/ miércoles 10 de noviembre de 2021

Gobernanza Digital | Innovación pública y co-creación digital

En últimos años ha ido creciendo el interés general, en la idea de elaborar políticas públicas como una estrategia de redefinición de la forma en que interactúan las autoridades y los ciudadanos. Dicha inquietud surgió, en buena medida, debido al desgaste que han presentado algunos gobiernos, derivado de problemas asociados a la falta de transparencia y la escasa rendición de cuentas.

Al introducir la posibilidad de que la sociedad se involucrara en la formulación de alternativas de solución a problemas públicos en particular, se abrió la puerta para que otros elementos pudieran plantearse como insumos necesarios para llevar a buen puerto el diseño de tales políticas.

En ese marco, podemos ubicar a la innovación pública como un instrumento de gobernanza que permite la identificación de actores clave para la atención de alguna problemática, así como el uso de herramientas tecnológicas para facilitar tanto la comunicación como la gestión y el quehacer gubernamental.


Partiendo de lo anterior, se puede decir que estamos frente una gran oportunidad para mejorar los esquemas colaborativos entre gobernantes y gobernados, para transitar de un modelo unidireccional en donde las autoridades toman decisiones sin consulta ciudadana, a un escenario deliberativo en el que la comunicación se da de manera vertical y horizontal, desarrollando nuevas prácticas de discusión y, especialmente, de co-creación.


Al referir a ese término, queremos decir que los asuntos públicos amplían su radio de atención, con lo cual poco a poco se ven involucrados más agentes en la delimitación de un problema y el diseño de su solución. Este tipo de prácticas son relevantes tomando en cuenta, además, que facilitan los procesos de transparencia y de rendición de cuentas, que abonan a la legalidad y la legitimidad en la toma de decisiones. Por tanto, resulta imperativo promover en todos los ámbitos y órdenes de gobierno, la generación de espacios de diálogo permanente que favorezca un esquema de gobernabilidad que, incluso, sume debates de calidad en el régimen democrático en el que nos encontramos.


Otro factor a destacar tiene que ver con las ventajas que ofrece el uso de los canales virtuales de comunicación y transmisión de datos, los cuales se posicionan cada vez más como los medios privilegiados para el desarrollo de numerosas actividades. Así, por ejemplo, el acompañamiento que se puede dar a diversas reuniones públicas y el encuentro con especialistas de diferentes partes del mundo gracias a las tecnologías, son recursos invaluables que acrecientan el valor de la discusión y, sobre todo, de la democratización de los espacios de diálogo.


Concluyendo, este es un tema muy amplio que no se acota a lo expuesto en estas líneas; sin embargo, sirve como reflexión para poder perfilar nuevos caminos de gestión pública que tengan el objetivo de incluir más voces para, de una forma solidaria, atender las necesidades más apremiantes de la sociedad. Se trata, por tanto, de un esquema cooperativo que busca, en última instancia, el bien común y el desarrollo armónico de la población.

Luis Gustavo Parra Noriega


En últimos años ha ido creciendo el interés general, en la idea de elaborar políticas públicas como una estrategia de redefinición de la forma en que interactúan las autoridades y los ciudadanos. Dicha inquietud surgió, en buena medida, debido al desgaste que han presentado algunos gobiernos, derivado de problemas asociados a la falta de transparencia y la escasa rendición de cuentas.

Al introducir la posibilidad de que la sociedad se involucrara en la formulación de alternativas de solución a problemas públicos en particular, se abrió la puerta para que otros elementos pudieran plantearse como insumos necesarios para llevar a buen puerto el diseño de tales políticas.

En ese marco, podemos ubicar a la innovación pública como un instrumento de gobernanza que permite la identificación de actores clave para la atención de alguna problemática, así como el uso de herramientas tecnológicas para facilitar tanto la comunicación como la gestión y el quehacer gubernamental.


Partiendo de lo anterior, se puede decir que estamos frente una gran oportunidad para mejorar los esquemas colaborativos entre gobernantes y gobernados, para transitar de un modelo unidireccional en donde las autoridades toman decisiones sin consulta ciudadana, a un escenario deliberativo en el que la comunicación se da de manera vertical y horizontal, desarrollando nuevas prácticas de discusión y, especialmente, de co-creación.


Al referir a ese término, queremos decir que los asuntos públicos amplían su radio de atención, con lo cual poco a poco se ven involucrados más agentes en la delimitación de un problema y el diseño de su solución. Este tipo de prácticas son relevantes tomando en cuenta, además, que facilitan los procesos de transparencia y de rendición de cuentas, que abonan a la legalidad y la legitimidad en la toma de decisiones. Por tanto, resulta imperativo promover en todos los ámbitos y órdenes de gobierno, la generación de espacios de diálogo permanente que favorezca un esquema de gobernabilidad que, incluso, sume debates de calidad en el régimen democrático en el que nos encontramos.


Otro factor a destacar tiene que ver con las ventajas que ofrece el uso de los canales virtuales de comunicación y transmisión de datos, los cuales se posicionan cada vez más como los medios privilegiados para el desarrollo de numerosas actividades. Así, por ejemplo, el acompañamiento que se puede dar a diversas reuniones públicas y el encuentro con especialistas de diferentes partes del mundo gracias a las tecnologías, son recursos invaluables que acrecientan el valor de la discusión y, sobre todo, de la democratización de los espacios de diálogo.


Concluyendo, este es un tema muy amplio que no se acota a lo expuesto en estas líneas; sin embargo, sirve como reflexión para poder perfilar nuevos caminos de gestión pública que tengan el objetivo de incluir más voces para, de una forma solidaria, atender las necesidades más apremiantes de la sociedad. Se trata, por tanto, de un esquema cooperativo que busca, en última instancia, el bien común y el desarrollo armónico de la población.

Luis Gustavo Parra Noriega