/ jueves 15 de marzo de 2018

Imagogenia

Campaña Paralela

El papel de las mujeres en la política ha cambiado y no solo me refiero a la cuota de equidad para las candidaturas –que técnicamente es del 50%, aunque esto sólo sea un dicho y no un hecho-; también me refiero al papel que desempeñan las esposas, específicamente de los candidatos presidenciales.

En lo personal espero el día en que nos topemos con la dificultad de saber el papel que desempeñaría el esposo de una presidenta, pero en lo que eso sucede, es de reconocer la importancia que han adquirido las mujeres en las campañas como promotoras del voto y como ancla de la imagen de los candidatos presidenciales.

Empecemos por Juana Cuevas a quien siempre vemos acompañando a José Antonio Meade a los eventos de campaña, atendiendo a la prensa o en fotografías “de paparazzi” en las redes sociales comprando el mandado. No, estimado lector, esto no es coincidencia, la imagen de Juana es la de la nueva mujer mexicana: profesionista, madre y esposa, tres conceptos que buscan explotar para aterrizar la imagen del candidato priísta como alguien cercano a la gente a pesar de su preparación académica, los puestos que ha desempeñado y sus vínculos políticos. Entendamos que Juana viene a hacer una labor que iría más allá de ser quien operaría –en caso de ganar las elecciones- los recursos del DIF, todo apunta a que su imagen sería el de una primera dama activa, inteligente y congruente –esperemos-, que además permitirá a Mead en el proceso electoral desvincularse del partido que mucho resta a su imagen.

Por su parte Beatriz Gutiérrez se ha colocado en un espectro gris en la campaña de Andrés Manuel López Obrador que va como candidato con su partido Morena. Ella desde un inicio se dijo que de ganar su marido la presidencia su papel no se haría notar, tanto así que declaró que “el papel de una primera dama… debe ser marginal”. Uno de los pocos apoyos que ha dado con su imagen al contendiente de Morena es su aparición en un video del cubano Silvio Rodríguez titulado “El necio”, por lo demás ella no existe de momento, aunque no sería extraño que quieran guardarla como una carta de rescate en caso de ser necesario ya entrados en el proceso, pues recordemos que la imagen de las esposas en las campañas electorales generalmente suaviza la imagen del candidato y AMLO se ha destacado por posicionar una imagen “revolucionaria” y “reaccionaria”.

Por su parte, el candidato de la coalición Por México al Frente Ricardo Anaya no ha desgastado la imagen de su esposa durante el proceso de precampaña, seguramente el rol de Carolina Martínez será mucho más evidente en los 90 días de campaña.

@Mar_Naa

Campaña Paralela

El papel de las mujeres en la política ha cambiado y no solo me refiero a la cuota de equidad para las candidaturas –que técnicamente es del 50%, aunque esto sólo sea un dicho y no un hecho-; también me refiero al papel que desempeñan las esposas, específicamente de los candidatos presidenciales.

En lo personal espero el día en que nos topemos con la dificultad de saber el papel que desempeñaría el esposo de una presidenta, pero en lo que eso sucede, es de reconocer la importancia que han adquirido las mujeres en las campañas como promotoras del voto y como ancla de la imagen de los candidatos presidenciales.

Empecemos por Juana Cuevas a quien siempre vemos acompañando a José Antonio Meade a los eventos de campaña, atendiendo a la prensa o en fotografías “de paparazzi” en las redes sociales comprando el mandado. No, estimado lector, esto no es coincidencia, la imagen de Juana es la de la nueva mujer mexicana: profesionista, madre y esposa, tres conceptos que buscan explotar para aterrizar la imagen del candidato priísta como alguien cercano a la gente a pesar de su preparación académica, los puestos que ha desempeñado y sus vínculos políticos. Entendamos que Juana viene a hacer una labor que iría más allá de ser quien operaría –en caso de ganar las elecciones- los recursos del DIF, todo apunta a que su imagen sería el de una primera dama activa, inteligente y congruente –esperemos-, que además permitirá a Mead en el proceso electoral desvincularse del partido que mucho resta a su imagen.

Por su parte Beatriz Gutiérrez se ha colocado en un espectro gris en la campaña de Andrés Manuel López Obrador que va como candidato con su partido Morena. Ella desde un inicio se dijo que de ganar su marido la presidencia su papel no se haría notar, tanto así que declaró que “el papel de una primera dama… debe ser marginal”. Uno de los pocos apoyos que ha dado con su imagen al contendiente de Morena es su aparición en un video del cubano Silvio Rodríguez titulado “El necio”, por lo demás ella no existe de momento, aunque no sería extraño que quieran guardarla como una carta de rescate en caso de ser necesario ya entrados en el proceso, pues recordemos que la imagen de las esposas en las campañas electorales generalmente suaviza la imagen del candidato y AMLO se ha destacado por posicionar una imagen “revolucionaria” y “reaccionaria”.

Por su parte, el candidato de la coalición Por México al Frente Ricardo Anaya no ha desgastado la imagen de su esposa durante el proceso de precampaña, seguramente el rol de Carolina Martínez será mucho más evidente en los 90 días de campaña.

@Mar_Naa