/ jueves 5 de abril de 2018

Imagogenia


Política ¿Y la mujer?

Se está haciendo un mal trabajo para posicionar la labor de la mujer en la política, a pesar de las cuotas de género impuestas últimamente, las nuevas generaciones no creen en la capacidad de la mujer de operar políticamente ¿por qué digo esto?

Bueno, el Estudio Internacional sobre Educación Cívica y Ciudadanía mismo que es coordinado por la Asociación Internacional para la Evaluación del Logro Educativo (IEA) y en el que México participa bajo la gestión del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) arrojó que 76% de los más de 4 mil estudiantes mexicanos entrevistados, de entre 13 y 14 años, dijeron que están de acuerdo con que las mujeres se queden fuera de la política.

Espero que entienda lo delicado del asunto, no sólo la percepción de los estudiantes es que las mujeres aún no están capacitadas para hacerse cargo de un puesto público, sino que esta es la mentalidad de las generaciones que estarán a cargo de elegir presidente en 2022; y estoy segura es un tema de cultura pues a pesar de que están siendo educados con un alto índice de conocimiento cívico hay una baja aceptación sobre las capacidades femeninas en materia política.

Lo peor de todo es que la percepción “negativa” de la imagen en la mujer política no sólo es por parte del género masculino sino que de éste 76% el 47%, es decir casi la mitad, son mujeres. Una cifra alarmante ya que en países como Dinamarca el porcentaje total es de 4%, del cuál sólo 13% son mujeres.

Reconozco que como mujer me alarma este estudio, pues si analizamos detenidamente las campañas de los actuales contendientes masculinos a las elecciones son sus esposas –en especial para el caso de Meade- las que tienen la batuta para influir en los aspectos más emocionales del electorado, nada menos ayer vimos a la esposa de Meade, Juana Cuevas, recorrer las calles de Toluca y hablar emotivamente de los programas de su marido y de la labor que éste desempeñaría en caso de ganar las elecciones, se le notó sincera, abierta y jovial. Sin embargo, su papel es secundario y así su aceptación, su labor puede beneficiar, pero no es el centro en la toma de decisiones y el pueblo lo sabe, lo que ella diga beneficia, pero no determina. Analícelo estimado lector, cuántas mujeres vemos ocupando un cargo público destacado en la actual administración –o en cualquier administración-, cuántas mujeres son reconocidas por sus descubrimientos científicos o sus logros académicos, la realidad es que son muy pocas porque estoy segura que existen muchas mexicanas cuya imagen debería trascender en la mentalidad colectiva como personajes determinantes de la historia de nuestro país. Piénselo de la siguiente manera: es 2018 y México tiene una mujer candidata a presidente por segunda ocasión y estamos seguros de que no ganará ¿por qué será?

@Mar_Naa


Política ¿Y la mujer?

Se está haciendo un mal trabajo para posicionar la labor de la mujer en la política, a pesar de las cuotas de género impuestas últimamente, las nuevas generaciones no creen en la capacidad de la mujer de operar políticamente ¿por qué digo esto?

Bueno, el Estudio Internacional sobre Educación Cívica y Ciudadanía mismo que es coordinado por la Asociación Internacional para la Evaluación del Logro Educativo (IEA) y en el que México participa bajo la gestión del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) arrojó que 76% de los más de 4 mil estudiantes mexicanos entrevistados, de entre 13 y 14 años, dijeron que están de acuerdo con que las mujeres se queden fuera de la política.

Espero que entienda lo delicado del asunto, no sólo la percepción de los estudiantes es que las mujeres aún no están capacitadas para hacerse cargo de un puesto público, sino que esta es la mentalidad de las generaciones que estarán a cargo de elegir presidente en 2022; y estoy segura es un tema de cultura pues a pesar de que están siendo educados con un alto índice de conocimiento cívico hay una baja aceptación sobre las capacidades femeninas en materia política.

Lo peor de todo es que la percepción “negativa” de la imagen en la mujer política no sólo es por parte del género masculino sino que de éste 76% el 47%, es decir casi la mitad, son mujeres. Una cifra alarmante ya que en países como Dinamarca el porcentaje total es de 4%, del cuál sólo 13% son mujeres.

Reconozco que como mujer me alarma este estudio, pues si analizamos detenidamente las campañas de los actuales contendientes masculinos a las elecciones son sus esposas –en especial para el caso de Meade- las que tienen la batuta para influir en los aspectos más emocionales del electorado, nada menos ayer vimos a la esposa de Meade, Juana Cuevas, recorrer las calles de Toluca y hablar emotivamente de los programas de su marido y de la labor que éste desempeñaría en caso de ganar las elecciones, se le notó sincera, abierta y jovial. Sin embargo, su papel es secundario y así su aceptación, su labor puede beneficiar, pero no es el centro en la toma de decisiones y el pueblo lo sabe, lo que ella diga beneficia, pero no determina. Analícelo estimado lector, cuántas mujeres vemos ocupando un cargo público destacado en la actual administración –o en cualquier administración-, cuántas mujeres son reconocidas por sus descubrimientos científicos o sus logros académicos, la realidad es que son muy pocas porque estoy segura que existen muchas mexicanas cuya imagen debería trascender en la mentalidad colectiva como personajes determinantes de la historia de nuestro país. Piénselo de la siguiente manera: es 2018 y México tiene una mujer candidata a presidente por segunda ocasión y estamos seguros de que no ganará ¿por qué será?

@Mar_Naa