El avión presidencial ha sido un elemento clave en el cúmulo de incongruencias de las que se ha acusado al presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y es que si bien su promesa de campaña fue realizar la venta del mismo pues consideraba, en su momento, que usarlo, vamos que su mera existencia, era un lujo innecesario que, siendo honestos, no iba acorde a su imagen integral de austeridad y que en gran medida sumaba a la idea de que él, a diferencia de sus antecesores en el puesto de titular del ejecutivo, era un ciudadano promedio y, por ende, no quería mantener las opulencias a las que “no estaba acostumbrado”.
Lamentablemente, este tema ha sido uno que desde el inicio de su administración le ha dado dolores de cabeza. Pues, después de dos años de intentar vender el avión presidencial sin éxito, hoy el presidente busca que Aeroméxico se encargue del mismo y es que tras la una reunión que sostuvo con los directivos de la línea aérea mexicana y Delta, su socio comercial, con motivo del año complicado para dichas compañías derivado de la pandemia, el presidente señaló en la mañanera de este martes que puso a su disposición el avión para que lo usen para viajes ejecutivos o fiestas. Lo interesante aquí es que, a pesar de estas declaraciones, de momento la marca ha guardado silencio al respecto; y aunque dicen que el que calla otorga en este caso, no estoy tan segura.
Lo cierto es que AMLO ha confesado que le ha resultado complicado vender el avión presidencial, ya que dice es una aeronave única y que, por ahora, no lo piensa usar pues sale más barato mantener el avión en tierra que hacer uso de él pues los costos de traslado serían mucho más elevados.
Puede ser que de todo lo que se ha dicho o hecho del avión, lo que más controversia ha generado es la famosa rifa no rifa -porque el avión ahí sigue- o más bien rifa simbólica, que inició con la venta de boletos en marzo de 2020, recordemos la infinidad de memes que salieron al respecto y como, aun así, hubo muchos ciudadanos que compraron su boleto con un costo de 500 pesos. El tema fue de tanta importancia para el presidente -aún más que la crisis de salud y económica que atravesaba el país y que a la fecha seguimos viviendo- que grabó un spot para incentivar la compra de los boletos en donde calificó el avión como un símbolo de los gobiernos neoliberales.
Al final, el ofrecimiento público y privado que recibió Aeroméxico por parte de AMLO puede resonar de muchas maneras en la marca; sin embargo, esta debe pensar en el nicho de mercado al que van dirigido y si una alianza de este calibre con el gobierno sería conveniente para su reputación al corto, mediano y largo plazo, y también, si la empresa está dispuesta a cargar con el peso político que conllevaría esta transacción, ya que como lo dije al inicio, el avión presidencial es uno que a la actual administración le ha dado muchos dolores de cabeza.
Doctoranda en Imagen Pública
Directora π en SCIO Group
Ex godín Gubernamental
Fisgona por naturaleza y delirante por la imagen
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