/ jueves 26 de enero de 2023

Gobernadora en el Estado de México

Será la primera vez en la historia del Estado de México en el que la gubernatura recaiga en una mujer. En estricto sentido, tanto Delfina Gómez como Alejandra del Moral tienen el carácter de precandidatas en la contienda por la gubernatura del Estado de México del próximo 4 de junio, hasta que sean formalmente registradas como candidatas en el mes de marzo.

Diversas razones hacen del proceso electoral en curso un evento histórico. Dentro de éstas podemos destacar dos. La primera tiene que ver con el nivel de competitividad con el que se percibe la elección y que alimenta la expectativa de cambio político en la entidad. La segunda, es que por primera vez y a menos de un evento extraordinario ocurriera, una mujer ocupará la titularidad del Poder Ejecutivo en el estado. En palabras simples, por primera vez tendremos una gobernadora.

Ambas consideraciones están marcando la pauta de esta inusual elección. El que las punteras en esta elección sean mujeres puede cambiar el tono de la propia contienda, o al menos es lo que esperaríamos quienes creemos que la política y, en específico, el poder debe des-masculinizarse.

En materia de representación política se ha avanzado notablemente en los últimos años, cuya expresión más firme es la reforma aprobada en el Congreso de la Unión en 2019, conocida como “Paridad en Todo”.

Pero los cambios legislativos no son suficientes para “feminizar” la política y los espacios de poder. A los ojos de la gente la política se sigue haciendo igual que siempre: por hombres que están a la cabeza de los espacios donde se toman las decisiones relevantes, decisivas.

Además de ello hay que sumar los cacicazgos y el patriarcado que se recrudece en diversos municipios mexiquenses, junto con otros fenómenos como la violencia política de género que crece conforme las mujeres se hacen más competitivas en la lucha por el poder.

Estos elementos hacen que sea importante destacar el hecho de que próximamente, tendremos una mujer gobernando el estado más poblado del país, con serios retos de gobernabilidad y de retrocesos en empleo, campo, desarrollo social, movilidad y agua, por citar solo algunos ejemplos.

Pero el que dos mujeres están compitiendo por la gubernatura no hace que la contienda sea equitativa. Lejos de ello, esta batalla deja ver otras fracturas de la sociedad como la discriminación y el clasismo. Desde su nombramiento como Secretaria de Educación, la hoy precandidata de MORENA fue atacada por su clase social. Sirva su posición como posible gobernadora de este gran estado para visibilizar lo que para millones de mujeres mexiquenses es su cotidianeidad: además de misoginia deben cargar con un rancio clasismo y racismo.

Será la primera vez en la historia del Estado de México en el que la gubernatura recaiga en una mujer. En estricto sentido, tanto Delfina Gómez como Alejandra del Moral tienen el carácter de precandidatas en la contienda por la gubernatura del Estado de México del próximo 4 de junio, hasta que sean formalmente registradas como candidatas en el mes de marzo.

Diversas razones hacen del proceso electoral en curso un evento histórico. Dentro de éstas podemos destacar dos. La primera tiene que ver con el nivel de competitividad con el que se percibe la elección y que alimenta la expectativa de cambio político en la entidad. La segunda, es que por primera vez y a menos de un evento extraordinario ocurriera, una mujer ocupará la titularidad del Poder Ejecutivo en el estado. En palabras simples, por primera vez tendremos una gobernadora.

Ambas consideraciones están marcando la pauta de esta inusual elección. El que las punteras en esta elección sean mujeres puede cambiar el tono de la propia contienda, o al menos es lo que esperaríamos quienes creemos que la política y, en específico, el poder debe des-masculinizarse.

En materia de representación política se ha avanzado notablemente en los últimos años, cuya expresión más firme es la reforma aprobada en el Congreso de la Unión en 2019, conocida como “Paridad en Todo”.

Pero los cambios legislativos no son suficientes para “feminizar” la política y los espacios de poder. A los ojos de la gente la política se sigue haciendo igual que siempre: por hombres que están a la cabeza de los espacios donde se toman las decisiones relevantes, decisivas.

Además de ello hay que sumar los cacicazgos y el patriarcado que se recrudece en diversos municipios mexiquenses, junto con otros fenómenos como la violencia política de género que crece conforme las mujeres se hacen más competitivas en la lucha por el poder.

Estos elementos hacen que sea importante destacar el hecho de que próximamente, tendremos una mujer gobernando el estado más poblado del país, con serios retos de gobernabilidad y de retrocesos en empleo, campo, desarrollo social, movilidad y agua, por citar solo algunos ejemplos.

Pero el que dos mujeres están compitiendo por la gubernatura no hace que la contienda sea equitativa. Lejos de ello, esta batalla deja ver otras fracturas de la sociedad como la discriminación y el clasismo. Desde su nombramiento como Secretaria de Educación, la hoy precandidata de MORENA fue atacada por su clase social. Sirva su posición como posible gobernadora de este gran estado para visibilizar lo que para millones de mujeres mexiquenses es su cotidianeidad: además de misoginia deben cargar con un rancio clasismo y racismo.