¿La tercera es la vencida?
AMLO asegura que encabeza la cuarta transformación del país. Piensa que la Independencia fue la primera, la Reforma la segunda, la Revolución la tercera y por ende la suya es la cuarta. Se piensa a sí mismo, además, como alguna vez se pensó Porfirio Díaz: una especie de continuador de la obra de Hidalgo y de Juárez, a los cuales agrega a Lázaro Cárdenas. Ha pasado poco tiempo desde que ganó las elecciones y es imposible prever lo que será su gobierno. Sin embargo, intentaré ofrecer una visión alternativa que da vueltas en mi cabeza.
Por supuesto AMLO se ha planteado un escenario ambicioso, sobre todo porque las grandes transformaciones en el mundo se han dado a través de revoluciones armadas (Estados Unidos, Francia, Rusia, México) o movimientos no violentos (Gandhi, Luther King, Mandela). Pero AMLO no encabeza una revolución armada, ni practica explícitamente la no violencia activa. Vamos, AMLO no es Madero ni es Gandhi a pesar de cómo se conciba a sí mismo.
Lo cierto es que el hecho de que Morena, más parecido a un movimiento social que a un partido político convencional, haya llegado a la presidencia y obtenido la mayoría en el Congreso, parece más un cambio de régimen, al menos un cambio de época política. Y aquí viene la idea que me da vueltas: de hacer un buen gobierno (nadie lo garantiza), por los tiempos en que se está registrando, la de AMLO se parecería más a las transformaciones comenzadas en 1810 y 1910 por lo que, así como llegó a la presidencia en su tercer intento, para el país ésta podría ser la tercera transformación que logre mayor justicia social.
Poniéndonos laxos, la independencia de 1810 se gestó medio siglo antes con las Reformas Borbónicas y detonó en 1808 con la represión a los miembros del Ayuntamiento de la ciudad de México que pedían autonomía para la Nueva España. Una vez lograda la independencia en 1821 siguió habiendo guerras (incluida la de Reforma) y no hubo reconciliación, sino hasta el Porfiriato en la década de 1880. La Revolución de 1910 fue provocada por la cerrazón política del dictador Díaz luego de gobernar 30 años y por mantener en la miseria a la mayoría del pueblo. De alguna manera el régimen posrevolucionario reconcilió a las diversas facciones desde la década de 1940 en un contexto autoritario.
No obstante, ninguna de las dos transformaciones logró la justicia social plena. El movimiento de AMLO deriva de una larga lucha político electoral de la izquierda mexicana, que se puede datar al menos desde 1977. En su tercer intento venció y logró llegar al poder de manera pacífica. Esta que se antoja realmente como tercera y no cuarta transformación, ¿logrará, ahora sí, la tan anhelada justicia social y la reconciliación? Sinceramente, lo deseo.
@RodrigoSanArce
