/ jueves 20 de septiembre de 2018

Imagogenia


Colores

Existe una alta posibilidad de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) pierda su tradicional cromática y no, no viene de aquello que mencionábamos hace algunos meses sobre la reestructura de dicho partido que comentó su dirigente, Claudia Ruiz Massieu, sino que esto se deriva de una iniciativa que presentó el Grupo Parlamentario de Morena en el Senado, cuya intención es, en pocas palabras, prohibir el uso de los colores de la Bandera Nacional para instituciones políticas.

Así es estimado lector, el senador Félix Salgado Macedonio presentó una iniciativa de reforma a la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales en el que sería una infracción usar los colores que correspondan en identidad a la bandera de México en emblemas de partidos o agrupaciones políticas, con lo que se obligaría al PRI a cambiar los colores que ha usado desde la fundación de dicho partido en 1929.

El senador expuso que los colores patrios se han asociado por mucho tiempo con la distribución de servicios o programas proporcionados por el Estado -que en su mayoría han sido del PRI- lo que propició que muchos ciudadanos votaran por dicho partido por temas de bienestar o nacionalismo. En general el concepto es correcto, la gente se inclina mayoritariamente por aquello que conoce y que además le genera un sentimiento de pertenencia –que en el caso de los mexicanos es un símbolo patrio-.

Si bien podríamos citar a Eva Heller sobre la psicología del color y las implicaciones de sus combinaciones, en el caso de la bandera de México no aplicaría ya que dichos colores son emblemáticos en su sentido patriótico y tienen un significado histórico, pues tras la consumación de la independencia estos representaban: independencia (verde), religión (blanco) y unión (rojo), aunque después el presidente Benito Juárez cambió de manera oficial el significado nacional de dichos colores quedando el verde como esperanza, el blanco como unidad y el rojo como la sangre de los héroes nacionales.

Con toda esa historia para el mexicano, el uso de esta cromática en unidad significa muchísimas cosas: identidad, país, patria, pertenencia y más; por algo cuando vamos al extranjero se nos enchina la piel al ver nuestra bandera o qué decir de cuando se escucha el himno en un evento internacional como las Olimpiadas o el Mundial de futbol; es decir, el posicionamiento de los colores de nuestra bandera es absoluto y por lo tanto su identidad, así que no está mal deducir que hasta cierto punto el PRI ha hecho uso de ellos sacando un provecho indebido.

Así que esta es una buena razón para cambiar no sólo el nombre del partido –propuesta que generó polémica entre los priístas- sino los colores también, cambios que se podrían visualizar como un proyecto que implicaría asumir una nueva identidad desde el fondo –reestructura de partido y estatutos- hacia la forma.

@Mar_Naa


Colores

Existe una alta posibilidad de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) pierda su tradicional cromática y no, no viene de aquello que mencionábamos hace algunos meses sobre la reestructura de dicho partido que comentó su dirigente, Claudia Ruiz Massieu, sino que esto se deriva de una iniciativa que presentó el Grupo Parlamentario de Morena en el Senado, cuya intención es, en pocas palabras, prohibir el uso de los colores de la Bandera Nacional para instituciones políticas.

Así es estimado lector, el senador Félix Salgado Macedonio presentó una iniciativa de reforma a la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales en el que sería una infracción usar los colores que correspondan en identidad a la bandera de México en emblemas de partidos o agrupaciones políticas, con lo que se obligaría al PRI a cambiar los colores que ha usado desde la fundación de dicho partido en 1929.

El senador expuso que los colores patrios se han asociado por mucho tiempo con la distribución de servicios o programas proporcionados por el Estado -que en su mayoría han sido del PRI- lo que propició que muchos ciudadanos votaran por dicho partido por temas de bienestar o nacionalismo. En general el concepto es correcto, la gente se inclina mayoritariamente por aquello que conoce y que además le genera un sentimiento de pertenencia –que en el caso de los mexicanos es un símbolo patrio-.

Si bien podríamos citar a Eva Heller sobre la psicología del color y las implicaciones de sus combinaciones, en el caso de la bandera de México no aplicaría ya que dichos colores son emblemáticos en su sentido patriótico y tienen un significado histórico, pues tras la consumación de la independencia estos representaban: independencia (verde), religión (blanco) y unión (rojo), aunque después el presidente Benito Juárez cambió de manera oficial el significado nacional de dichos colores quedando el verde como esperanza, el blanco como unidad y el rojo como la sangre de los héroes nacionales.

Con toda esa historia para el mexicano, el uso de esta cromática en unidad significa muchísimas cosas: identidad, país, patria, pertenencia y más; por algo cuando vamos al extranjero se nos enchina la piel al ver nuestra bandera o qué decir de cuando se escucha el himno en un evento internacional como las Olimpiadas o el Mundial de futbol; es decir, el posicionamiento de los colores de nuestra bandera es absoluto y por lo tanto su identidad, así que no está mal deducir que hasta cierto punto el PRI ha hecho uso de ellos sacando un provecho indebido.

Así que esta es una buena razón para cambiar no sólo el nombre del partido –propuesta que generó polémica entre los priístas- sino los colores también, cambios que se podrían visualizar como un proyecto que implicaría asumir una nueva identidad desde el fondo –reestructura de partido y estatutos- hacia la forma.

@Mar_Naa