 57% de las empresas mexicanas están explorando la adopción de IA y se ha aumentado la automatización de procesos en un 26%.

Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en América Latina y el Caribe (ALC) las personas consideran que los beneficios de las cuestiones éticas de la IA se ven reflejadas en la privacidad y seguridad de los datos personales con un 56%; la confiabilidad y seguridad del sistema, 37%, así como la transparencia, con 33%2, tal es el caso del propio Instituto de Transparencia y Protección de Datos del Estado de México (Infoem) que ha impulsado el uso de Chatbots a través del asistente virtual Quío, para brindar una mejor atención a los usuarios de su página web.

Es así que, en el marco del Día Internacional de Protección de Datos Personales, es fundamental ver a este derecho desde una óptica renovada y audaz, sin imaginaciones futuristas; más bien aterrizado a nuestro día a día, en el que por ejemplo, vemos cómo se viraliza de forma instantánea una App como “Lensa”, que permite realizar retoques a tus imágenes de una manera muy distinta a lo habitual por medio de la IA, generando entretenimiento y cierta adicción en lo que vemos, sin embargo el fondo de ello, es que el uso de datos biométricos se ve comprometido de forma importante, máxime, cuando actualmente muchas plataformas de comercio electrónico tienen como medio de autenticación el reconocimiento facial.

Otro de los desafíos más relevantes, es entender al derecho a la protección de datos personales, en verdadera interdependencia con otros derechos, y no sólo como un límite al derecho de acceso a la información, ya que como derecho autónomo está llamado a proteger a la persona frente a los desafíos de los progresos científicos en ambos sectores, particularmente en el privado, donde no solo hay que estar listos para el uso de la IA, sino para otros avances de la ciencia moderna como la computación cuántica o aplicaciones como el metaverso.

Para hacer frente a ello, es importante actualizar la normativa en México, particularmente para los tratamientos de datos en posesión de particulares en diversos aspectos y en mi punto de vista, pugnar porque las autoridades garantes encargadas de velar por el derecho de protección de datos personales, sean independientes y especializadas, para que se puedan enfocar en la tutela efectiva de la privacidad.

¿Por qué? Precisamente ante la creciente demanda del uso de IA se requiere fortalecimiento de los esquemas de ciberseguridad, de derechos digitales y profundizar sobre los límites de los neuroderechos entre otros aspectos que una autoridad especializada debe cuidar; es así que por ejemplo en noviembre de 2021, los 193 Estados miembros de la Conferencia General de la UNESCO adoptaron la Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial, el primer instrumento normativo que abonará en el respeto por el Estado de Derecho en el mundo digital.

Al respecto en México, desde el seno del Sistema Nacional de Transparencia, estamos impulsando la Carta de Derechos de la Persona Digital, escuchando a la ciudadanía para que tengamos un catálogo que se logre incluir en la ley de datos, pero sobretodo, generar educación digital para prevenir, capacitar y orientar en esta nueva forma de interactuar con los datos personales, en el mundo virtual.

En 2018 fue presentado el Reporte, “Hacia una Estrategia de Inteligencia Artificial (IA) en México”, en donde se detalla que ocupamos el lugar 22 de entre 35 naciones en el índice de preparación para la inteligencia artificial, no obstante; México tiene un gran desafío, ya que los cambios en las necesidades de negocio e información causados por la pandemia global han acelerado los requerimientos de soluciones basadas en esta tecnología. Más del 57% de las empresas mexicanas están explorando la adopción de IA y se ha aumentado la automatización de procesos en un 26%.

Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en América Latina y el Caribe (ALC) las personas consideran que los beneficios de las cuestiones éticas de la IA se ven reflejadas en la privacidad y seguridad de los datos personales con un 56%; la confiabilidad y seguridad del sistema, 37%, así como la transparencia, con 33%2, tal es el caso del propio Instituto de Transparencia y Protección de Datos del Estado de México (Infoem) que ha impulsado el uso de Chatbots a través del asistente virtual Quío, para brindar una mejor atención a los usuarios de su página web.

Es así que, en el marco del Día Internacional de Protección de Datos Personales, es fundamental ver a este derecho desde una óptica renovada y audaz, sin imaginaciones futuristas; más bien aterrizado a nuestro día a día, en el que por ejemplo, vemos cómo se viraliza de forma instantánea una App como “Lensa”, que permite realizar retoques a tus imágenes de una manera muy distinta a lo habitual por medio de la IA, generando entretenimiento y cierta adicción en lo que vemos, sin embargo el fondo de ello, es que el uso de datos biométricos se ve comprometido de forma importante, máxime, cuando actualmente muchas plataformas de comercio electrónico tienen como medio de autenticación el reconocimiento facial.

Otro de los desafíos más relevantes, es entender al derecho a la protección de datos personales, en verdadera interdependencia con otros derechos, y no sólo como un límite al derecho de acceso a la información, ya que como derecho autónomo está llamado a proteger a la persona frente a los desafíos de los progresos científicos en ambos sectores, particularmente en el privado, donde no solo hay que estar listos para el uso de la IA, sino para otros avances de la ciencia moderna como la computación cuántica o aplicaciones como el metaverso.

Para hacer frente a ello, es importante actualizar la normativa en México, particularmente para los tratamientos de datos en posesión de particulares en diversos aspectos y en mi punto de vista, pugnar porque las autoridades garantes encargadas de velar por el derecho de protección de datos personales, sean independientes y especializadas, para que se puedan enfocar en la tutela efectiva de la privacidad.

¿Por qué? Precisamente ante la creciente demanda del uso de IA se requiere fortalecimiento de los esquemas de ciberseguridad, de derechos digitales y profundizar sobre los límites de los neuroderechos entre otros aspectos que una autoridad especializada debe cuidar; es así que por ejemplo en noviembre de 2021, los 193 Estados miembros de la Conferencia General de la UNESCO adoptaron la Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial, el primer instrumento normativo que abonará en el respeto por el Estado de Derecho en el mundo digital.

Al respecto en México, desde el seno del Sistema Nacional de Transparencia, estamos impulsando la Carta de Derechos de la Persona Digital, escuchando a la ciudadanía para que tengamos un catálogo que se logre incluir en la ley de datos, pero sobretodo, generar educación digital para prevenir, capacitar y orientar en esta nueva forma de interactuar con los datos personales, en el mundo virtual.