Al dirigir un mensaje a la ciudadanía con motivo de su segundo informe de resultados, el gobernador Alfredo del Mazo Maza expresó su reconocimiento al presidente Andrés Manuel López Obrador por varios motivos, pero, sobre todo, por el apoyo que ha brindado al Estado de México en materia de seguridad pública y en la continuación de sus dos proyectos más importantes: las obras del tren interurbano México-Toluca, que será terminado en 2021, y la ampliación del aeropuerto internacional de Toluca, que recibirá una inversión de dos mil 200 millones de pesos para elevar su capacidad de transportación de los 680 mil pasajeros que actualmente recibe a ocho millones que podrían transitar por él en breve.
Estas dos obras, señaló el gobernador, son “de vital importancia” para el Estado de México.
Las dos, en su momento, levantaron grandes expectativas de desarrollo en el rubro de las comunicaciones, pues ambas permitirán fortalecer las actividades e interrelaciones de los mexiquenses con el exterior, tanto en el país como en el extranjero.
En cuanto a la seguridad pública, el hecho de que las medidas adoptadas por el gobierno estatal reciban fuerte apoyo del gobierno federal se traduce en una disminución de índices delictivos que, en tiempo reciente, tocaron techo en la estadística nacional
Esta coordinación de programas de gobierno, en la que todas las flechas se dirigen al mismo blanco, se está dando al margen de “diferencias ideológicas” que el gobernador minimizó en su informe, pero que son reales en momentos en que Morena, surgida de los grupos de izquierda, detenta el poder federal y el PRI, por su parte, conserva el poder estatal compartiéndolo con el partido rival, que ostenta la mayoría en el congreso.
Los diputados de Morena, luego de ponerle zancadilla al gobierno estatal con la derogación de una ley del Issemym que había sido aprobada por la mayoría priista de la legislatura anterior, han entrado a una etapa de mejor entendimiento con el ejecutivo derivada tal vez de los acuerdos tomados por el gobernador Del Mazo y el presidente López Obrador en asuntos pendientes como el abandono de las obras del tren interurbano y la pospuesta modernización del aeropuerto internacional.
La situación es positiva porque permite desarrollar los programas de ambos partidos para resolver problemas que no tienen color político.
No está lejano el momento en que vuelvan a escucharse tambores de guerra por las elecciones intermedias de 2021 para renovar lo renovable del congreso y de los ayuntamientos –puesto que está vigente la reelección− y entonces habrá que ajustar cuentas entre partidos.
Por lo pronto, todos parecen dispuestos a mantener encendida, humeante y aromática la pipa de la paz.
CRONISTA UNIVERSITARIO / cronista@uaemex.mx