/ jueves 14 de marzo de 2019

Imagogenia

Malditas Conferencias

Conferencias de lunes a viernes por la mañana, conferencias eternas que van desde los 48 minutos a más de dos horas; ya sea el presidente Andrés Manuel López Obrador acompañado de su gabinete o el solo, sus matutinas no las perdona. En total lleva 71 conferencias contando aquellas que dio derivado de la explosión en Tlahuelilpan, el objetivo de su estrategia de comunicación podría ser marcar la agenda en los medios, la realidad es que lo único que se está logrando es cansar a su audiencia y generar polémica ¿por qué?

Veámoslo de la siguiente manera si las conferencias del Presidente fueran mucho más ejecutivas, si su estilo verbal fuera mucho más dinámico –no lento y pausado como acostumbra-, si la información que ofreciera fuera no sólo relevante sino acertada estaríamos viendo conferencias no mayores a los 30 min considerando ya el tiempo de preguntas y evidentemente estas conferencias no serían todos los días, al menos no encabezadas por el titular del ejecutivo porque aunque no lo crea él también debe darse su taco de vez en cuando.

¿Por qué expongo esto? En 1976 cuando todavía no estábamos bombardeados por grandes cantidades de información y dónde no existían aún las redes sociales para hacer más dispersa nuestra atención Johnstone & Percival señalaron que el tiempo máximo que una persona podía estar atenta de forma ininterrumpida era de entre 10 a 18 minutos, ahora si nos adelantamos un poco en el tiempo en 1995 el profesor Tom Burns de la escuela Médica de Saint Georges en Inglaterra comprobó que es durante los primeros cinco minutos donde se tiene el nivel de atención más óptimo y se mantiene, aunque de forma más baja, por 10 minutos y cayendo en picada a los 20 minutos. Claro esta muchos alegarán que estos estudios fueron enfocados a estudiantes y sí, es cierto no es lo mismo el nivel de interés de un estudiante al nivel de interés de un reportero o al de un ciudadano.

Esto qué significa, que el tiempo de atención de AMLO en todas sus conferencia se divide entre muchas audiencias con diversas actividades y por lo tanto con una atención muy diversa; ya que además debemos sumarle factores como el multitasking –la capacidad de hacer varias cosas a la vez- que en muchas ocasiones atrofia nuestro poder de concentración, o el bombardeo informativo del que la audiencias es “víctima” derivado en muchos casos de lo digital.

Lo cierto es que sea cual sea el objetivo del Presidente, no esta optimizando el tiempo que le ofrecen los medios de comunicación para posicionar su mensaje –así, evidentemente no está marcando agenda- y por el contrario los medios publican la polémica que se genera en sus conferencias porque sin duda resulta mucho más interesante. AMLO debe recordar que hoy en día se enfrenta a tres grandes problemas: la gente no sabe escuchar, la atención es muy poca y la retención es nula, a lo que le sumaría su lamentable estilo verbal que sólo le ha ganado memes en la web.

@Mar_Naa

Malditas Conferencias

Conferencias de lunes a viernes por la mañana, conferencias eternas que van desde los 48 minutos a más de dos horas; ya sea el presidente Andrés Manuel López Obrador acompañado de su gabinete o el solo, sus matutinas no las perdona. En total lleva 71 conferencias contando aquellas que dio derivado de la explosión en Tlahuelilpan, el objetivo de su estrategia de comunicación podría ser marcar la agenda en los medios, la realidad es que lo único que se está logrando es cansar a su audiencia y generar polémica ¿por qué?

Veámoslo de la siguiente manera si las conferencias del Presidente fueran mucho más ejecutivas, si su estilo verbal fuera mucho más dinámico –no lento y pausado como acostumbra-, si la información que ofreciera fuera no sólo relevante sino acertada estaríamos viendo conferencias no mayores a los 30 min considerando ya el tiempo de preguntas y evidentemente estas conferencias no serían todos los días, al menos no encabezadas por el titular del ejecutivo porque aunque no lo crea él también debe darse su taco de vez en cuando.

¿Por qué expongo esto? En 1976 cuando todavía no estábamos bombardeados por grandes cantidades de información y dónde no existían aún las redes sociales para hacer más dispersa nuestra atención Johnstone & Percival señalaron que el tiempo máximo que una persona podía estar atenta de forma ininterrumpida era de entre 10 a 18 minutos, ahora si nos adelantamos un poco en el tiempo en 1995 el profesor Tom Burns de la escuela Médica de Saint Georges en Inglaterra comprobó que es durante los primeros cinco minutos donde se tiene el nivel de atención más óptimo y se mantiene, aunque de forma más baja, por 10 minutos y cayendo en picada a los 20 minutos. Claro esta muchos alegarán que estos estudios fueron enfocados a estudiantes y sí, es cierto no es lo mismo el nivel de interés de un estudiante al nivel de interés de un reportero o al de un ciudadano.

Esto qué significa, que el tiempo de atención de AMLO en todas sus conferencia se divide entre muchas audiencias con diversas actividades y por lo tanto con una atención muy diversa; ya que además debemos sumarle factores como el multitasking –la capacidad de hacer varias cosas a la vez- que en muchas ocasiones atrofia nuestro poder de concentración, o el bombardeo informativo del que la audiencias es “víctima” derivado en muchos casos de lo digital.

Lo cierto es que sea cual sea el objetivo del Presidente, no esta optimizando el tiempo que le ofrecen los medios de comunicación para posicionar su mensaje –así, evidentemente no está marcando agenda- y por el contrario los medios publican la polémica que se genera en sus conferencias porque sin duda resulta mucho más interesante. AMLO debe recordar que hoy en día se enfrenta a tres grandes problemas: la gente no sabe escuchar, la atención es muy poca y la retención es nula, a lo que le sumaría su lamentable estilo verbal que sólo le ha ganado memes en la web.

@Mar_Naa