La gasolina, el pueblo y la clase media
Desde noviembre de 2018, en Francia los “chalecos amarillos” no han dejado de manifestarse violentamente. Su descontento deriva del incremento en el precio del diésel en un país que durante la década pasada promovió el uso de transportes que usan ese combustible. El presidente Macrón (quien ha caído de la gracia de muchos por revivir un estilo monárquico en una emblemática república) debió dar marcha atrás a la medida e incluso adoptar políticas como subir 100 euros al salario mínimo (que es de unos 30 mil pesos brutos mensuales al día de hoy), lo cual no obstante no apagó las protestas.
Dichas protestas tienen un carácter popular, pero sobre todo sacan a las calles a la clase media francesa. La clase media es un sector de población que, lo hemos visto en varias partes del mundo, se siente agraviada por la reducción de sus beneficios económicos y por la “grandeza perdida”; es la que ha llevado al poder a impresentables como Trump en EEUU o Bolsonaro en Brasil y ha permitido que crezcan movimientos neofascistas y de extrema derecha.
El problema francés deja una lección para México. No me enfrascaré en la discusión oída hasta el hartazgo en los últimos días y que se resume en las posturas de quienes defienden el cierre del grifo para combatir el huachicoleo y quienes critican la decisión por haber sido ineficiente al provocar desabasto. Los ciudadanos pueden alabar el combate al huachicoleo aunque no lo vean con sus propios ojos, pero no esperen comprensión si no se previó el abasto eficiente; aún más, que no se insulte la inteligencia de la gente al decir que no hay desabasto cuando pasa horas haciendo fila esperando resurtir el tanque. Y como dicen los memes en las benditas redes: el mexicano podrá no defender sus derechos, pero no se metan con su carro porque se encabrona.
El caso es que este tema es de los que más afecta al pueblo y en especial a su segmento clasemediero. Sin combustible disponible no hay traslado seguro al trabajo y a la escuela, no hay transporte público suficiente, las mercancías no circulan, no se atienden emergencias. Todo ello se suma a una serie de factores por los que los clasemedieros, muchos de los cuales votaron por AMLO, no perciben alternativas dirigidas a ellos en la Cuarta Transformación. En todas sus campañas el presidente tuvo como bandera “primero los pobres”, lo cual es totalmente loable, pero los analistas piensan que una de las causas por las que perdió dos elecciones es precisamente por no haber ofrecido alternativas a los clasemedieros. El tema no es menor y ya sabemos cómo le fue al gobierno priista cuando se metió con la gasolina y se olvidó de ese colchón social que está en el medio y da soporte al sistema en su conjunto.
@RodrigoSanArce
