/ lunes 25 de enero de 2021

Mirada Empresarial | Los números no mienten

Los diversos análisis del panorama que vivimos y que nos espera a partir de la crisis económica que se generó a consecuencia de la pandemia del Covid-19, nos han llevado a prácticamente una única conclusión; es importante mantener las unidades económicas formales en pie para evitar un colapso de nuestra ya agotada economía nacional.

Es necesario mantener las fuentes de empleo formales para que los millones de colaboradores que perciben un sueldo de las diversas unidades económicas contribuyan al consumo y se mantenga en movimiento la economía desde la base.

En retrospectiva, desde el sector empresarial, nos hemos dado cuenta de una cruel realidad que afecta a todos los mexicanos desde hace un par de años; las palabras, los llamados y los mensajes en pos de una estabilidad económica por parte del gobierno no han sido suficientes, en otras palabras, aún no vemos la luz al final del túnel.

Desde 2019 mencionamos que la estrategia implementada por el gobierno federal obligaba y “empujaba” de manera paulatina a cientos de personas del sector formal a desaparecer y posteriormente a “brincar” al sector informal.

Este empujoncito es resultado de una sobre regulación que en muchos sentidos prohíbe y limita la actividad económica formal, debemos señalar que la economía formal debe de cumplir con lineamientos de índole municipal, estatal y federal para poder operar y no ser motivo de sanciones administrativas.

Es por ello que para los empresarios resulta más simple enrolarse dentro del comercio informal que opera sin normativa, sin regulaciones ni ningún tipo de limitación administrativa.

Las palabras han resultado vacías y no han tenido resultados palpables, por ello es que recurriendo a los números, nos damos cuenta del daño que la economía sufre ante una estrategia sin pies ni cabeza; a partir de las cifras proporcionadas por una institución seria como el INEGI tenemos un acercamiento con la realidad del país:

De las 12 millones de personas que salieron de la Población Económicamente Activa en abril de 2020 producto de la pandemia, hasta el cierre de 2020 habían regresado 9.5 millones, por lo que 2.5 millones todavía están fuera del mercado laboral. Y de las personas que regresaron a trabajar, 8.5 millones (93%) lo hicieron en la economía informal, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.

La estrategia económica no ha rendido frutos, se ha promovido la informalidad y los costos son altísimos para un país que está ávido de reglas claras.

¿No es momento de recular y cambiar de estrategia? ¿Dónde ser formal, respetar las leyes, los acuerdos y los lineamientos sea premiado? Para seguir generando la riqueza y los empleos que México requiere.

Simplemente, es momento de cambiar la estrategia, los números no mienten.

Los diversos análisis del panorama que vivimos y que nos espera a partir de la crisis económica que se generó a consecuencia de la pandemia del Covid-19, nos han llevado a prácticamente una única conclusión; es importante mantener las unidades económicas formales en pie para evitar un colapso de nuestra ya agotada economía nacional.

Es necesario mantener las fuentes de empleo formales para que los millones de colaboradores que perciben un sueldo de las diversas unidades económicas contribuyan al consumo y se mantenga en movimiento la economía desde la base.

En retrospectiva, desde el sector empresarial, nos hemos dado cuenta de una cruel realidad que afecta a todos los mexicanos desde hace un par de años; las palabras, los llamados y los mensajes en pos de una estabilidad económica por parte del gobierno no han sido suficientes, en otras palabras, aún no vemos la luz al final del túnel.

Desde 2019 mencionamos que la estrategia implementada por el gobierno federal obligaba y “empujaba” de manera paulatina a cientos de personas del sector formal a desaparecer y posteriormente a “brincar” al sector informal.

Este empujoncito es resultado de una sobre regulación que en muchos sentidos prohíbe y limita la actividad económica formal, debemos señalar que la economía formal debe de cumplir con lineamientos de índole municipal, estatal y federal para poder operar y no ser motivo de sanciones administrativas.

Es por ello que para los empresarios resulta más simple enrolarse dentro del comercio informal que opera sin normativa, sin regulaciones ni ningún tipo de limitación administrativa.

Las palabras han resultado vacías y no han tenido resultados palpables, por ello es que recurriendo a los números, nos damos cuenta del daño que la economía sufre ante una estrategia sin pies ni cabeza; a partir de las cifras proporcionadas por una institución seria como el INEGI tenemos un acercamiento con la realidad del país:

De las 12 millones de personas que salieron de la Población Económicamente Activa en abril de 2020 producto de la pandemia, hasta el cierre de 2020 habían regresado 9.5 millones, por lo que 2.5 millones todavía están fuera del mercado laboral. Y de las personas que regresaron a trabajar, 8.5 millones (93%) lo hicieron en la economía informal, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.

La estrategia económica no ha rendido frutos, se ha promovido la informalidad y los costos son altísimos para un país que está ávido de reglas claras.

¿No es momento de recular y cambiar de estrategia? ¿Dónde ser formal, respetar las leyes, los acuerdos y los lineamientos sea premiado? Para seguir generando la riqueza y los empleos que México requiere.

Simplemente, es momento de cambiar la estrategia, los números no mienten.

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