/ domingo 7 de noviembre de 2021

El Tintero de las Musas | La pobreza

Wilder Bravo escribió: La pobreza y extrema pobreza es un fenómeno que tiene muchas dimensiones, por lo que no existe una única manera de definirla. Para efectos de su estudio práctico, la mayor parte de las veces, la pobreza se ha definido como la incapacidad de una familia de cubrir con su gasto familiar una canasta básica de subsistencia.

Este enfoque metodológico clasifica a las personas como pobres o no pobres. Similarmente, en el caso de que el gasto familiar no logre cubrir los requerimientos de una canasta alimentaria, se identifica a la familia como pobre extrema. Combinando ambas definiciones, una familia puede ser no pobre, pobre o pobre extrema.

Si bien existen otras aproximaciones metodológicas muy importantes, ésta es la más extendida. En una economía de mercado, el Estado tiene un rol muy importante que cumplir en la lucha contra la pobreza, para permitir un mayor grado de igualdad de oportunidades.

Atacar el problema de la pobreza es una necesidad, no sólo por razones humanitarias, sino también por razones económicas. La pobreza es un círculo vicioso que, además de tener efectos graves sobre la calidad y niveles de vida de los peruanos pobres, afecta las posibilidades de crecimiento económico y estabilidad social y política. Las familias que enfrentan una situación de pobreza se ven afectadas por secuelas en la nutrición, en la salud y en la capacidad para recibir instrucción que en muchos casos no pueden ser remontadas, aunque los ingresos mejoren. Una población pobre tiene una baja expectativa de vida, sufre de altas tasas de incidencia de enfermedades, es mano de obra poco calificada y, por todo ello, constituye una fuerza de trabajo poco productiva.

En los últimos años México, como otros países de la región, aumentó significativamente los recursos destinados a numerosos programas sociales para aliviar la pobreza y favorecer el desarrollo de la población de menores recursos. Diversos elementos de juicio sugieren que se puede mejorar la efectividad de estos programas significativamente.

Aún con limitaciones, estos programas, aunados a la estabilidad económica y al crecimiento económico general, han permitido una reducción importante de la pobreza. Todo lo anterior señala la necesidad de analizar, de manera técnica, la magnitud del problema y las opciones de política que pueden ser más efectivas para atender este problema tan importante.

Probablemente sea muy importante generar programas de apoyo para que la gente crezca. Para que se eduque. Para que fortalezca sus aspiraciones. Generar educación para que tengan un mejor empleo, trabajo, ocupación. Hacer que traten de ganar con un esfuerzo, y no sin un merecimiento.

Pera los pobres de la tercera edad, las cosas son verdaderamente distintas. Habrá que establecerles muchos lugares en donde puedan darles los más elementales servicios que ellos necesitan: comida, salud y un lugar para dormir. Hay presidentes municipales que se encargan de ellos, y esa es una gran bendición. No es posible verlos en las calles pidiendo limosna y abandonados a su suerte. Como tampoco a los niños. Es un principio elemental de justicia. Creo.


Wilder Bravo escribió: La pobreza y extrema pobreza es un fenómeno que tiene muchas dimensiones, por lo que no existe una única manera de definirla. Para efectos de su estudio práctico, la mayor parte de las veces, la pobreza se ha definido como la incapacidad de una familia de cubrir con su gasto familiar una canasta básica de subsistencia.

Este enfoque metodológico clasifica a las personas como pobres o no pobres. Similarmente, en el caso de que el gasto familiar no logre cubrir los requerimientos de una canasta alimentaria, se identifica a la familia como pobre extrema. Combinando ambas definiciones, una familia puede ser no pobre, pobre o pobre extrema.

Si bien existen otras aproximaciones metodológicas muy importantes, ésta es la más extendida. En una economía de mercado, el Estado tiene un rol muy importante que cumplir en la lucha contra la pobreza, para permitir un mayor grado de igualdad de oportunidades.

Atacar el problema de la pobreza es una necesidad, no sólo por razones humanitarias, sino también por razones económicas. La pobreza es un círculo vicioso que, además de tener efectos graves sobre la calidad y niveles de vida de los peruanos pobres, afecta las posibilidades de crecimiento económico y estabilidad social y política. Las familias que enfrentan una situación de pobreza se ven afectadas por secuelas en la nutrición, en la salud y en la capacidad para recibir instrucción que en muchos casos no pueden ser remontadas, aunque los ingresos mejoren. Una población pobre tiene una baja expectativa de vida, sufre de altas tasas de incidencia de enfermedades, es mano de obra poco calificada y, por todo ello, constituye una fuerza de trabajo poco productiva.

En los últimos años México, como otros países de la región, aumentó significativamente los recursos destinados a numerosos programas sociales para aliviar la pobreza y favorecer el desarrollo de la población de menores recursos. Diversos elementos de juicio sugieren que se puede mejorar la efectividad de estos programas significativamente.

Aún con limitaciones, estos programas, aunados a la estabilidad económica y al crecimiento económico general, han permitido una reducción importante de la pobreza. Todo lo anterior señala la necesidad de analizar, de manera técnica, la magnitud del problema y las opciones de política que pueden ser más efectivas para atender este problema tan importante.

Probablemente sea muy importante generar programas de apoyo para que la gente crezca. Para que se eduque. Para que fortalezca sus aspiraciones. Generar educación para que tengan un mejor empleo, trabajo, ocupación. Hacer que traten de ganar con un esfuerzo, y no sin un merecimiento.

Pera los pobres de la tercera edad, las cosas son verdaderamente distintas. Habrá que establecerles muchos lugares en donde puedan darles los más elementales servicios que ellos necesitan: comida, salud y un lugar para dormir. Hay presidentes municipales que se encargan de ellos, y esa es una gran bendición. No es posible verlos en las calles pidiendo limosna y abandonados a su suerte. Como tampoco a los niños. Es un principio elemental de justicia. Creo.