/ martes 21 de julio de 2020

Economía tras bambalinas | T-MEC: oportunidad para las pymes mexiquenses

El pasado primero de julio entró en vigor el tratado entre México, Estados Unidos y Canadá o T-MEC, que marca un nuevo capítulo en la relación comercial de México en la región de América del Norte. Se trata de una gran oportunidad para nuestro país, de mantener su integración con el mercado más competitivo y fuerte del mundo.

Mucho se ha referido con respecto a las ventajas que ofrece este nuevo tratado, por lo que no pretendo hacer un análisis sobre ello, cuando hay una amplia documentación en ese sentido. De hecho, en el propósito de hablar de estas ventajas y beneficios, el pasado viernes 26 de junio, se llevó a cabo un webinar con la subsecretaria de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía, Luz María de la Mora Sánchez, precisamente para abordar los puntos más relevantes del T-MEC y socializarlos entre el sector productivo mexiquense. Un ejercicio por demás interesante, organizado conjuntamente por la Secretaría de Economía y la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Económico (AMSDE), que se realiza en cada una de las 32 entidades federativas (https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=720920325340105&id=224177694273098)

Claramente la apertura comercial de México ha sido de gran impulso para nuestro país y, particularmente, para el Estado de México, permitiéndole incorporarse con mayor solidez, en cadenas de valor globales como lo es la fabricación de equipo de transporte.

Al respecto mencionar, por ejemplo, que en 2007, las exportaciones de equipo de transporte representaban el 45.6% del valor total de las exportaciones mexiquenses; en tanto que para 2019 alcanzaron una participación del 66.4%.

Por ello, con la entrada en vigor del T-MEC, vemos con optimismo una gran oportunidad para que el sector productivo mexiquense se involucre en mayor grado en las cadenas de suministro nacionales e internacionales, así como incrementar su participación en las exportaciones hacia EE.UU. y Canadá.

Pero de manera muy especial observamos un horizonte de grandes posibilidades para las pymes mexiquenses. Dado que el T-MEC incluye un capítulo específico sobre las pequeñas y medianas empresas, a través del cual se busca promover la cooperación para facilitar el desarrollo de este segmento empresarial, incrementar su participación en los flujos de comercio e inversión regionales; así como incentivar su incorporación a las Cadenas de Valor Globales.

Este es un elemento muy importante dentro de este nuevo acuerdo comercial, dado que, con base en información de la encuesta nacional sobre productividad y competitividad de las micro, pequeñas y medianas empresas, ENAPROCE 2018, solo un 4.6% de las pequeñas y medianas empresas en el país, participa de cadenas globales de valor.

Para el Estado de México, este panorama toma una especial dimensión, al tratarse de la entidad con el mayor número de unidades económicas, particularmente con más de 28 mil 200 pymes, que brindan empleo a cerca de 444 mil mexiquenses.

El gran reto será el de lograr que dichas oportunidades que se abren con el T-MEC, sean materializables y alcanzables para un mayor número de pequeñas y medianas empresas en el estado.

Es un esfuerzo que requiere articular a los distintos aliados del entorno productivo en la entidad, en el propósito de que un mayor número de empresas se preparen para participar de estas ventajas, no sólo con el fortalecimiento de sus capacidades empresariales, también con la modernización de sus procesos, la adopción de mejores prácticas internacionales y estándares de operación, vinculación de negocios, así como con el acceso a financiamiento adecuado que les permita ampliar sus posibilidades de éxito, en este proceso de integración comercial.

Sin duda, será una tarea de largo plazo, pero la mesa está puesta, para que el Estado de México, y las empresas mexiquenses, puedan sacar el mejor provecho de esta nueva oportunidad, no solo con miras a fortalecer nuestra participación en el comercio internacional; sino también, y hoy más que nunca, para conseguir que dichos beneficios lleguen a un mayor número de empresas y personas, fortaleciendo la economía local y el bienestar de más mexiquenses.



El pasado primero de julio entró en vigor el tratado entre México, Estados Unidos y Canadá o T-MEC, que marca un nuevo capítulo en la relación comercial de México en la región de América del Norte. Se trata de una gran oportunidad para nuestro país, de mantener su integración con el mercado más competitivo y fuerte del mundo.

Mucho se ha referido con respecto a las ventajas que ofrece este nuevo tratado, por lo que no pretendo hacer un análisis sobre ello, cuando hay una amplia documentación en ese sentido. De hecho, en el propósito de hablar de estas ventajas y beneficios, el pasado viernes 26 de junio, se llevó a cabo un webinar con la subsecretaria de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía, Luz María de la Mora Sánchez, precisamente para abordar los puntos más relevantes del T-MEC y socializarlos entre el sector productivo mexiquense. Un ejercicio por demás interesante, organizado conjuntamente por la Secretaría de Economía y la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Económico (AMSDE), que se realiza en cada una de las 32 entidades federativas (https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=720920325340105&id=224177694273098)

Claramente la apertura comercial de México ha sido de gran impulso para nuestro país y, particularmente, para el Estado de México, permitiéndole incorporarse con mayor solidez, en cadenas de valor globales como lo es la fabricación de equipo de transporte.

Al respecto mencionar, por ejemplo, que en 2007, las exportaciones de equipo de transporte representaban el 45.6% del valor total de las exportaciones mexiquenses; en tanto que para 2019 alcanzaron una participación del 66.4%.

Por ello, con la entrada en vigor del T-MEC, vemos con optimismo una gran oportunidad para que el sector productivo mexiquense se involucre en mayor grado en las cadenas de suministro nacionales e internacionales, así como incrementar su participación en las exportaciones hacia EE.UU. y Canadá.

Pero de manera muy especial observamos un horizonte de grandes posibilidades para las pymes mexiquenses. Dado que el T-MEC incluye un capítulo específico sobre las pequeñas y medianas empresas, a través del cual se busca promover la cooperación para facilitar el desarrollo de este segmento empresarial, incrementar su participación en los flujos de comercio e inversión regionales; así como incentivar su incorporación a las Cadenas de Valor Globales.

Este es un elemento muy importante dentro de este nuevo acuerdo comercial, dado que, con base en información de la encuesta nacional sobre productividad y competitividad de las micro, pequeñas y medianas empresas, ENAPROCE 2018, solo un 4.6% de las pequeñas y medianas empresas en el país, participa de cadenas globales de valor.

Para el Estado de México, este panorama toma una especial dimensión, al tratarse de la entidad con el mayor número de unidades económicas, particularmente con más de 28 mil 200 pymes, que brindan empleo a cerca de 444 mil mexiquenses.

El gran reto será el de lograr que dichas oportunidades que se abren con el T-MEC, sean materializables y alcanzables para un mayor número de pequeñas y medianas empresas en el estado.

Es un esfuerzo que requiere articular a los distintos aliados del entorno productivo en la entidad, en el propósito de que un mayor número de empresas se preparen para participar de estas ventajas, no sólo con el fortalecimiento de sus capacidades empresariales, también con la modernización de sus procesos, la adopción de mejores prácticas internacionales y estándares de operación, vinculación de negocios, así como con el acceso a financiamiento adecuado que les permita ampliar sus posibilidades de éxito, en este proceso de integración comercial.

Sin duda, será una tarea de largo plazo, pero la mesa está puesta, para que el Estado de México, y las empresas mexiquenses, puedan sacar el mejor provecho de esta nueva oportunidad, no solo con miras a fortalecer nuestra participación en el comercio internacional; sino también, y hoy más que nunca, para conseguir que dichos beneficios lleguen a un mayor número de empresas y personas, fortaleciendo la economía local y el bienestar de más mexiquenses.



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