/ domingo 26 de septiembre de 2021

El Tintero de las Musas | Me quedé helada…

Me quedé helada. Oía al presidente de la República mexicana, hablando de alguien. No entendí si se refería a una periodista, o a alguna investigadora del Colegio de México, o SNI, o a alguien que trabajara en algún diario de circulación nacional, o en el mismo CONACYT. Se refería con majaderías, a una mujer. Me asusté. ¿Qué le pasa?, pensé.

El pedacito que yo oía, y que estaba en las redes, era más que editado, y no decía de quién se trataba. Luego, siguió cayendo la información y resulta que era de un “Perico el de los palotes”, un “x” que se había infiltrado en todas las redes, y que se refería con base a improperios, majaderías, insultos, estupideces…vamos: cosas espeluznantes a una mujer.

Pero se refería a una mujer, que ni siquiera está saliendo en algún lugar, ni haciendo aspaviento de nada. No que yo sepa. Y esa era, nada más ni nada menos, que la misma ¡esposa del presidente de la República!

Su esposa, su compañera de vida, la que vive con él y la que le dio al hijo más igualito a él. Yo entendía en ese momento menos. No sabía el significado de dar a conocer en “la mañanera” todos los insultos, injurias y agravios que “alguien” le había escrito a doña Beatriz. Me asusté aún más.

Pese a todo lo que se dijo en sexenios pasados, de todas las esposas de los ex presidentes, nunca nadie se atrevió a poner tantas cosas tan verdaderamente espeluznantes. Ni de Martha Sahagún Fox; ni de Margarita Zavala de Calderón; ni de Angélica Rivera de Peña; vamos, de nadie.

Pero nunca se me ocurrió que la “anti” comunicación tendría que ser agraviando de esa manera a Beatriz Gutiérrez de López Obrador. Ni para echarle la culpa a alguien de CONACYT, -- a quienes trae en jaque--, ni de nadie.

De todos modos, yo no entendía y me dolió de sobremanera, que alguien se pudiera referir así de una mujer, en el contexto que fuera. Ellos todos, nacieron de una mujer.

Luego, pues luego supe el contexto entero, y me molestó aún más. He sido comunicadora social por espacio de cincuenta años y sé hacer comunicación y anti comunicación. Pero el hecho de que AMLO lo dijera a los medios, me dejó helada. Lo que hizo, de quien quiera que fuera, y más de la señora Beatriz, que nos tiene que significar a los mexicanos todo el respeto del mundo, me helaron la sangre.

De verdad no entiendo para qué suscitar un escándalo de tal magnitud. Ni la señora esposa del presidente es nada de lo que están diciendo, ni nadie, --en los cinco minutos que pueden tener de inteligencia, ni en sus cinco sentidos--, pueden tener esta clase de aseveraciones. Pero mucho menos, el presidente de la República, puede darse el lujo de decir en su famosa “mañanera”, toda la bola de necedades que él, el día anterior leyó de un “famosísimo desconocido”, que según dicen, no es del CONACYT, además. Lo informaron mal. Sigo sin entenderlo.

Pero yo quisiera pedirle, con todo el respeto que me merece, al señor presidente, que no se refiera así jamás, a nadie. Ni mucho menos, a una persona de la talla de su mujer.

No la conozco, lo único que sé, es que merece todo el respeto de los mexicanos, porque nos guste o no, es la esposa de quien ahora preside a la República Mexicana. De quien ahora representa a todos los mexicanos, de quien está ahora dentro de un Palacio Nacional, hablando a los treinta millones de mexicanos que votaron por él. Pero para los que no, está diciendo cosas extraordinariamente ofensivas, para la mitad de la población de este México nuestro, y todas somos mujeres. Con nosotros NO.

gildamh@hotmail.com



Me quedé helada. Oía al presidente de la República mexicana, hablando de alguien. No entendí si se refería a una periodista, o a alguna investigadora del Colegio de México, o SNI, o a alguien que trabajara en algún diario de circulación nacional, o en el mismo CONACYT. Se refería con majaderías, a una mujer. Me asusté. ¿Qué le pasa?, pensé.

El pedacito que yo oía, y que estaba en las redes, era más que editado, y no decía de quién se trataba. Luego, siguió cayendo la información y resulta que era de un “Perico el de los palotes”, un “x” que se había infiltrado en todas las redes, y que se refería con base a improperios, majaderías, insultos, estupideces…vamos: cosas espeluznantes a una mujer.

Pero se refería a una mujer, que ni siquiera está saliendo en algún lugar, ni haciendo aspaviento de nada. No que yo sepa. Y esa era, nada más ni nada menos, que la misma ¡esposa del presidente de la República!

Su esposa, su compañera de vida, la que vive con él y la que le dio al hijo más igualito a él. Yo entendía en ese momento menos. No sabía el significado de dar a conocer en “la mañanera” todos los insultos, injurias y agravios que “alguien” le había escrito a doña Beatriz. Me asusté aún más.

Pese a todo lo que se dijo en sexenios pasados, de todas las esposas de los ex presidentes, nunca nadie se atrevió a poner tantas cosas tan verdaderamente espeluznantes. Ni de Martha Sahagún Fox; ni de Margarita Zavala de Calderón; ni de Angélica Rivera de Peña; vamos, de nadie.

Pero nunca se me ocurrió que la “anti” comunicación tendría que ser agraviando de esa manera a Beatriz Gutiérrez de López Obrador. Ni para echarle la culpa a alguien de CONACYT, -- a quienes trae en jaque--, ni de nadie.

De todos modos, yo no entendía y me dolió de sobremanera, que alguien se pudiera referir así de una mujer, en el contexto que fuera. Ellos todos, nacieron de una mujer.

Luego, pues luego supe el contexto entero, y me molestó aún más. He sido comunicadora social por espacio de cincuenta años y sé hacer comunicación y anti comunicación. Pero el hecho de que AMLO lo dijera a los medios, me dejó helada. Lo que hizo, de quien quiera que fuera, y más de la señora Beatriz, que nos tiene que significar a los mexicanos todo el respeto del mundo, me helaron la sangre.

De verdad no entiendo para qué suscitar un escándalo de tal magnitud. Ni la señora esposa del presidente es nada de lo que están diciendo, ni nadie, --en los cinco minutos que pueden tener de inteligencia, ni en sus cinco sentidos--, pueden tener esta clase de aseveraciones. Pero mucho menos, el presidente de la República, puede darse el lujo de decir en su famosa “mañanera”, toda la bola de necedades que él, el día anterior leyó de un “famosísimo desconocido”, que según dicen, no es del CONACYT, además. Lo informaron mal. Sigo sin entenderlo.

Pero yo quisiera pedirle, con todo el respeto que me merece, al señor presidente, que no se refiera así jamás, a nadie. Ni mucho menos, a una persona de la talla de su mujer.

No la conozco, lo único que sé, es que merece todo el respeto de los mexicanos, porque nos guste o no, es la esposa de quien ahora preside a la República Mexicana. De quien ahora representa a todos los mexicanos, de quien está ahora dentro de un Palacio Nacional, hablando a los treinta millones de mexicanos que votaron por él. Pero para los que no, está diciendo cosas extraordinariamente ofensivas, para la mitad de la población de este México nuestro, y todas somos mujeres. Con nosotros NO.

gildamh@hotmail.com