/ lunes 11 de enero de 2021

Mirada Empresarial | Semáforo o revisión 

El sector empresarial mexiquense es sensible ante el tema de salud; identificamos las actividades de mayor riesgo para clientes y colaboradores, por lo que hemos tomado las acciones necesarias para evitar que las unidades económicas sean un foco de propagación para el virus SARS CoV2.

Sin embargo, pese a las acciones que desde el sector económico hemos realizado, la propagación del virus y la enfermedad a nivel nacional y a nivel local no se han podido disminuir.

El virus continúa afectando y cobrando la vida de miles de personas, las cifras son alarmantes y diariamente alcanzamos récords de casos y defunciones que ya han superado a la llamada “primer oleada” de contagios en México. Además de las lamentables e irreparables afectaciones a la salud, debe ser una prioridad la atención y la puesta en operación de las unidades económicas que han visto mermadas sus actividades a causa de esta pandemia.

En el caso del sector restaurantero en el Valle de México, esta actividad antes de la pandemia era responsable de más de 340 mil empleos directos en alguno de los más de 70 mil restaurantes ubicados en la zona, sin embargo, tras la llegada del Covid, se han cerrado definitivamente 10 mil unidades, con una pérdida de, al menos, 50 mil empleos directos, sólo en este rubro económico.

Ante estos números que es una pequeña radiografía de lo que sufre la economía, es indispensable atender las afectaciones que el sector económico mexiquense ha padecido a causa de la pandemia, de lo contrario, las consecuencias serán irreversibles.

Como sector, las unidades económicas mexiquenses que somos responsables de la generación de empleos y responsables de la distribución de bienestar y riqueza entre nuestros colaboradores, hemos acatado las medidas que se han impuesto en pro de la salud de las y los mexiquenses, sin embargo, la competencia ha sido desleal.

Mientras hemos bajado la cortina en respuesta a las acciones promovidas por las instancias de gobierno, los espacios han sido aprovechados por la economía informal que no cuenta con protocolos preventivos de salud y no están regulados, generando focos de infección en un momento en que es indispensable seguir las normas preventivas de salud.

Ante el difícil escenario que vivimos, es necesario hacer una revisión exhaustiva de las actividades consideradas esenciales dentro del semáforo rojo y en los diferentes niveles de riesgo.

El sector económico establecido, siempre tomará las medidas necesarias para poder operar dentro de un marco limpio y seguro; estudios avalan que menos del 5% de los colaboradores se contagian dentro de sus espacios de trabajo, la mayoría de los contagios ocurren en casa ya que no se toman las adecuadas medidas de sanidad.

El sector empresarial trabaja y vela por el bienestar de México.

El sector empresarial mexiquense es sensible ante el tema de salud; identificamos las actividades de mayor riesgo para clientes y colaboradores, por lo que hemos tomado las acciones necesarias para evitar que las unidades económicas sean un foco de propagación para el virus SARS CoV2.

Sin embargo, pese a las acciones que desde el sector económico hemos realizado, la propagación del virus y la enfermedad a nivel nacional y a nivel local no se han podido disminuir.

El virus continúa afectando y cobrando la vida de miles de personas, las cifras son alarmantes y diariamente alcanzamos récords de casos y defunciones que ya han superado a la llamada “primer oleada” de contagios en México. Además de las lamentables e irreparables afectaciones a la salud, debe ser una prioridad la atención y la puesta en operación de las unidades económicas que han visto mermadas sus actividades a causa de esta pandemia.

En el caso del sector restaurantero en el Valle de México, esta actividad antes de la pandemia era responsable de más de 340 mil empleos directos en alguno de los más de 70 mil restaurantes ubicados en la zona, sin embargo, tras la llegada del Covid, se han cerrado definitivamente 10 mil unidades, con una pérdida de, al menos, 50 mil empleos directos, sólo en este rubro económico.

Ante estos números que es una pequeña radiografía de lo que sufre la economía, es indispensable atender las afectaciones que el sector económico mexiquense ha padecido a causa de la pandemia, de lo contrario, las consecuencias serán irreversibles.

Como sector, las unidades económicas mexiquenses que somos responsables de la generación de empleos y responsables de la distribución de bienestar y riqueza entre nuestros colaboradores, hemos acatado las medidas que se han impuesto en pro de la salud de las y los mexiquenses, sin embargo, la competencia ha sido desleal.

Mientras hemos bajado la cortina en respuesta a las acciones promovidas por las instancias de gobierno, los espacios han sido aprovechados por la economía informal que no cuenta con protocolos preventivos de salud y no están regulados, generando focos de infección en un momento en que es indispensable seguir las normas preventivas de salud.

Ante el difícil escenario que vivimos, es necesario hacer una revisión exhaustiva de las actividades consideradas esenciales dentro del semáforo rojo y en los diferentes niveles de riesgo.

El sector económico establecido, siempre tomará las medidas necesarias para poder operar dentro de un marco limpio y seguro; estudios avalan que menos del 5% de los colaboradores se contagian dentro de sus espacios de trabajo, la mayoría de los contagios ocurren en casa ya que no se toman las adecuadas medidas de sanidad.

El sector empresarial trabaja y vela por el bienestar de México.

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