/ domingo 14 de febrero de 2021

El Tintero de las Musas | Con singular alegría

Fui de sopetón y sin previo aviso a un lugar que con el tiempo se volvería muy importante. Era como mágico estar allí. Era una nueva escuela que se estaba inaugurando. Estaba enfrente de mí el gobernador de ese tiempo, César Camacho y por pura serendipia, me pusieron ante él. Yo vivía en México, y como por arte de magia, él, que había sido mi compañero en el CREA, me invitó a que hiciera dos libros. Se llamaron “Orgullosamente Mexiquense”. Por este evento regresé a mi Estado y Metepec, siguió siendo mi lugar preferido para vivir.

Hoy estoy sentada de nuevo en el mismo lugar. Hoy es un lugar de excelencia, que tiene un cuarto de siglo de haberse formado. Lo hicieron dos mujeres a las que tenemos que observar con detenimiento: Elenita y Chelo Lino. Hablo del centro educativo “Aristos”, que ha sido este tiempo, un estandarte de la educación, y de victoria para los miles de alumnos que han pasado por allí.

Cuando Elenita Lino me sentenció que yo iba a ser quien presentara no solo un libro, sino cuatro libros de matemáticas: se me acabó el sueño, por lo menos una semana. ¿Yo libros de matemáticas, con además un nuevo método, que iba a ser infinito y que tenía que entender…? pues estaba verdaderamente en ruso. Recordé mis añejas clases de matemáticas y lo difíciles que eran. Y el pavor que les tenía. ¡¡¡Yo que aún cuento con los dedos!!! Y no siempre me salen las cuentas…

Tenía ya su libro anterior: era de Geometría (que es considerada como el sistema de lógica más perfecto que se conoce, porque se pueden obtener muchas verdades a partir de otras, mediante la deducción) y de Trigonometría.

Estaba enfrente de una mujer muy inteligente, muy dulce (que no es antagónico), gran líder, a la que conocía por años, y que había vuelto a encontrar dentro del Colectivo 50+1, lugar de excelencia para reunir y reconocer a mujeres muy valiosas de este país.

Elenita, la pequeña de la familia Lino Velázquez, rompió paradigmas como mujer, como profesora y como matemática, y se hizo famosa por el cálculo mental que enseñaba: eran operaciones tan complejas y rápidas, que los alumnos tenían que desarrollar una gran habilidad para lograrlas. Explicaban y entendían los teoremas matemáticos complejos, desde niños muy pequeños hasta los mayores: como, por ejemplo, el teorema de Pitágoras.

Elenita se acurrucó en las matemáticas, en su marido Jorge y en el amor a sus semejantes. Luego, logró tener una familia de excelencia. Se acurrucó en el saber y en la perfección que le da el entendimiento, de cuadrar bien los círculos. Tuvo la inteligencia desmedida para atraer la cinta de Moebius: hacia lo infinito, y para recordar: que lo que te aplica a la mente, te llena el espíritu.

Generaciones posteriores valorarán y pondrán en práctica lo que se derrame de estos libros, en la cimentación no solo de edificaciones arquitectónicas, sino también en la formación de las construcciones más importantes: que son los seres humanos. Lo que aporta la maestra Lino, que nace en este momento de “Método: 6 x 9 infinito”, será utilizado en la construcción de sus vidas. La trascendencia del conocimiento va más allá de la ciencia, porque alimenta almas.

gildamh@hotmail.com

Fui de sopetón y sin previo aviso a un lugar que con el tiempo se volvería muy importante. Era como mágico estar allí. Era una nueva escuela que se estaba inaugurando. Estaba enfrente de mí el gobernador de ese tiempo, César Camacho y por pura serendipia, me pusieron ante él. Yo vivía en México, y como por arte de magia, él, que había sido mi compañero en el CREA, me invitó a que hiciera dos libros. Se llamaron “Orgullosamente Mexiquense”. Por este evento regresé a mi Estado y Metepec, siguió siendo mi lugar preferido para vivir.

Hoy estoy sentada de nuevo en el mismo lugar. Hoy es un lugar de excelencia, que tiene un cuarto de siglo de haberse formado. Lo hicieron dos mujeres a las que tenemos que observar con detenimiento: Elenita y Chelo Lino. Hablo del centro educativo “Aristos”, que ha sido este tiempo, un estandarte de la educación, y de victoria para los miles de alumnos que han pasado por allí.

Cuando Elenita Lino me sentenció que yo iba a ser quien presentara no solo un libro, sino cuatro libros de matemáticas: se me acabó el sueño, por lo menos una semana. ¿Yo libros de matemáticas, con además un nuevo método, que iba a ser infinito y que tenía que entender…? pues estaba verdaderamente en ruso. Recordé mis añejas clases de matemáticas y lo difíciles que eran. Y el pavor que les tenía. ¡¡¡Yo que aún cuento con los dedos!!! Y no siempre me salen las cuentas…

Tenía ya su libro anterior: era de Geometría (que es considerada como el sistema de lógica más perfecto que se conoce, porque se pueden obtener muchas verdades a partir de otras, mediante la deducción) y de Trigonometría.

Estaba enfrente de una mujer muy inteligente, muy dulce (que no es antagónico), gran líder, a la que conocía por años, y que había vuelto a encontrar dentro del Colectivo 50+1, lugar de excelencia para reunir y reconocer a mujeres muy valiosas de este país.

Elenita, la pequeña de la familia Lino Velázquez, rompió paradigmas como mujer, como profesora y como matemática, y se hizo famosa por el cálculo mental que enseñaba: eran operaciones tan complejas y rápidas, que los alumnos tenían que desarrollar una gran habilidad para lograrlas. Explicaban y entendían los teoremas matemáticos complejos, desde niños muy pequeños hasta los mayores: como, por ejemplo, el teorema de Pitágoras.

Elenita se acurrucó en las matemáticas, en su marido Jorge y en el amor a sus semejantes. Luego, logró tener una familia de excelencia. Se acurrucó en el saber y en la perfección que le da el entendimiento, de cuadrar bien los círculos. Tuvo la inteligencia desmedida para atraer la cinta de Moebius: hacia lo infinito, y para recordar: que lo que te aplica a la mente, te llena el espíritu.

Generaciones posteriores valorarán y pondrán en práctica lo que se derrame de estos libros, en la cimentación no solo de edificaciones arquitectónicas, sino también en la formación de las construcciones más importantes: que son los seres humanos. Lo que aporta la maestra Lino, que nace en este momento de “Método: 6 x 9 infinito”, será utilizado en la construcción de sus vidas. La trascendencia del conocimiento va más allá de la ciencia, porque alimenta almas.

gildamh@hotmail.com