/ viernes 9 de febrero de 2018

Imagogenia

Política y Redes Sociales


Esta semana, Facebook firmó un acuerdo de colaboración con el Instituto Nacional Electoral con el fin de incentivar el voto y poner su granito de arena en las próximas elecciones. El convenio contempla, entre otras cosas: capacitación a funcionarios sobre el uso de la red social, la transmisión de los debates en Facebook Live para que los usuarios puedan conocer a los candidatos y sus propuestas, la activación de productos cívicos como un “megáfono electoral” para incentivar el voto y un botón de “elector informado” con información sobre el proceso.

Esta es una gran oportunidad para los más de 80 millones de usuarios mexicanos de Facebook para conocer de verdad a los candidatos y sus propuestas, sin embargo, lo que es aún más interesante es lo que esto significa para todos los candidatos, en específico los presidenciales, ya que a través de este medio pueden acercarse a la ciudadanía y posicionar su imagen de una forma directa, honesta y libre.

En otro tenor digital, la integridad del político vs la redes sociales es un tema delicado, pues la reputación del político y su partido pueden estar en juego por un video, foto o comentario mal hecho y bueno, esto no sólo aplica para el político, todos y cada uno de los ciudadanos estamos expuestos a ser viralizados en las redes sociales, recordemos a #Lady100pesos o a #LordRollsRoyce

Así, la responsabilidad del político sobre sus redes sociales –lo que implica la coherencia entre su vida pública y privada- es mucho mayor, ya que este debe percibirse auténtico –es decir que no pierda su esencia y se convierta en un personaje ficticio, ejemplo: el presidente, Enrique Peña- y a su vez cumplir con valores básicos para llevar las riendas de un país, estado o municipio: responsabilidad, inteligencia, humildad, honestidad y podría mencionar varios valores más. El punto es que muchas veces esto no sucede, pues nos seguimos topando con políticos que por caer en los excesos y perder el piso se han vuelto en el claro ejemplo de lo que es el político mexicano y lo que no debería ser, como es el caso más reciente del precandidato del Partido Verde Ecologista (PVEM), Anuar Selem, quien en un video de menos de 20 segundos se le ve en aparente estado de ebriedad y declarando: “Pinches jodidos asquerosos, vamos a chupar”, mientras sostiene una botella y un fajo de billetes; por un momento se ve el tucán del logo del partido. Dígame, ¿qué impresión le deja esto?

Política y Redes Sociales


Esta semana, Facebook firmó un acuerdo de colaboración con el Instituto Nacional Electoral con el fin de incentivar el voto y poner su granito de arena en las próximas elecciones. El convenio contempla, entre otras cosas: capacitación a funcionarios sobre el uso de la red social, la transmisión de los debates en Facebook Live para que los usuarios puedan conocer a los candidatos y sus propuestas, la activación de productos cívicos como un “megáfono electoral” para incentivar el voto y un botón de “elector informado” con información sobre el proceso.

Esta es una gran oportunidad para los más de 80 millones de usuarios mexicanos de Facebook para conocer de verdad a los candidatos y sus propuestas, sin embargo, lo que es aún más interesante es lo que esto significa para todos los candidatos, en específico los presidenciales, ya que a través de este medio pueden acercarse a la ciudadanía y posicionar su imagen de una forma directa, honesta y libre.

En otro tenor digital, la integridad del político vs la redes sociales es un tema delicado, pues la reputación del político y su partido pueden estar en juego por un video, foto o comentario mal hecho y bueno, esto no sólo aplica para el político, todos y cada uno de los ciudadanos estamos expuestos a ser viralizados en las redes sociales, recordemos a #Lady100pesos o a #LordRollsRoyce

Así, la responsabilidad del político sobre sus redes sociales –lo que implica la coherencia entre su vida pública y privada- es mucho mayor, ya que este debe percibirse auténtico –es decir que no pierda su esencia y se convierta en un personaje ficticio, ejemplo: el presidente, Enrique Peña- y a su vez cumplir con valores básicos para llevar las riendas de un país, estado o municipio: responsabilidad, inteligencia, humildad, honestidad y podría mencionar varios valores más. El punto es que muchas veces esto no sucede, pues nos seguimos topando con políticos que por caer en los excesos y perder el piso se han vuelto en el claro ejemplo de lo que es el político mexicano y lo que no debería ser, como es el caso más reciente del precandidato del Partido Verde Ecologista (PVEM), Anuar Selem, quien en un video de menos de 20 segundos se le ve en aparente estado de ebriedad y declarando: “Pinches jodidos asquerosos, vamos a chupar”, mientras sostiene una botella y un fajo de billetes; por un momento se ve el tucán del logo del partido. Dígame, ¿qué impresión le deja esto?