/ jueves 1 de noviembre de 2018

Imagogenia

Imagen depreciada


A veces nos olvidamos que la percepción es poder, incluido el presidente electo de nuestro país, Andrés Manuel López Obrador, pues aunque realizó una “consulta popular” –muy mal hecha por cierto- para justificar una decisión que él ya había tomado y a su vez deslindarse de responsabilidades en caso de haber tomado la decisión incorrecta, la realidad es que la cancelación del aeropuerto de Texcoco era una que tenían que tomar expertos y no un pueblo iletrado en la materia.

Lo que los mexicanos –no todos pero sí la mayoría- no hemos considerado es la repercusión económica que dicha decisión tiene y tendrá no sólo en la moneda mexicana, sino en el valor de México país como excelente punto de inversión extranjera, sin dejar de considerar también aspectos como la capacidad de nuestro país para recibir turistas –rubro que es gran parte de nuestro Producto Interno Bruto (PIB)- o por otra parte la incertidumbre que genera el que el presidente electo vaya a someter a votación ciudadana – con un sistema arcaico- cada decisión que tome; porque seamos honestos, AMLO desde su campaña se dijo en contra del aeropuerto en Texcoco, recuerda cuantas veces lo escuchamos decir que el NAIM era un derroche, que está plagado de corrupción por la mafia del poder y que la cancelación del mismo no provocaría una devaluación. Dígame si no su “consulta” parece más un proyecto de manipulación que una decisión democrática.

Así que no venga ahora, Andrés Manuel, a decirnos que no dijo porqué proyecto votó en la consulta ya que todos lo sabemos –aunque hayamos visto su boleta en blanco- y lo que es mejor aún, sabemos que inició su discurso en contra de los proyectos de la actual administración desde hace mucho tiempo, no importa si estos son buenos para el pueblo o no, él quiere "resetear" al país.

Por lo que siendo brutalmente honestos, la ciudadanía votó en total ignorancia de los proyectos aeroportuarios, más de un millón de mexicanos lo hicieron –¿cuántas veces votó cada uno? Nadie sabe –, votaron en una consulta ciudadana que no estaba avalada por ningún organismo y que mucho menos contaba con las medidas de seguridad necesarias para llevarla a cabo, porque no nos vayamos más lejos: antes y después de votar, los morenistas encargados de las casillas se llevaban las urnas y las boletas en blanco a su casa ¿dónde quedó la certeza en el proceso? La realidad es que la Fundación Arturo Rosenblueth –organismo abiertamente de izquierda- no tiene mucha experiencia, pues se perdió del mapa después de participar en la consulta del 95 organizada por el EZLN.

Las consecuencias las empieza a resentir nuestro país y eso que AMLO todavía no es presidente pero ya se le cuecen las habas, insiste en marcar la agenda y mantenerse en el ojo del huracán, su imagen –por no decir que también su semblante- está empezando a depreciarse a pasos agigantados; pero no, a AMLO nada le inmuta, él se mantiene “relajado”, porque al final del día la devaluación del peso que se registró desde el domingo por la noche y que nos golpeó el lunes por la mañana nada tienen que ver con la cancelación de un proyecto de casi 14 mil millones de dólares, para él son factores externos.

Estimado presidente electo, le recuerdo que a partir de que ganó las elecciones todo lo que diga, todo lo que haga y todo lo que decida, usted y su equipo repercutirán en la percepción mundial de nuestro país y por lo tanto en su moneda, en su turismo, en las inversiones y en cualquier esfera social que usted guste mencionar.

Twitter: @Mar_Naa


Imagen depreciada


A veces nos olvidamos que la percepción es poder, incluido el presidente electo de nuestro país, Andrés Manuel López Obrador, pues aunque realizó una “consulta popular” –muy mal hecha por cierto- para justificar una decisión que él ya había tomado y a su vez deslindarse de responsabilidades en caso de haber tomado la decisión incorrecta, la realidad es que la cancelación del aeropuerto de Texcoco era una que tenían que tomar expertos y no un pueblo iletrado en la materia.

Lo que los mexicanos –no todos pero sí la mayoría- no hemos considerado es la repercusión económica que dicha decisión tiene y tendrá no sólo en la moneda mexicana, sino en el valor de México país como excelente punto de inversión extranjera, sin dejar de considerar también aspectos como la capacidad de nuestro país para recibir turistas –rubro que es gran parte de nuestro Producto Interno Bruto (PIB)- o por otra parte la incertidumbre que genera el que el presidente electo vaya a someter a votación ciudadana – con un sistema arcaico- cada decisión que tome; porque seamos honestos, AMLO desde su campaña se dijo en contra del aeropuerto en Texcoco, recuerda cuantas veces lo escuchamos decir que el NAIM era un derroche, que está plagado de corrupción por la mafia del poder y que la cancelación del mismo no provocaría una devaluación. Dígame si no su “consulta” parece más un proyecto de manipulación que una decisión democrática.

Así que no venga ahora, Andrés Manuel, a decirnos que no dijo porqué proyecto votó en la consulta ya que todos lo sabemos –aunque hayamos visto su boleta en blanco- y lo que es mejor aún, sabemos que inició su discurso en contra de los proyectos de la actual administración desde hace mucho tiempo, no importa si estos son buenos para el pueblo o no, él quiere "resetear" al país.

Por lo que siendo brutalmente honestos, la ciudadanía votó en total ignorancia de los proyectos aeroportuarios, más de un millón de mexicanos lo hicieron –¿cuántas veces votó cada uno? Nadie sabe –, votaron en una consulta ciudadana que no estaba avalada por ningún organismo y que mucho menos contaba con las medidas de seguridad necesarias para llevarla a cabo, porque no nos vayamos más lejos: antes y después de votar, los morenistas encargados de las casillas se llevaban las urnas y las boletas en blanco a su casa ¿dónde quedó la certeza en el proceso? La realidad es que la Fundación Arturo Rosenblueth –organismo abiertamente de izquierda- no tiene mucha experiencia, pues se perdió del mapa después de participar en la consulta del 95 organizada por el EZLN.

Las consecuencias las empieza a resentir nuestro país y eso que AMLO todavía no es presidente pero ya se le cuecen las habas, insiste en marcar la agenda y mantenerse en el ojo del huracán, su imagen –por no decir que también su semblante- está empezando a depreciarse a pasos agigantados; pero no, a AMLO nada le inmuta, él se mantiene “relajado”, porque al final del día la devaluación del peso que se registró desde el domingo por la noche y que nos golpeó el lunes por la mañana nada tienen que ver con la cancelación de un proyecto de casi 14 mil millones de dólares, para él son factores externos.

Estimado presidente electo, le recuerdo que a partir de que ganó las elecciones todo lo que diga, todo lo que haga y todo lo que decida, usted y su equipo repercutirán en la percepción mundial de nuestro país y por lo tanto en su moneda, en su turismo, en las inversiones y en cualquier esfera social que usted guste mencionar.

Twitter: @Mar_Naa