/ jueves 11 de marzo de 2021

Imagogenia | El Límite de la Libertad de Expresión

Aunque nos cueste creerlo, en 2015 un abogado mexicano demandó a Google por difundir contenido que dañaba su imagen, hoy ganó la batalla y esto pone un fuerte precedente sobre cómo se están moldeando las redes sociales y lo que muchos gigantes tecnológicos tendrán que hacer para restringir/cuidar la información que se publica en sus plataformas.

Desde que Trump estuvo en su primera campaña presidencial en 2016 el término “fake news” o noticias falsas tomó relevancia en el ámbito digital. Lo cierto es que la labor de las redes sociales, y cualquier plataforma digital, para eliminar los mensajes de odio y la desinformación ha sido una titánica que no han logrado desenmarañar. En más de una ocasión hemos visto que alguna figura pública ha tenido que salir a desmentir información que circula en la red que no es cierta –pero que muchos se creen- y que, está causando problemas más allá de lo digital.

En este caso, Ulrich Richter –el abogado del que aquí hablamos- se buscó en google y le apareció un blog, de la plataforma Blogger de la cual es dueña Google, que le acusaba de lavado de dinero y que también usó la portada de uno de sus libros alterándolo para intentar hacer una sátira; por lo que, con eso, violó la propiedad intelectual de la obra. Su primera movida fue solicitar a la empresa retirar el contenido que afectaba su imagen, al no recibir respuesta del gigante tecnológico, presentó una demanda en contra de Google Inc., Google México y de su director en ese entonces por daño moral ante un tribunal de Ciudad de México.

Ahora, esto ¿por qué es importante? Bueno, las redes sociales se jactan de ser puertos de libertad de expresión, sin embargo bien dijo Umberto Eco “Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos rápidamente eran silenciados, pero ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los imbéciles" y ciertamente, ahí es donde viene el problema. La gente se cree lo que dicen estas legiones y lo peor, lo replica; y hasta hoy no había consecuencia, vaya, nadie era responsable.

Por eso, el resultado de esta demanda es tan importante, porque la corte consideró entre otras cosas que el blog rebasa los límites de la libertad de expresión ya que la información atenta contra la moral; lo que, en pocas palabras significa que, aun dentro de las redes sociales existe un límite para lo que se debe y no se debe compartir; y estas, de alguna forma son responsables de establecer filtros y mecanismos para evitar la propagación de información que afecte la imagen pública de alguien aún cuando este no forme parte de sus usuarios –porque Richter, en este caso, no era usuario de Blogger-.

Doctoranda en Imagen Pública

Directora π en SCIO Group
Ex godín Gubernamental
Fisgona por naturaleza y delirante por la imagen
Facebook: Mar Nava Argüelles

Twitter: @Mar_Naa



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Aunque nos cueste creerlo, en 2015 un abogado mexicano demandó a Google por difundir contenido que dañaba su imagen, hoy ganó la batalla y esto pone un fuerte precedente sobre cómo se están moldeando las redes sociales y lo que muchos gigantes tecnológicos tendrán que hacer para restringir/cuidar la información que se publica en sus plataformas.

Desde que Trump estuvo en su primera campaña presidencial en 2016 el término “fake news” o noticias falsas tomó relevancia en el ámbito digital. Lo cierto es que la labor de las redes sociales, y cualquier plataforma digital, para eliminar los mensajes de odio y la desinformación ha sido una titánica que no han logrado desenmarañar. En más de una ocasión hemos visto que alguna figura pública ha tenido que salir a desmentir información que circula en la red que no es cierta –pero que muchos se creen- y que, está causando problemas más allá de lo digital.

En este caso, Ulrich Richter –el abogado del que aquí hablamos- se buscó en google y le apareció un blog, de la plataforma Blogger de la cual es dueña Google, que le acusaba de lavado de dinero y que también usó la portada de uno de sus libros alterándolo para intentar hacer una sátira; por lo que, con eso, violó la propiedad intelectual de la obra. Su primera movida fue solicitar a la empresa retirar el contenido que afectaba su imagen, al no recibir respuesta del gigante tecnológico, presentó una demanda en contra de Google Inc., Google México y de su director en ese entonces por daño moral ante un tribunal de Ciudad de México.

Ahora, esto ¿por qué es importante? Bueno, las redes sociales se jactan de ser puertos de libertad de expresión, sin embargo bien dijo Umberto Eco “Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos rápidamente eran silenciados, pero ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los imbéciles" y ciertamente, ahí es donde viene el problema. La gente se cree lo que dicen estas legiones y lo peor, lo replica; y hasta hoy no había consecuencia, vaya, nadie era responsable.

Por eso, el resultado de esta demanda es tan importante, porque la corte consideró entre otras cosas que el blog rebasa los límites de la libertad de expresión ya que la información atenta contra la moral; lo que, en pocas palabras significa que, aun dentro de las redes sociales existe un límite para lo que se debe y no se debe compartir; y estas, de alguna forma son responsables de establecer filtros y mecanismos para evitar la propagación de información que afecte la imagen pública de alguien aún cuando este no forme parte de sus usuarios –porque Richter, en este caso, no era usuario de Blogger-.

Doctoranda en Imagen Pública

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