/ domingo 9 de julio de 2023

El derecho a la salud

Todo valor comienza con la vida. El derecho a la protección de la salud, es un derecho social y universal, independiente de la situación de vulnerabilidad de sus destinatarios, ya que, además, es un elemento esencial para que el Estado pueda sentar las bases, para abolir la desigualdad existente, entre los miembros de una sociedad.

Recuerdo que algún día existió, hace años, una reforma a la Ley General de Salud, que tenía como propósito, reestructurar en algunos rubros, el sistema del antiguo, añejo y seguro, el Seguro Popular, para que este mismo ofreciera un acceso igualitario, al cuidado de la salud de todos los mexicanos, y de esta forma, poder universalizar la cobertura en Salud en nuestro país. No en Dinamarca. Aquí en mi meritito México. Ese que ya desapareció…

Es trascendente señalar, el establecimiento de una serie de elementos, que permitían consolidar a la Secretaría de Salud, como instancia rectora y articuladora del Sistema de Protección Social en Salud. Hacían efectivos los beneficios que debe otorgar la Ley, a los beneficiarios del Sistema, y mejorar la transparencia, supervisión, control y fiscalización del manejo de los recursos del Sistema.

De todas las reformas, decretos, iniciativas que se han logrado desde el 1 de diciembre de 2012, ésta era la más importante. Así lo referían los 55.5 millones de personas que alaguna vez estuvieron afiliadas al Seguro Popular. Yo lo conocí de cerca, y era un extraordinario logro desde su fundación. ¿Que qué le pasó? Se convirtió en INSABI. ¿Que qué le pasó? Se esfumó de sopetón, cuando un día el señor presidente estaba en Yucatán y le inventaron muchas enfermedades. Pantalla de humo. No pasó más que se desapareció. Hoy debe estar, entre las faldas del IMSS, viendo por dónde se puede meter. Pobre IMSS, ¡que no puede ni con su alma!

Hoy escribo esto porque en verdad es terrible que los gobiernos de los estados desvíen recursos públicos para la compra de los medicamentos, que deben de llegar al pueblo mexicano. Me entero con tristeza, que son los propios encargados de las farmacias de los centros médicos, junto con una serie de patéticos aliados rateros, y sus cómplices policías, quienes sacan las medicinas que deberían tener los muchos derecho-habientes, que, por trabajar toda su vida, están incorporados a algún sistema de salud.

Esto lo convierten en un crimen, que lesiona y lastima a la humanidad. Delitos de lesa humanidad, contemplados en el Estatuto de Roma, porque es atentar contra la salud de los habitantes. La ausencia de medicamentos se refiere a carencia de medicamentos no requeridos o caducados. Con esto y más, día a día es lo que la población más marginada de México se encontró.

No podría en este breve espacio publicar una ficha técnica de la Reforma al Título Tercero bis, de la Ley General de Salud, cuyo título es la Protección Social en Salud. Solo le puedo informar que cuando se hizo, se previó que nunca más ningunos recursos, se mezclarían con los de otros programas federales. Que la rendición de cuentas en ese orden de ideas era inenarrable.

Entonces, qué tragedia tan singular, es el hecho de que los mismos empleados, en este momento de vida, se estén robando las medicinas que escasamente llegan a los pobres, miserables, muertos de hambre de quienes, además se enferman.

Es como para meterlos a la cárcel y que allí paguen lo miserables que son.

gildamh@hotmail.com


Todo valor comienza con la vida. El derecho a la protección de la salud, es un derecho social y universal, independiente de la situación de vulnerabilidad de sus destinatarios, ya que, además, es un elemento esencial para que el Estado pueda sentar las bases, para abolir la desigualdad existente, entre los miembros de una sociedad.

Recuerdo que algún día existió, hace años, una reforma a la Ley General de Salud, que tenía como propósito, reestructurar en algunos rubros, el sistema del antiguo, añejo y seguro, el Seguro Popular, para que este mismo ofreciera un acceso igualitario, al cuidado de la salud de todos los mexicanos, y de esta forma, poder universalizar la cobertura en Salud en nuestro país. No en Dinamarca. Aquí en mi meritito México. Ese que ya desapareció…

Es trascendente señalar, el establecimiento de una serie de elementos, que permitían consolidar a la Secretaría de Salud, como instancia rectora y articuladora del Sistema de Protección Social en Salud. Hacían efectivos los beneficios que debe otorgar la Ley, a los beneficiarios del Sistema, y mejorar la transparencia, supervisión, control y fiscalización del manejo de los recursos del Sistema.

De todas las reformas, decretos, iniciativas que se han logrado desde el 1 de diciembre de 2012, ésta era la más importante. Así lo referían los 55.5 millones de personas que alaguna vez estuvieron afiliadas al Seguro Popular. Yo lo conocí de cerca, y era un extraordinario logro desde su fundación. ¿Que qué le pasó? Se convirtió en INSABI. ¿Que qué le pasó? Se esfumó de sopetón, cuando un día el señor presidente estaba en Yucatán y le inventaron muchas enfermedades. Pantalla de humo. No pasó más que se desapareció. Hoy debe estar, entre las faldas del IMSS, viendo por dónde se puede meter. Pobre IMSS, ¡que no puede ni con su alma!

Hoy escribo esto porque en verdad es terrible que los gobiernos de los estados desvíen recursos públicos para la compra de los medicamentos, que deben de llegar al pueblo mexicano. Me entero con tristeza, que son los propios encargados de las farmacias de los centros médicos, junto con una serie de patéticos aliados rateros, y sus cómplices policías, quienes sacan las medicinas que deberían tener los muchos derecho-habientes, que, por trabajar toda su vida, están incorporados a algún sistema de salud.

Esto lo convierten en un crimen, que lesiona y lastima a la humanidad. Delitos de lesa humanidad, contemplados en el Estatuto de Roma, porque es atentar contra la salud de los habitantes. La ausencia de medicamentos se refiere a carencia de medicamentos no requeridos o caducados. Con esto y más, día a día es lo que la población más marginada de México se encontró.

No podría en este breve espacio publicar una ficha técnica de la Reforma al Título Tercero bis, de la Ley General de Salud, cuyo título es la Protección Social en Salud. Solo le puedo informar que cuando se hizo, se previó que nunca más ningunos recursos, se mezclarían con los de otros programas federales. Que la rendición de cuentas en ese orden de ideas era inenarrable.

Entonces, qué tragedia tan singular, es el hecho de que los mismos empleados, en este momento de vida, se estén robando las medicinas que escasamente llegan a los pobres, miserables, muertos de hambre de quienes, además se enferman.

Es como para meterlos a la cárcel y que allí paguen lo miserables que son.

gildamh@hotmail.com