/ jueves 17 de marzo de 2022

Imagogenia | Diplomacia, política, estrategia

El pasado 10 de marzo, el Parlamento Europeo pidió al gobierno de México que garantizara un entorno seguro para periodistas y defensores de los derechos humanos pues consideran que nuestro país es, desde hace mucho tiempo, “el lugar más peligroso y mortífero para los periodistas fuera de una zona oficial de guerra”, recordaron que desde diciembre de 2018 al menos 68 activistas han sido asesinados en el país y además consideraron preocupantes “las duras y sistemáticas críticas formuladas por las más altas autoridades del Gobierno mexicano contra los periodistas y su labor”, evidentemente haciendo referencia a los comentarios hechos por el presidente, Andrés Manuel López Obrador en sus conferencias matutinas.


El documento, es consecuencia de que en lo que va del año han sido asesinados ocho periodistas. Uno esperaría que conociendo el estilo del presidente y el claro resentimiento que tiene hacía “los conquistadores” la respuesta sería un tanto escandalosa, pero sin perder la diplomacia que merece una respuesta gubernamental internacional y, obvio, a través del área encargada de dar seguimiento a este tipo de sucesos, sin embargo, las expectativas se quedaron cortas y nos dejaron a muchos con los ojos como platos y la boca abierta.


La carta escrita por el mismo AMLO y un equipo de asesores, personalmente me tomó por sorpresa, no daba crédito que fuera real y peor aún que hubiera sido el mismo presidente y no el secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard, quién la haya escrito, y es que en ella se pueden leer palabras como: borregos, desinformados, panfletarios, injerencistas, corrupto y golpista; queda claro que la misiva europea no le cayó nada en gracia al mandatario mexicano y es que, sin duda a él nadie le dice qué hacer.


Lo lamentable de todo esto es que si bien la imagen de México ante el mundo es precaria pues a sus ojos estamos en llamas -literal y metafóricamente, pues en general vivimos una de las épocas más violentas e inseguras de nuestra historia-, esta apresurada respuesta llena de “enojo”, porque ciertamente así se percibe, no hace más que reafirmar que nuestro país no es un lugar seguro, amable o adecuado para visitar o invertir. Y no sólo eso, el escrito por su contexto y uso de lenguaje, reafirma aquello que postula la Eruocamara. La reputación de nuestro país se ha puesto en jaque, esa es una realidad, el actual gobierno ha tenido muchas animadversiones con otros países como Panamá por su propuesta de embajador, España por los muchos y diversos comentarios del presidente, o Austria por el penacho, sólo por mencionar algunos.


AMLO justifica su respuesta directa al Parlamento Europeo al señalar que se trata de un asunto político y no diplomático, y bueno, ciertamente están buscando llamar la atención sobre temas políticos y de seguridad en los que no deberían o podrían intervenir, de acuerdo hasta ahí; también de acuerdo con la apelación al nacionalismo que busca emanar en su carta y, no podemos negar, que el estilo coloquial que suele emplear el presidente se lee claramente en el escrito. Vaya, en este existe una coherencia innegable con su esencia. Sin embargo, estamos hablando de que dicho documento, por muy político que sea, tuvo que estar dotado de diplomacia -cambiar palabras y redacción acordes al contexto-, pues, al final, todo lo que él diga o haga en materia de relaciones internacionales traerá consecuencias para nuestro país. Al final, el titular del ejecutivo olvidó que en esta ocasión no hablaba al pueblo mexicano sino a un grupo parlamentario. Aunque, tal vez -sólo tal vez- la carta que envió AMLO si estaba dirigida al pueblo mexicano, ese que lo defiende a capa y espada, y por eso empleó ese lenguaje; es decir, era una forma indirecta -muy directa- de buscar enaltecer su imagen política diciendo que en efecto él y sólo él, a diferencia de otros gobernantes, si defiende al pueblo de México en su soberanía y no tiene miedo de decirle a nadie sus “verdades”, entonces esta respuesta es una genial estrategia de comunicación para posicionarse ¿o no?


Doctoranda en Imagen Pública

Directora π en SCIO Group
Ex godín Gubernamental
Fisgona por naturaleza y delirante por la imagen
Facebook: Mar Nava Argüelles

Twitter: @Mar_Naa

Spotify: Imagogenia

El pasado 10 de marzo, el Parlamento Europeo pidió al gobierno de México que garantizara un entorno seguro para periodistas y defensores de los derechos humanos pues consideran que nuestro país es, desde hace mucho tiempo, “el lugar más peligroso y mortífero para los periodistas fuera de una zona oficial de guerra”, recordaron que desde diciembre de 2018 al menos 68 activistas han sido asesinados en el país y además consideraron preocupantes “las duras y sistemáticas críticas formuladas por las más altas autoridades del Gobierno mexicano contra los periodistas y su labor”, evidentemente haciendo referencia a los comentarios hechos por el presidente, Andrés Manuel López Obrador en sus conferencias matutinas.


El documento, es consecuencia de que en lo que va del año han sido asesinados ocho periodistas. Uno esperaría que conociendo el estilo del presidente y el claro resentimiento que tiene hacía “los conquistadores” la respuesta sería un tanto escandalosa, pero sin perder la diplomacia que merece una respuesta gubernamental internacional y, obvio, a través del área encargada de dar seguimiento a este tipo de sucesos, sin embargo, las expectativas se quedaron cortas y nos dejaron a muchos con los ojos como platos y la boca abierta.


La carta escrita por el mismo AMLO y un equipo de asesores, personalmente me tomó por sorpresa, no daba crédito que fuera real y peor aún que hubiera sido el mismo presidente y no el secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard, quién la haya escrito, y es que en ella se pueden leer palabras como: borregos, desinformados, panfletarios, injerencistas, corrupto y golpista; queda claro que la misiva europea no le cayó nada en gracia al mandatario mexicano y es que, sin duda a él nadie le dice qué hacer.


Lo lamentable de todo esto es que si bien la imagen de México ante el mundo es precaria pues a sus ojos estamos en llamas -literal y metafóricamente, pues en general vivimos una de las épocas más violentas e inseguras de nuestra historia-, esta apresurada respuesta llena de “enojo”, porque ciertamente así se percibe, no hace más que reafirmar que nuestro país no es un lugar seguro, amable o adecuado para visitar o invertir. Y no sólo eso, el escrito por su contexto y uso de lenguaje, reafirma aquello que postula la Eruocamara. La reputación de nuestro país se ha puesto en jaque, esa es una realidad, el actual gobierno ha tenido muchas animadversiones con otros países como Panamá por su propuesta de embajador, España por los muchos y diversos comentarios del presidente, o Austria por el penacho, sólo por mencionar algunos.


AMLO justifica su respuesta directa al Parlamento Europeo al señalar que se trata de un asunto político y no diplomático, y bueno, ciertamente están buscando llamar la atención sobre temas políticos y de seguridad en los que no deberían o podrían intervenir, de acuerdo hasta ahí; también de acuerdo con la apelación al nacionalismo que busca emanar en su carta y, no podemos negar, que el estilo coloquial que suele emplear el presidente se lee claramente en el escrito. Vaya, en este existe una coherencia innegable con su esencia. Sin embargo, estamos hablando de que dicho documento, por muy político que sea, tuvo que estar dotado de diplomacia -cambiar palabras y redacción acordes al contexto-, pues, al final, todo lo que él diga o haga en materia de relaciones internacionales traerá consecuencias para nuestro país. Al final, el titular del ejecutivo olvidó que en esta ocasión no hablaba al pueblo mexicano sino a un grupo parlamentario. Aunque, tal vez -sólo tal vez- la carta que envió AMLO si estaba dirigida al pueblo mexicano, ese que lo defiende a capa y espada, y por eso empleó ese lenguaje; es decir, era una forma indirecta -muy directa- de buscar enaltecer su imagen política diciendo que en efecto él y sólo él, a diferencia de otros gobernantes, si defiende al pueblo de México en su soberanía y no tiene miedo de decirle a nadie sus “verdades”, entonces esta respuesta es una genial estrategia de comunicación para posicionarse ¿o no?


Doctoranda en Imagen Pública

Directora π en SCIO Group
Ex godín Gubernamental
Fisgona por naturaleza y delirante por la imagen
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