/ lunes 22 de febrero de 2021

Mirada Empresarial | Los capitales se nos fugan de las manos

En términos prácticos y cotidianos, contar con dinero en los bolsillos es imprescindible para tener estabilidad y proveernos de los bienes necesarios para realizar nuestra vida lo más cómoda posible.

Bajo esta premisa que no requiere de un expertise en finanzas, o un maestría en finanzas, economía o administración, nos sorprende que al día de hoy el gobierno federal no hay tomado acciones y no responda a la alarmante fuga de capitales que nuestro país ha padecido en las últimas fechas; en el último año esta fuga ha sido de alrededor de 300 mil millones de pesos.

¿Cómo se ha gestado esta masiva fuga de capitales?

La economía mexicana, como cualquier otra, se basa en la atracción de dinero (capital) de inversionistas que pueden adquirir la deuda de empresas particulares que participan en la Bolsa y a partir de estas inyecciones, las empresas incrementan su participación en el mercado y las ganancias de sus inversionistas. O bien, optan por la compra de bonos emitidos por el gobierno, que en la mayoría de los casos, otorga buenos rendimientos a largo plazo.

En este último punto, la economía mexicana históricamente ha sido una economía atractiva para los inversionistas que confían en el crecimiento de su dinero a partir de la compra de bonos gubernamentales, sin embargo, con las acciones que se han tomado desde el actual gobierno federal esta tendencia se ha revertido; el empresario mira con cautela el mercado mexicano y peor aún, ha solicitado el retorno de sus inversiones a partir del cumplimiento de los plazos establecidos.

De acuerdo al Banco de México, en las últimas 3 semanas han salido del país más de 30 mil millones de pesos de deuda gubernamental. En la primera, 16 mil millones; en la segunda, 5 mil; y en la tercera, 9 mil. La credibilidad y la confianza en México se han perdido y los inversores han optado por retirar sus capitales.

La fortaleza de nuestro peso se sostiene a partir de la generación de riqueza que se ve reflejada en el Producto Interno Bruto, en el dinero que se obtiene a partir de las exportaciones y de las remesas, principalmente dólares, que envían nuestros connacionales en el extranjero.

El precio del dólar se mantiene estable gracias a que, de momento, la balanza comercial es favorable a México con un mayor número de exportaciones que de importaciones por la parálisis económica global y la imposibilidad de importar bienes. Mientras que las remesas se han mantenido gracias a los apoyos económicos que se otorgan en Estados Unidos.

Con este panorama, resulta increíble que el gobierno no cambie de rumbo pese a la pérdida de capitales y dependamos del dinero enviado por los mexicanos en el extranjero.

Urgimos a un análisis de estos datos, se requieren bases y estrategias que reviertan la tendencia.


En términos prácticos y cotidianos, contar con dinero en los bolsillos es imprescindible para tener estabilidad y proveernos de los bienes necesarios para realizar nuestra vida lo más cómoda posible.

Bajo esta premisa que no requiere de un expertise en finanzas, o un maestría en finanzas, economía o administración, nos sorprende que al día de hoy el gobierno federal no hay tomado acciones y no responda a la alarmante fuga de capitales que nuestro país ha padecido en las últimas fechas; en el último año esta fuga ha sido de alrededor de 300 mil millones de pesos.

¿Cómo se ha gestado esta masiva fuga de capitales?

La economía mexicana, como cualquier otra, se basa en la atracción de dinero (capital) de inversionistas que pueden adquirir la deuda de empresas particulares que participan en la Bolsa y a partir de estas inyecciones, las empresas incrementan su participación en el mercado y las ganancias de sus inversionistas. O bien, optan por la compra de bonos emitidos por el gobierno, que en la mayoría de los casos, otorga buenos rendimientos a largo plazo.

En este último punto, la economía mexicana históricamente ha sido una economía atractiva para los inversionistas que confían en el crecimiento de su dinero a partir de la compra de bonos gubernamentales, sin embargo, con las acciones que se han tomado desde el actual gobierno federal esta tendencia se ha revertido; el empresario mira con cautela el mercado mexicano y peor aún, ha solicitado el retorno de sus inversiones a partir del cumplimiento de los plazos establecidos.

De acuerdo al Banco de México, en las últimas 3 semanas han salido del país más de 30 mil millones de pesos de deuda gubernamental. En la primera, 16 mil millones; en la segunda, 5 mil; y en la tercera, 9 mil. La credibilidad y la confianza en México se han perdido y los inversores han optado por retirar sus capitales.

La fortaleza de nuestro peso se sostiene a partir de la generación de riqueza que se ve reflejada en el Producto Interno Bruto, en el dinero que se obtiene a partir de las exportaciones y de las remesas, principalmente dólares, que envían nuestros connacionales en el extranjero.

El precio del dólar se mantiene estable gracias a que, de momento, la balanza comercial es favorable a México con un mayor número de exportaciones que de importaciones por la parálisis económica global y la imposibilidad de importar bienes. Mientras que las remesas se han mantenido gracias a los apoyos económicos que se otorgan en Estados Unidos.

Con este panorama, resulta increíble que el gobierno no cambie de rumbo pese a la pérdida de capitales y dependamos del dinero enviado por los mexicanos en el extranjero.

Urgimos a un análisis de estos datos, se requieren bases y estrategias que reviertan la tendencia.


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